Si usted quisiera venderme algo, debería saber que tengo una debilidad importante, una llave secreta que le dará acceso a las profundidades de mi presupuesto. No se trata de la moda, no tiene que ver con el status, no logrará tentarme con la exclusividad. Si usted mueve la palanca adecuada, el precio será un detalle sin importancia. Le daré una pista : tiene que ver con mi formación ingenieril.
Soy un loco de los materiales.
Para explicar a qué me refiero, expondré dos ejemplos.
Ejemplo uno.
Bugman: -Buenas, quisiera ver unos cinturones.
Vendedor: -¿Para vos?
B: (Un poco molesto por el tuteo)-Sí, para mí.
V:-Muy bien, mirá, tenemos estos de cuero de carpincho albino, cosidos a mano y lustrados con aceite de hígado de salmón, con hebilla en hierro forjada en Latvia.
B: (Revisando el cinturón)-Hum...está como desparejo acá en el borde, ¿no?
V:-Bueno, sí, es artesanal, no está hecho a máquina, esa es la gracia, ¿viste?
B:-Sí, pero está como torcidito acá, y la hebilla...tiene algo, como una rebaba, el hierro. ¿No está como un poco oxidado, también?
V:-Es hierro, forjado a mano, es lo último en Europa, se usa así, ¿por qué no te lo probás?
B:-Mmmmnnose...¿esto es una mancha?.
V:(un poco fastidiado)-Es el lustre, queda así. Es la gracia.
B:-Mhhhhhbueno...cualquier cosa vengo más tarde, gracias.
Nótese que el carácter artesanal no me emociona. Hay gente que se pirra por cualquier cosa hecha a mano por esforzados artistas de la producción individual. Yo no. Veamos el segundo ejemplo.
Ejemplo dos.
Bugman:-Buen día, necesito hacerme unos anteojos.
Vendedor: -Buen día .¿Los cristales solos o también te podemos ofrecer un marco?
B:(Un poco molesto por el tuteo)-Sí, también quiero el marco, el que tengo ya está muy gastado.
V:-Muy bien, te voy mostrando, tenemos estos de caparazón de tortuga, estos de acrílico, estos de aleación.
B:-A ver, mostrame los de aleación, ¿qué aleación es exactamente?
V:-Es titaluminium, aleación de titanio y aluminio.
Involuntariamente levanto una ceja. Trato de recordar si esa aleación existe, o si resulta que el vendedor sacó el nombre de una película de Viaje a las Estrellas.
B:-Ajá...
V:-Probátelos. El material es buenísimo, resiste el calor hasta mis trescientos treinta grados, es totalmente inmune a la corrosión, es dos veces más duro que el acero y más flexible que el molibdeno. No lo afectan ni el ácido ascórbico ni los rayos gamma.
B:(Intentando disimular el entusiasmo)-Pse...no sé...
V:(Seguro de haber encontrado el flanco débil)-Con este material se hizo la cerradura de la puerta del baño del transbordador espacial Challenger.
B:-Je,je...pero el Challenger explotó.
V:-Y lo único que se encontró intacto entre los restos fue la cerradura de la puerta del baño.
B:-¿Se puede pagar con tarjeta?
Nótese que en el segundo caso (casi verídico, por otra parte, salvo que la cerradura del baño del Challenger nunca fue encontrada) ni siquiera pregunté por el precio. La sola mención de un material aeroespacial decidió la compra.
Usted puede intentar venderme un reloj de oro incrustado en diamantes y le diré que es una joya superflua y de mal gusto, pero ofrézcame uno de acero al cromo-vanadio con pulsera de fibra de carbono y me tendrá babeando todo el mostrador.
Dígame que el cuchillo que me está mostrando se hace bajo pedido en un taller austríaco con los mismos métodos del siglo XVII y no podré reprimir un bostezo; descríbame el proceso industrial controlado por computadoras necesario para obtener la mezcla exacta de hierro y carbono con átomos de azufre y nanopartículas de cadmio que se utiliza para hacer la hoja y caeré rendido ante la majestad de la tecnología.
De manera que, señores vendedores, ya lo saben. Si quieren que les compre algo, debe tener almenos un material novedoso cuyo nombre suene futurista. Y si no, tiene que ser muy barato. Eso también funciona.
Buenas noches.