Los vendedores de desinfectantes y otros menjunjes de similares propósitos anuncian con indisimulable orgullo que sus productos eliminan el 99,9% de bacterias, gérmenes y otros bichos de porquería. Esta afirmación demuestra una irresponsabilidad mayúscula, estimados lectores.
Usted, obnubilado por los porcentajes que estos mercaderes de la higiene le arrojan por la cabeza, podrá pensar :"Bueno, 99,9% es casi 100%. No está nada mal. Ya quisiera yo que algo me saliera 99,9% bien", y se quedará tan tranquilo mientras rocía "Defendonol" por toda la casa.
Comencemos por entender qué quieren decir esos números tan alegremente barajados. Un 99,9 % de cualquier cosa significa "novecientos noventa y nueve de cada mil". Sí, de verdad. Esto a su vez implica que uno de cada mil no está comprendido dentro de ese porcentaje. Vamos, es fácil, 1000-999=1. ¿Me sigue? Ah, porque me pareció que miraba al techo.
Ahora bien, si el matabichos que usted compró bajo la impresión de que, luego de aplicado, su baño iba a ser más estéril que un quirófano elimina el 99,9 % de los microbios malos, entonces, suponiendo que en su baño había mil microbios, ¿cuántos quedan con vida después de la operación "Tormenta del Excusado"? ¡Oiga! ¿Qué está haciendo? No necesita una calculadora par...caramba, deje, deje, yo le digo, queda un microbio vivo. ¿Uno solo? ¡Lo piso y listo! , dirá usted, y yo me quedaré indeciso entre ilustrarlo sobre el significado de la palabra microscópico e irme a dormir con la convicción de que todo está perdido.
Pero supongamos que usted no dijo eso, aunque le parezca razonable pensar que un solo bichejo tan pequeñito que ni puede verse no le va a causar ningún problema.
¡Ahí está! ¡Eso es lo que quieren que usted crea los fabricantes de desinfectantes!
Lamento decirle que está en un error. No es cierto, no lo lamento nada. Me encanta decirle que está en un error.
A ver, póngase por un momento en el lugar del solitario bacilo, rodeado por los 999 cadáveres de sus parientes (porque estas sabandijas son todas parientes, no se si sabía). Un poco mareado por los efluvios tóxicos, tal vez tosiendo y sintiéndose débil, ¿cuál sería su reacción ante la brutal matanza? Le doy a elegir:
a) Pensaría : ¡Oh, Gran Citoplasma, qué horrible tragedia acaba de ocurrir! ¡Todos mis cófrades han sido exterminados! ¿Y a quién debo señalar como artífice de esta masacre? ¿Acaso al humano, que no ha hecho otra cosa que defenderse de nuestro ataque? ¿Acaso al fabricante que puso en sus manos el arma letal que nos ha derrotado con tanta eficacia? No, los responsables somos nosotros mismos, que hemos llevado adelante esta absurda confrontación desde el principio de los tiempos. Es hora de detener esta locura. Transformaré este dolor en sabiduría, y me dedicaré a hacer el bien: en vez de esparcir horrendas enfermedades entre hombres y animales, iré a vivir con mis semejantes en la flora intestinal, donde prestaré valiosos servicios descomponiendo alimentos y reforzando el sistema inmunitario. O tal vez me dedique a comer petróleo y ayude a evitar desastres ecológicos. Será el mejor homenaje que pueda hacerle a la memoria de Carlitos, Etelvina, Marcelo, Raúl, Adriana, Hilario...(siguen 993nombres).
b) Pensaría : ¡ARGHHHHHH! ¡VENGANZA! ¡MALDITOS, MALDITOS HUMANOS! ¡Han exterminado a toda mi familia, pero no nos han derrotado! ¡YO ESTOY VIVO, COBARDES! Esta fue una batalla, la guerra continúa. Seguramente habrá más como yo, sobrevivientes, inmunes a la tecnología destructiva de estos ridículos seres llenos de células. ¡Nos reuniremos, y formaremos una resistencia! ¡Inventaremos nuevas enfermedades, tan raras que les tendrán que poner el nombre de cada enfermo! ¡Los vengaremos, Carlitos, Etelvina, Marcelo, Raúl, Adriana, Hilario...(siguen 993 nombres) ! ¡MHUEJEJEJEEE! ¡MBHUEHEHEE...COF! ¡COF! ¡COFCOFCOFCOF! ¡ARGHHH....MALDICIÓN!
Obviamente el gusarapo supérstite reaccionaría como en b), habida cuenta de que los bacilos son dañinos por naturaleza. No es un prejuicio mío, vaya y pregúntele a un bacilo cuál es su ocupación, e invariablemente le contestará "causar enfermedades, por supuesto". Son así, es lo que hacen. Se les podrá cuestionar su vocación, pero nunca su coherencia.
Y es así, estimados lectores, que los fabricantes de matagérmenes nos están condenando a un futuro espantoso, porque dejan vivo a uno de cada mil que matan. No sé por qué lo hacen. Tal vez hayan negociado algún salvoconducto, un pacto por el cual ellos y sus familias serían respetados en las plagas venideras. Y todo a nuestras espaldas. Pero, traidores de pacotilla, han vendido a la raza humana por nada.
Las bacterias no tienen honor.
Buenas noches.