tag:blogger.com,1999:blog-69106422024-03-07T04:55:09.386-03:00Los Sin-logismos de BugmanEl puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar: es realmente un idiota (Groucho Marx)Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.comBlogger549125tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-37195695140748754592013-03-30T17:52:00.001-03:002013-03-30T18:08:57.731-03:00Estimado extraterrestre.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNLDG751ItgWvi7VfRxpetk32uvF__bUNI9EmSormG584T1BRPoEx-MvUsli8FuIUaENSptbFHxgUfL2ZfoFiTrs6GL5LvAH2Gr4WkNVcKN07jXcwgHwsd6in1Yms7VUPCOt8KYg/s1600/marcianos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="347" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNLDG751ItgWvi7VfRxpetk32uvF__bUNI9EmSormG584T1BRPoEx-MvUsli8FuIUaENSptbFHxgUfL2ZfoFiTrs6GL5LvAH2Gr4WkNVcKN07jXcwgHwsd6in1Yms7VUPCOt8KYg/s640/marcianos.jpg" width="640" /></a></div>
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Estimado extraterrestre, lo he visto intentando conquistar nuestro planeta (La Tierra, ese que queda a tres lugares desde el sol, usted agarra por la Vía Láctea, se va como para el borde, por ahí de pasada ve un planeta con anillos, ese es Saturno. Sigue derecho como yendo para la estrella más brillante y tarde o temprano se encuentra con nosotros).</div>
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Cada vez que ustedes han intentado invadirnos, han fracasado. Que se pescan una gripe, que lo sacamos a los tiros, que les metemos un virus a sus computadoras, que descubrimos alguna porquería que los mata. </div>
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No lo voy a engañar, estimado extraterrestre, un poco disfrutamos con sus fracasos. Pero el problema es que cada invasión suya nos cuesta un platal, dejan todo hecho un lío y hay que ponerse a reconstruir todo. El gremio de la construcción puede que se frote las manos, pero es un incordio.</div>
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Además de ser muy malo para los negocios, eso de dejar a la población diezmada tampoco nos hace demasiada gracia, sabrá que morirnos es algo que nos hace pésimo a la salud.</div>
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Es por eso que le escribo, estimado extraterrestre. Veamos si podemos llegar a un acuerdo. </div>
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A lo mejor esa actitud que ustedes tienen de venir con sus naves gigantescas y sin decir "rayo va" empezar a romper todo nace de un prejuicio. Quién le dice, podemos negociar.</div>
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Para empezar, ¿qué quieren de nosotros? A lo mejor se los podemos dar sin necesidad de ponernos beligerantes. Suponga que quieren, no sé, agua salada ¡Tenemos muchísima! Y la usamos para hacer surf, para ir de crucero, mojarnos las patas en las vacaciones, para pescar, y no mucho más. Ni siquiera nos la tomamos. Claro que no se pueden llevar toda, toda, pero a lo mejor unos trillones de litros que hagan que el nivel de los mares baje un milímetro no nos mueve ni un pelo. Es más, hasta nos hacen un favor, porque parece que se están derritiendo los polos. Puede ser que algunos ecologistas protesten un poco, pero los tenemos bajo control. Qué se yo, si ustedes tienen alguna máquina para clonar, les hacen unas ballenas y se quedan chochos de la vida.</div>
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A cambio del agua salada, les pediríamos algo que a ustedes les saliera gratis, o casi. Con su tecnología superior, seguramente han desarrollado algún artilugio que nos viniera como anillo al dedo. Puede ser cualquier cosa, somos como niños. Se me ocurre que un horno de microondas que caliente las empanadas sin ponerlas húmedas y babosas bien vale unos litros de agua.</div>
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Y así con todo: ¿Les sirve la sangre humana? Se sorprenderían de la cantidad de voluntarios que donarían un litro por mes a cambio de un teléfono celular que funcionara o un aparato para bajar la panza que diera resultado.</div>
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Es posible que a pesar de estar captando nuestras señales de televisión durante años, en realidad sepan poco de nosotros, que cuando se plantean un negocio como los que describo arriba en seguida piensen "no, no van a aceptar, mejor los matamos a todos".</div>
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Miren, hablen con los políticos, ellos son expertos en presentarnos las cosas en términos en los que uno cree que está ganando, o que al menos lo que pierde es soportable. Probablemente nos conozcan como una especie belicosa y rebelde, pero se olvidan de nuestro costado comercial y corrupto, que es muchísimo más fuerte. De hecho nos ponemos belicosos solamente después de que nos fallan los negocios.</div>
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Puede ser, sin embargo, que lo que ustedes pretendan es quedarse a vivir aquí. A lo mejor el planeta de donde ustedes vienen se volvió inhabitable, o ya son muchos y no caben, o hace mucho calor, o el gobierno es una porquería y ustedes son exiliados. Bien, volvamos a negociar. ¿Cuántos son ustedes? ¿Necesitan toda, pero toda la Tierra? A lo mejor les alcanza con una parte, o pueden vivir bajo el mar. Hay lugares que nosotros no visitamos nunca, como Australia. Es casi todo un continente, y los australianos son tan sufridos y reservados que cuando los vean paseando por Sydney arrastrando tentáculos se van a encoger de hombros y los van a invitar a tomar un cerveza. Nuevamente, vean qué pueden dar a cambio de la hospitalidad local, en el caso particular de estos muchachos quizás se conformen con que no los molesten y no se coman todos sus canguros. </div>
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La misma forma de proceder puede servir con otros lugares de los que no tenemos casi noticias: Islandia, parte de África, un montón de ex repúblicas soviéticas. Pero no se acerquen a Noruega, se pueden llevar una sorpresa.</div>
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La posibilidad más inquietante, sin embargo, es que ustedes simplemente nos odien (seguramente a causa de haber captado nuestras señales de televisión). No podemos hacer mucho con eso. No soy la persona indicada para hablarles de la bondad inherente en cada ser humano, de la inteligencia de una especie que mata a sus congéneres ante la primera oportunidad, de nuestra proyección estelar y nuestros planes para llevar nuestro mensaje de amor y paz por toda la galaxia cuando no podemos hacer que un tren llegue a horario.</div>
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En ese caso, estimado extraterrestre, mi consejo es que procedan a aniquilarnos en la forma más rápida, eficiente e indolora posible. Ni piensen en esclavizarnos, les saldría carísimo. Ya somos poco productivos cuando nos pagan un salario, imagínense la calidad de nuestro trabajo si nos obligaran a hacerlo a punta de pistola de rayos. Si nos pusieran, por ejemplo, a construir las naves de guerra que les servirían para conquistar otros planetas, nos las arreglaríamos para reemplazar la aleación secreta que ustedes utilizan por planchas de cartón para vender el metal en el mercado negro. Pondríamos doce remaches donde van cincuenta. Rebajaríamos el combustible y cargaríamos las baterías por la mitad. Algunos lo haríamos para ahorrar trabajo, otros para sacar una ventaja, otros por negligentes o por no haber prestado atención durante el lavado de cerebros.No, no valemos como esclavos.</div>
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Entonces, solo queda suprimirnos. Entiendo que sean reluctantes a esta idea, visto el fracaso de sus tentativas anteriores. Lo que no puedo creer es que no hayan extraído ninguna enseñanza de ellas. Oigan ¿Qué es eso de destruir un planeta ciudad por ciudad, edificio por edificio? ¡Así no van a terminar nunca!</div>
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Y teniendo esa naves enormes que oscurecen el cielo, ¿Cuál es la necesidad de enviar las pequeñitas con un solo tripulante? Y, colmo de los colmos, ¿para qué demonios mandan a la infantería? De veras que no entendieron nada Nos encanta disparar con nuestras arma a todo lo que se mueve, y ustedes nos ponen adelante a unos seres medio monstruosos (sin ánimo de ofender, seguramente nosotros tampoco les parecemos muy bonitos a ustedes) , completamente desnudos y con unos lanzarayos sospechosamente parecidos a las armas que aparecen en los videojuegos que entretienen tanto a nuestros jovencitos. Falta que cada vez que les volamos la cabeza a sus soldados aparezca en el aire un cartel con los puntos que ganamos. Además, todo el mundo sabe que ninguna civilización extraterrestre, por más avanzada que sea, puede ganarle una guerra al Ejército de Estados Unidos.</div>
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Vamos, muchachos. No puedo creer que se hayan pasado los últimos cincuenta o sesenta años secuestrando seres humanos solamente por el placer de introducirles sondas por todos los orificios, soltarlos luego en un descampado y reírse de que nadie les crea. Seguramente a esta altura han descubierto alguna forma de mandarnos al otro barrio sin escalas, barata, eficiente y limpia, y sobre todas las cosas, que no requiera que ustedes bajen al planeta a interactuar con gente tan desagradable como nosotros.</div>
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Y hablando de interactuar, descarten de plano esa idea loca de crear una raza híbrida. Quitando el hecho de que sus hembras son espantosas (porque hay gente para todo, vean) incluso si tuvieran éxito al mezclar sus genes con los nuestros, saldrían perdiendo. Les juro. Nuevamente, vean nuestra televisión. ustedes no quieren eso en la constitución psicofísica de ninguna especie. En serio.</div>
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Resumiendo, querido extraterrestre, o negocian o nos borran de la galaxia de un plumazo. Cualquier cosa intermedia está destinada al fracaso. </div>
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Después no digan que no les avisé.</div>
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Buenas noches.</div>
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Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com36tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-14335103349594662992012-12-16T21:13:00.000-03:002012-12-16T21:20:18.349-03:00Cadenas eran las de antes.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnLRmx3oS2SA98yXhpyMGpWZaKxMD8QBSwB7tb4Zg_tbbNAx1YMAdhsSyrZ4IIotMFLni3TsS5m-YtKZm7sEGxa-OcUH7Dx6FfuwjTjrOPig1geGbwlIL4ZtjCHNBpNRiKBW0w7w/s1600/cartas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnLRmx3oS2SA98yXhpyMGpWZaKxMD8QBSwB7tb4Zg_tbbNAx1YMAdhsSyrZ4IIotMFLni3TsS5m-YtKZm7sEGxa-OcUH7Dx6FfuwjTjrOPig1geGbwlIL4ZtjCHNBpNRiKBW0w7w/s400/cartas.jpg" width="400" /></a></div>
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Joven, usted, ¿alguna vez recibió una de esas cadenas? ¿Cómo que cadenas? ¡Cadenas, joven, cadenas de cartas! Dele, ahora pregúnteme que es una <i>carta </i>y ya está, me voy a sentar a bajo de ese árbol hasta que me muera. Ah, una carta sí sabe lo que es. ¡No, no es un <i>e-mail</i> impreso! En fin.</div>
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Resulta, joven, que antes no había <i>e-mail</i>, ni <i>chat</i>, ni <i>mensajitos de texto</i> ni ninguna de esas paparruchadas que usan ahora, ¿sabe?. Sí, teléfono teníamos, no se haga el vivaracho. ¿Qué se cree, que soy de la época del miriñaque, yo? Miriñaque. Era como un armazón que se ponían las mujeres abajo de las polleras para...oiga, ¿por qué me habla de polleras, joven? Yo le hablo de cartas y usted me pregunta por polleras. </div>
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Ya se lo dije antes, joven, esa falta de concentración que tiene usted no puede ser buena. Un concuñado mío empezó así y resultó que tenía como unos bichitos adentro de la cabeza, que le iban comiendo de a poquito los sesos. Sí, un asco, joven, yo dije lo mismo. Pero este muchacho, mi concuñado, se debe haber pescado esos bichos en algunos de esos viajes que él hacía. Porque era un aventurero, mi concuñado. ¿Eh? ¡La boca se le haga a un lado, joven, mi concuñado está vivo! Dije que "era" un aventurero porque después consiguió trabajo. </div>
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¿Pero qué tiene que ver mi concuñado con el miriñaque? ¿Cartas? ¡Ah, cadenas de cartas, sí! ¿Alguna vez recibió una, joven? </div>
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Es que antes, cuando no había e-mail ni Internet ni nada de estas cosas que ustedes los jóvenes creen que existieron siempre, nos mandábamos cartas. Escribíamos en papel, lo metíamos en un sobre, íbamos al correo, hacíamos el envío y esperábamos la respuesta. Qué podía tardar días. O meses. O no llegar nunca. ¿</div>
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Me entiende, joven? Una conversación de esas que ahora se tienen por e-mail tardaba tres años, por lo menos. ¡Ah, qué tiempos! ¿Cómo que aburrido? Usted no entiende, joven, las cartas eran otra cosa...no cuarenta palabras escritas con lo pies. ¿Qué cadenas? ¡Ah, las cadenas!</div>
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De vez en cuando llegaba una carta con una oración, un rezo, o algo así, y decía que había que mandar diez copias a diez personas porque eso iba a traer mucha suerte, y al revés, si uno no mandaba las diez cartas le iban a pasar cosas horribles, no sé, que se le cayera todo el pelo. Claro que era un cuento de viejas y...¿Qué mira, joven? ¡La calvicie es hereditaria! ¿Usted nunca lee nada?</div>
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Ah, ahora entiende de qué le hablo, joven, sí, era parecido al <i>espam</i> ese, pero a mano. Ahora si a usted le mandan un mail y le dice que se lo mande a todos sus amigos, usted hace clicki-clicki y en dos minutos listo el pollo. Pero en mis épocas a los pollos había que pelarlos, no sé si me interpreta. No, joven, no. No nos vendían los pollos con plumas y todo, es una metáfora, es como cuando uno dice "ahí está la madre del borrego". ¿No sabe lo que es un borrego? ¡Un corderito, joven! Sí, la madre del borrego viene a ser la oveja. ¡Yo que sé por qué se dice "ahí está la madre del borrego" en lugar de decir "ahí está la oveja"! ¿Usted me quiere volver loco, joven?</div>
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La cuestión es que si uno recibía la cadena y la quería seguir tenía que mandar diez cartas. Y no me venga con fotocopiadoras y esas cosas, joven, que antes la gente no era tan vaga como ahora. La gente escribía con la mano en un papel, ¿sabe? Y usaba todas las palabras, no como ahora que mis sobrinos nietos me mandan un mensaje de texto y no sé si me están saludando o leyendo un aviso clasificado. </div>
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Y además tenía que buscar diez direcciones para mandar las cartas, que podían ser de amigos pero mejor no, porque si uno de los amigos reconocía la letra se podía enojar. </div>
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Y entonces escribía las diez cartas, las metía en sobres y las mandaba por correo y esperaba que le pasaran cosas buenas. Sí, joven, yo seguí la cadena. No, joven, claro que no funcionaba. ¿Me ve millonario a mí? ¿Le parece que yo tengo una vida maravillosa? ¿Eh? ¡La calva es hereditaria, cuántas veces se lo tengo que decir!</div>
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Ah, así que a su edad nosotros éramos unos pánfilos que se creian cualquier cosa, ¿eh? A ver, joven, usted que es tan vivaracho, dígame que no se creyó el mail de <i>"solidaridad con Brian" </i>¿Cómo que no sabe de qué le hablo? ¿Y el de <i>Microsoft</i> diciendo que le iba a dar un millón de dólares si reenviaba el mensaje a sus contactos tampoco? Ah, ese se lo contó su padre... ya veo.</div>
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Joven, ¿me puede hacer un favor? Deme su dirección. No, la de mail no, la otra la de verdad, la que no tiene arroba. No se preocupe, no lo voy a ir a visitar ni nada.. Le voy a mandar una carta, nomás. </div>
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Buenas noches.</div>
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Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-74850308357496695882012-10-21T20:36:00.001-03:002012-10-21T20:38:24.957-03:00Los Premios Bitácoras y la dignidad.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj55cbadVfv5SZUQbMmpGm7qODTU11jzNyytdsv9JjsF088ObuSodPbs6WvRD4WevZEU8QiHuvjLruZnEHsF_nEMaZ-QF2OcrT4B9lOiqJNUmFdjBn41WxWoxvrcCIANd0XOQ5mSg/s1600/vote.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj55cbadVfv5SZUQbMmpGm7qODTU11jzNyytdsv9JjsF088ObuSodPbs6WvRD4WevZEU8QiHuvjLruZnEHsF_nEMaZ-QF2OcrT4B9lOiqJNUmFdjBn41WxWoxvrcCIANd0XOQ5mSg/s1600/vote.jpg" width="400" /></a></div>
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Hace algunos día hablábamos, o mejor dicho yo escribía y ustedes leían, acerca de los<a href="http://buguert.blogspot.com/2012/09/los-premios-bitacoras-y-la-tradicion.html"> Premios Bitácoras y la tradición.</a></div>
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Lo que no relatamos en aquella oportunidad fue que hasta ahora, las estadísticas de votos siempre nos habían acompañado desde el primer momento. Es decir, semana tras semana Los Sin-logismos de Bugman se mantenía entre los cinco primeros <i>blogs</i> de su categoría, y llegaba entre los tres primeros al último día de votación, condición<i> sine qua non </i>para estar en la etapa final. Me refiero a la etapa en la cual un Honorable Jurado nunca elige a este blog para ganar el premio. ¡Justamente esa es la tradición, llegar a la final y no recibir el premio!</div>
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(Esta costumbre de estar semana tras semana en los primeros puestos incluso me valió una especie de premio consuelo en la edición 2009 de los Premios)</div>
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Pero este año no, este año arrancamos de abajo, y vamos subiendo, es cierto, pero temo que nos quedemos afuera del todo.</div>
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Las clasificaciones, hasta el momento, vienen así:</div>
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<table border="1" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoTableLightListAccent1" style="border-collapse: collapse; border: none; mso-border-alt: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; mso-padding-alt: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-yfti-tbllook: 1184;">
<tbody>
<tr>
<td style="background: #4F81BD; border-bottom: none; border-left: solid #4F81BD 1.0pt; border-right: none; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; mso-background-themecolor: accent1; mso-border-left-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="color: white; mso-themecolor: background1;">Categoría<o:p></o:p></span></b></div>
</td>
<td style="background: #4F81BD; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-background-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="color: white; mso-themecolor: background1;">Personal<o:p></o:p></span></b></div>
</td>
<td style="background: #4F81BD; border-bottom: none; border-left: none; border-right: solid #4F81BD 1.0pt; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; mso-background-themecolor: accent1; mso-border-right-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b><span style="color: white; mso-themecolor: background1;">Humor<o:p></o:p></span></b></div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-right: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b>Clasificación parcial 1<o:p></o:p></b></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border-left: none; border-right: none; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
No figura (más de 50)</div>
</td>
<td style="border-left: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
31</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-left: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-left-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b>Clasificación parcial 2<o:p></o:p></b></div>
</td>
<td style="border: none; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
39</div>
</td>
<td style="border-right: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-right-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
19</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-right: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b>Clasificación parcial 3<o:p></o:p></b></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border-left: none; border-right: none; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
36</div>
</td>
<td style="border-left: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
11</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-left: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-left-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b>Clasificación parcial 4<o:p></o:p></b></div>
</td>
<td style="border: none; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
31</div>
</td>
<td style="border-right: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-right-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
11</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-right: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<b>Clasificación parcial 5<o:p></o:p></b></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border-left: none; border-right: none; border-top: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-border-top-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
28</div>
</td>
<td style="border-left: none; border: solid #4F81BD 1.0pt; mso-border-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
9</div>
</td>
</tr>
<tr>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border-left: solid #4F81BD 1.0pt; border-right: none; border-top: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-border-left-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.6pt;" valign="top" width="199"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
</td>
<td style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border-left: none; border-right: solid #4F81BD 1.0pt; border-top: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-border-right-themecolor: accent1; padding: 0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; width: 149.65pt;" valign="top" width="200"><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
</td>
</tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es decir, necesitamos mucha ayuda en "Personal" y un poco menos en "Humor".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://buguert.blogspot.com/2009/10/se-me-ocurrio-mi-solito.html">El 30 de octubre de 2009</a> , escribía en este mismo blog:</div>
<span style="font-family: inherit;"><b style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 18px; text-align: justify;">"Esto de participar en los </b><b><span style="color: black;">Premios Bitácoras.com</span><span style="color: #0030fa;"> </span></b><b style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 18px; text-align: justify;"> es realmente curioso: uno pierde la dignidad rogando que lo voten para llegar a una instancia donde se le permita rifar su autoestima".</b></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pues bien, el de perder la dignidad es ahora.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-weight: bold;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Vóteme, ¿sí? Qué le cuesta, vamos, no sea así, yo nunca le pido nada, es un minuto nada más. </b></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Este pedido también lo estoy haciendo por Twitter, porque yo tengo cuenta de Twitter, no sé si sabía. Si, al final me rendí, qué le vamos a hacer. Allá soy <i>@Mr_Bugman </i>, porque "Bugman" ya estaba ocupada. Y sí, pasa mucho, con esto de que todo el mundo tiene Twitter. Por eso también se ven muchas cuentas como @JuanPablo42174628 o @Tito_el_originalOK. Pero ¡oiga! . me está haciendo desviar del tema.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo de Twitter venía a cuento porque algunos amables seguidores me han dicho que tenían toda la intención de votarme pero el procedimiento les ha parecido improbablemente engorroso.</div>
<div style="text-align: justify;">
Intentaremos explicar el trámite paso a paso, de manera que quien quiera votar pueda hacerlo y quien no tuviere la menor intención de hacerlo desde un principio deba buscar otra excusa:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Paso 1:</b> Vaya a <a href="http://bitacoras.com/premios12/votar">http://bitacoras.com/premios12/votar</a> . Y cuando decimos "vaya" decimos "haga click sobre el enlace", naturalmente. No, ya sé que ustedes saben. Pero hay cada uno. Le va a salir una pantalla más o menos igual a esta:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvbx6N8UgCdCq8o7-4Ib-iJQiNrwnQQ2aP5iIbIgQz3knpEGryH0_KUGPADjN7fn2Mbmch8aB6afhc0nsPYUSdppie9ZPuIYxIs4mge7LgC2OVrxeCk6ff4Mr7sb8HNEBbDSrmSA/s1600/Ibitacoras1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvbx6N8UgCdCq8o7-4Ib-iJQiNrwnQQ2aP5iIbIgQz3knpEGryH0_KUGPADjN7fn2Mbmch8aB6afhc0nsPYUSdppie9ZPuIYxIs4mge7LgC2OVrxeCk6ff4Mr7sb8HNEBbDSrmSA/s1600/Ibitacoras1.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que le están diciendo con ese cartel rojo es que necesita un nombre de usuario y una contraseña para votar. Puede ser que usted alguna vez haya votado este mismo blog u otro, y para ello haya abierto una cuenta en Bitácoras. O puede que tenga una cuenta de Facebook o de Twitter. En el primer caso, lo más probable es que usted sepa qué hacer, y que yo esté molestándolo con estas instrucciones porque usted ya votó y si no fue por Los Sin-logismos de Bugman es porque no le gusta.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si usted nunca se dio de alta en Bitácoras, y prefiere no hacerlo, puede votar con su cuenta de Twitter o Facebook, como explicamos a continuación:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Paso 2:</b> Haga click en el botón azul (Connect with Facebook) o en el celeste (Sign with twitter) según prefiera. Los siguientes pasos son el ejemplo de lo que habrá de suceder si usted usa su cuenta de Twitter. (Suponemos que con Facebook será parecido, si quiere haga la prueba y cuéntenos). Aparecerá la pantalla que siempre aparece cuando usted quiere asociar cualquier aplicación a su cuenta de Twitter:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDTnXCu74X7heLOLwGO0Ah0QXlFV3LEUnzaZ-lPdKYPMsOdpTFtyrY1ssliEGgzxqZ8BmlSbVCowA1om29sVbYwQ0NwTXztoOp1CG4-WwVLWjeiA_IB5niv_UTFcw48ljtjyM7WA/s1600/Ibitacoras2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDTnXCu74X7heLOLwGO0Ah0QXlFV3LEUnzaZ-lPdKYPMsOdpTFtyrY1ssliEGgzxqZ8BmlSbVCowA1om29sVbYwQ0NwTXztoOp1CG4-WwVLWjeiA_IB5niv_UTFcw48ljtjyM7WA/s1600/Ibitacoras2.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
Complete con su usuario y contraseña de Twitter, haga click en "Sign In" (o lo que sea equivalente en español, yo tengo Windows en inglés, sepa disculpar).<br />
<br />
<br />
<b>Paso 3:</b> Aparece una pantalla como la que se muestra a continuación:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis-gXnsp-GySEhw2_EnDzu1HnbUADIiheiVnLQsck45nvLpn-Uo3thEvFLj2F0oxCd6k4FQz58rKP55ypzrsZgzYIvQN4ZcCyQGSEFzMDCdX_hm-kK2558fXkbCMVkf36C0-RNEg/s1600/Ibitacoras3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="569" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEis-gXnsp-GySEhw2_EnDzu1HnbUADIiheiVnLQsck45nvLpn-Uo3thEvFLj2F0oxCd6k4FQz58rKP55ypzrsZgzYIvQN4ZcCyQGSEFzMDCdX_hm-kK2558fXkbCMVkf36C0-RNEg/s1600/Ibitacoras3.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Complete el formulario, eligiendo un nombre de usuario para Bitácoras, haga click en "Crear", complete al final del formulario las palabras de seguridad (si no se entiende nada puede hacer que se generen otras presionando ese botón con las flechas que parece un símbolo de reciclado, justo arriba del pequeño símbolo de parlante).</div>
<div style="text-align: justify;">
Si todo ha salido bien, verá un mensaje con fondo verde anunciándole que ha creado una cuenta de Bitácoras.com asociada a su cuenta de Twitter, como se muestra en la figura:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ5pTDHo9G1dvwnYcZsrYjFdVoikJ2rDw_DGF45MOX02LJI0aIDo7127kTp_vDga2kaAJvUiZdakCofQipjqX4S-U_-VJfq27zHwAm-okqoZNSE2oVjwrfLNQJP9C3O8fQ8hJp7g/s1600/Ibitacoras4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ5pTDHo9G1dvwnYcZsrYjFdVoikJ2rDw_DGF45MOX02LJI0aIDo7127kTp_vDga2kaAJvUiZdakCofQipjqX4S-U_-VJfq27zHwAm-okqoZNSE2oVjwrfLNQJP9C3O8fQ8hJp7g/s1600/Ibitacoras4.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<b>Paso 4:</b> Ahora en la barra de menú de arriba, pose el puntero del mouse sobre "Premios2012" y cuando se despliegue el menú haga click sobre "Votar"<br />
<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTO8kz327yk_zU2TsQLOva8QWITOcO3PVXpztk64Zk1L6AOKEa4LuGry3b2FtouJateoyuNRAlweiyeYYF49-O3OL2Yzh1u4LO08Ph_OeE5eBSmBJIyvcvMxtemJjJHTIoOPxogg/s1600/Ibitacoras5.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTO8kz327yk_zU2TsQLOva8QWITOcO3PVXpztk64Zk1L6AOKEa4LuGry3b2FtouJateoyuNRAlweiyeYYF49-O3OL2Yzh1u4LO08Ph_OeE5eBSmBJIyvcvMxtemJjJHTIoOPxogg/s1600/Ibitacoras5.jpg" width="640" /></a><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Paso 5:</b> A no ser que usted no haya seguido ninguno de los pasos anteriores porque se cansó, se aburrió, tiene mejores cosas que hacer o justo se le cruzó un mensaje emergente con un enlace a <i>"Las Tías más Jamonas de la Net"</i> (en cuyo caso está disculpado, eso sería simplemente irresistible), la proxima pantalla que debería ver sería la que se muestra a continuación:</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2QBH1R4Kionh-_auLLg4YJJQwhsks05kPxOJsN2wK87sPy6tfZ_KNZxC7bHJEjAQ2wtkjF5WflAFSzbED-vfhnVzRO89Mr9E3hR6scehXvvgrYOKk8r097jamf75TftGpI8ovww/s1600/Ibitacoras6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2QBH1R4Kionh-_auLLg4YJJQwhsks05kPxOJsN2wK87sPy6tfZ_KNZxC7bHJEjAQ2wtkjF5WflAFSzbED-vfhnVzRO89Mr9E3hR6scehXvvgrYOKk8r097jamf75TftGpI8ovww/s1600/Ibitacoras6.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Como verá, lo que debería hacer allí es escribir en la categoría correspondiente, la dirección del blog que desea votar. Estamos bajo la impresión de que usted desea votar por Los Sin-logismos de Bugman en las categorías "Mejor Blog Personal" y "Mejor Blog de Humor", de manera que, en el casillero correspondiente a "Personal" escriba la dirección de este blog, es decir<b> buguert.blogspot.com</b>. <br />
Luego, en "Humor", haga lo propio:<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFREA3uekaWlaPsFj9NgBHrVW-Cqc16Pi5gij2ld5kaONW_TZWA_twE1vab0KXrROaOylYm650bk4X3_IkJIHO9T_7f03-o7OxM3OVX78dxEadNzUhKw0XirrkrxASNpAM794voA/s1600/Ibitacoras7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="270" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFREA3uekaWlaPsFj9NgBHrVW-Cqc16Pi5gij2ld5kaONW_TZWA_twE1vab0KXrROaOylYm650bk4X3_IkJIHO9T_7f03-o7OxM3OVX78dxEadNzUhKw0XirrkrxASNpAM794voA/s1600/Ibitacoras7.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<b>Paso 6: </b>¡Ya casi terminamos! Solamente tiene que completar las palabras de verificación (como hizo en el paso 3)<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn5FHYRc-JOgdugsym4kx82pb0Hz_fo5hyF1MQ5OUabMKcteKllaEnsN5dIHxXZQx85SsisuINU6-74pocHDX_dJoQftncTY-mxxAPAFbP-hd9iEHAm4FUEVl5Pn48SHNO_KIkjQ/s1600/Ibitacoras8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="443" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjn5FHYRc-JOgdugsym4kx82pb0Hz_fo5hyF1MQ5OUabMKcteKllaEnsN5dIHxXZQx85SsisuINU6-74pocHDX_dJoQftncTY-mxxAPAFbP-hd9iEHAm4FUEVl5Pn48SHNO_KIkjQ/s1600/Ibitacoras8.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Y entonces, hace click en "Votar", y si todo sale bien, el mensaje de confirmación será como el de la figura:<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdOB5ow7dOr47kUNpsSLVWUwB7C_GWJLfrky-POi9yVD2sVEHX0-mfaxMJEQLFbdgx0JgZQWhDRUMttsNL2Pf_syAHx50238xXOrQ00Xv6nwCdum9ajYvNp1BhDqc3r1jknPuxXw/s1600/Ibitacoras9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="155" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdOB5ow7dOr47kUNpsSLVWUwB7C_GWJLfrky-POi9yVD2sVEHX0-mfaxMJEQLFbdgx0JgZQWhDRUMttsNL2Pf_syAHx50238xXOrQ00Xv6nwCdum9ajYvNp1BhDqc3r1jknPuxXw/s1600/Ibitacoras9.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>¡Excelente! ¡Usted ha votado por Los Sin-logismos de Bugman en las categorías "Mejor Blog Personal" y "Mejor Blog de Humor" en la edición 2012 de los Premios Bitácoras.com! ¡Muchas gracias!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
A no ser que haya aprovechado estas detalladas instrucciones para votar por otro blog. En ese caso, nada de gracias. Bellaco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
Buenas noches.<br />
<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-31027815954721176272012-10-14T19:37:00.000-03:002012-11-04T21:59:07.878-03:00El vientre de un blogger. (III)<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
(Viene de la s<a href="http://buguert.blogspot.com/2012/10/el-vientre-de-un-blogger-ii.html">egunda parte )</a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los estudios prequirúrgicos, consistentes en un electrocardiograma y análisis de sangre y orina (a esa altura ya empezaba a conocer a mis leucocitos y hematíes por sus primeros nombres) arrojaron resultados normales. De manera que no existía impedimento alguno para que me realizaran el examen que con esa afición por el eufemismo los doctores llaman <i>invasivo</i>, porque <i>vejatorio </i>suena un poquito fuerte.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El gastroenterólogo me explicó el procedimiento, en ese tono tranquilo que suele tener el que no va a someterse a nada de lo que describe : el día anterior debía someterme a una especie de purga, el estudio se haría bajo anestesia general, si se encontraba alguna porquería durante la operación normalmente se podía extraer ahí mismo sin inconvenientes, y una serie de etcéteras que no vienen al caso. O a lo mejor sí vienen al caso, pero ahora mismo no los recuerdo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Fijamos la fecha de la práctica para que fuera un lunes, de modo que la preparación (sobre cuya importancia el facultativo fue muy enfático) pudiera hacerse con toda tranquilidad el domingo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Salí del consultorio con la receta para un purgante (y con "receta" me refiero a "prescripción", no a que me hayan dado la lista de ingredientes y el modo de preparación) y dos hojas de instrucciones escritas para su uso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El domingo me levanté tarde, como de costumbre. Al mediodía almorcé liviano según el instructivo. Y exactamente a la hora 17, procedí a tomarme la primera de dos botellitas de un líquido de sabor llamativamente repugnante, incluso mezclado con jugo de naranja como me habían recomendado. Y luego cuatro vasos de agua (un litro, aproximadamente). Y me senté a esperar. Y durante treinta minutos no sucedió nada (*). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y de pronto, la polifonía ventral. Por debajo de mi ombligo se escuchaban gorgoteos, efervescencias, discurrir de fluidos y otros sonidos que podían ser tanto de origen orgánico como industrial. No tuve tiempo de proceder a una identificación más detallada, porque la algarabía vino de la mano de una urgencia perentoria, un llamado primigenio a la evacuación inmediata.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El bicho <i>kik-mafgogt </i>de la región costera de <span style="background-color: white;"><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 19.200000762939453px;">Guinea-Bissau construye su nido utilizando partes desprendidas de las corazas térmicas de </span></span><span style="line-height: 19.200000762939453px;">transbordadores</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 19.200000762939453px;"> espaciales. Debido a la escasez de este material, la </span></span><span style="line-height: 19.200000762939453px;">mayoría</span><span style="font-family: inherit;"><span style="line-height: 19.200000762939453px;"> de los bichos </span></span></span> <i>kik-mafgogt </i>no poseen nido propio y tienen que alquilar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No, el párrafo anterior no fue un error, fue una distracción. Es que realmente no se me ocurre la manera de relatar la experiencia de sentir que todo lo que alguna vez estuvo adentro del cuerpo se está saliendo por la escotilla de los desperdicios. No se me permitía ingerir nada sólido, se me compelía a beber litros de agua y la química de mi intestino había sido modificada para que se negara a realizar absorción alguna. Si combinamos eso con un riñón contento, probablemente hubiera hecho negocio instalándome en el excusado con una TV, un par de libros y doce botellas de agua.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El pináculo de la incomodidad se produjo a la hora 22. En ese momento, siguiendo fielmente las instrucciones, bebí el contenido de la segunda botellita de purgante. (Hay que decir que el líquido era fluido y transparente, lo cual considero una estafa. Algo de sabor tan horrendo debería presentar un aspecto acorde, ser color verde arveja, burbujear, acreditar densidad y emitir miasmas). Esta vez tuve que tomar dos litros de agua (unos ocho vasos) sin pausa. </div>
<div style="text-align: justify;">
¿Alguna vez bebieron dos litros de agua de una sola vez? Ya me parecía. El estómago humano tiene una capacidad de unos 50 mililitros, pero es muy elástico y se puede expandir unas 80 veces para contener hasta cuatro litros. Dejando de lado estos detalles técnicos que algún estudiante de anatomía estará refutando en este momento, el efecto fue que quedé con la panza henchida como si estuviera embarazado, aunque por los dolores y rumores que provenían de esa especie de globo de piel en la que se había convertido mi abdomen lo más probable era que estuviera gestando un <i>alien.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Volver el estómago a un volumen manejable me llevó gran parte de la noche, y requirió expeler líquidos por todas las vías imaginables. Sí, también en forma de lágrimas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y llegó el lunes y mi visita a la clínica, y luego de quitarme la ropa y ponerme esa bata de papel tan elegante que nos dan en las clínicas me acostaron en una camilla y me pasearon por los pasillos permitiéndome revivir la remanida escena de cualquier película que incluya a un paciente trasladado en camilla por los pasillos de una clínica: las luces del techo pasando a gran velocidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Llegamos a una especie de quirófano, una doctora me saludó cordialmente informándome a su vez que ella sería la responsable de lo que me fueran a hacer a continuación. ¿Tenía yo alguna pregunta que hacer? No, ninguna. A esa altura y con la novedosa experiencia del día previo mi nivel de curiosidad estaba cerca del de un helecho. </div>
<div style="text-align: justify;">
Otra persona asomó su cara dentro de mi campo visual y se presentó como el anestesista. Me advirtió del leve pinchazo que habría de sentir cuando me introdujera la vía en el brazo (y luego lo hizo). Acto seguido dijo : "Acabo de darte algo que te va a relajar".</div>
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<br /></div>
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Fundido a negro.</div>
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<br /></div>
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Algunas personas me habían contado que la sensación al ser sometido a anestesia total era parecida al sueño, aunque con una transición más rápida desde la vigilia. Otros me relataron una especie de comodidad instantánea seguida de narcosis.</div>
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Nada de eso me sucedió.</div>
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Si tuviera que hacer una analogía para explicar lo sucedido, yo diría que tomaron mi vida, cortaron aproximadamente una hora y empalmaron. </div>
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Durante esa hora puede que me hayan practicado el estudio de marras, o también que me hayan disfrazado de oso panda, y se hayan sacado fotografías conmigo en poses ridículas. Cualquier cosa puede haber sucedido en ese espacio de tiempo que me fue arrebatado. Al menos cuando desperté en una habitación de la clínica, (a mi parecer completamente dueño de mis facultades, pero según testigos arrastrando las palabras como un beodo) no encontré marcas, pinturas o elementos extraños en mi cuerpo. Continúo sosteniendo que esos mordiscos en el cuello los traía desde antes.</div>
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<br /></div>
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Al rato vino a la habitación la doctora que me había hecho (suponemos) el estudio anunciando que lo único que habían encontrado era un pólipo minúsculo y que lo habían extirpado de puro aburridos, nomás. Podía buscar en unos días el resultado de la biopsia que le harían a la simpática carnosidad, pero no había nada de qué preocuparse.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sí, claro. Ella no tendría nada de qué preocuparse. Yo no tenía en mente otra cosa que mi insuficiencia excretora, y si bien en aquél instante mis conductos estaban más limpios que una acera noruega, la causa de mis males no había sido descubierta. </div>
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<br /></div>
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Y como suele ocurrir, los médicos se encogieron de hombros, y le echaron la culpa de todo al <i>stress. </i>Yo también hubiera podido hacerlo. </div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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Epílogo</div>
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La preparación para el ...lo que sea que me hayan hecho en esa hora desvanecida, me dejó unas bonitas almorranas y la aniquilación total de mi flora intestinal. </div>
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Lentamente, con ayuda de yogures y semillas he recuperado parte de mis funciones perdidas. </div>
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Ya no tengo una regularidad helvética, y ya no puedo estar tranquilamente confiado en la calidad y cantidad de mi producción. </div>
<div style="text-align: justify;">
Y las urgencias pueden encontrarme en cualquier parte.</div>
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Evidentemente lo que yo poseía era un don y lo he perdido, no sabemos si transitoriamente o para siempre.</div>
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<br /></div>
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Y mientras desayuno yogures morados rociados con comida para pájaros, me consuelo pensando que he sido capaz de contar esta historia de ribetes escatológicos sin haber escrito ni una sola vez la palabra "caca".</div>
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Buenas noches.</div>
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<span style="font-size: x-small;">(*) Esto no es estrictamente cierto. Sucedieron cosas, pero ninguna relacionada con el tema principal de este artículo. Por ejemplo, a través de la ventana vi a una paloma defecando en la terraza. Y me dio envidia. Ahora que lo pienso, eso sí está un poco relacionado con el tema principal. Pero bueno, ya está escrito.</span></div>
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<br /></div>
Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-65474428692660147462012-10-08T14:01:00.001-03:002012-10-11T20:14:15.512-03:00El vientre de un blogger. (II)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8QQPbTV8t-CPEUouxx3jbCTgbVt21RlRcvZC_tExhPNsGe8uWovGabSOHDghtVG5F153eIrglsU6zOoyF-MEP_-oesTS9mPiqpQtysZODBSFnxLGEMaYfvM-0qB_8ou3KifrWJg/s1600/estreni.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8QQPbTV8t-CPEUouxx3jbCTgbVt21RlRcvZC_tExhPNsGe8uWovGabSOHDghtVG5F153eIrglsU6zOoyF-MEP_-oesTS9mPiqpQtysZODBSFnxLGEMaYfvM-0qB_8ou3KifrWJg/s400/estreni.jpg" width="400" /></a></div>
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(Viene de la <a href="http://buguert.blogspot.com/2012/10/el-vientre-de-un-blogger-i.html">primera parte</a> )<br />
<br />
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No pertenezco a ese grupo de personas que ante cualquier molestia sale corriendo llena de zozobra hacia el consultorio médico. En mi opinión la medicina se ha convertido en una especie de causa judicial de trámite lento, donde uno debe ir reuniendo evidencias de lo enfermo que se encuentra para que al final alguien dicte un diagnóstico-sentencia, que luego será apelado y corregido hasta que, con suerte, la cuestión de fondo devendrá abstracta porque usted se habrá curado, habrá fallecido, o habrá aprendido a vivir con lo que sea que le molestaba al principio.</div>
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<br /></div>
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Con esto en mente, cuando llego a la instancia de ser recibido por un facultativo voy preparado para describir mis síntomas, su evolución, lo que he hecho para combatirlos y su resultado, todo con sus correspondientes referencias temporales. Creo que de esa manera ahorramos tiempo, el profesional tiene la información resumida, sin anécdotas intrascendentes y sabe lo que uno ha probado de manera que no tiene que repetirlo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todo es inútil, por supuesto: el doctor me trata exactamente igual que al paciente que va y le dice <i>"tengo como un dolor más o menos por acá, creo"</i>.</div>
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<br /></div>
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Esta no fue la excepción, el galeno fingió escucharme, me dio una serie de órdenes para análisis de sangre y orina, otra para una ecografía abdominal (tal vez sospechara que estaba embarazado) y, despertando en mí el pequeño destello de una esperanza naciente, la receta para adquirir en la farmacia un laxante de potencia industrial.</div>
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<br /></div>
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Todos los estudios llevan tiempo, pero comprar el poderoso elixir laxativo me llevó apenas unos minutos. Luego de leer rápidamente el prospecto que acompañaba la botellita y comprobar que entre sus efectos secundarios "poco probables" estaban la ceguera, la esquizofrenia, la caía de uñas y la muerte (tengo la teoría de que cualquier medicamento serio debe incluir entre sus efectos la baja probabilidad de efectos secundarios espantosos), me mandé un trago ahí mismo ante la mirada curiosa de un par de transeúntes.</div>
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<br /></div>
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Ah, cuánta fe había depositado en ese líquido denso, transparente y dulzón, que habría de disciplinar a fuerza de moléculas a mis intestinos díscolos. Con serena confianza, mientras salían los resultados de mis análisis con el invariable signo de la normalidad, ingería tres veces por día la pócima definitiva.</div>
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<br /></div>
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La fe se pierde de a poquito. No es que un día uno se levante de la cama con talante de apóstata, hacen falta pequeñas desilusiones, una cantidad de promesas incumplidas, una serie de evidencias que van royendo las bases de la confianza.</div>
<div style="text-align: justify;">
En mi caso bastaron dos semanas de libar cucharada tras cucharada del pegajoso brebaje, que no sólo no mejoró en nada mi peristalsis, sino que me provocó un efecto secundario que podríamos calificar , al menos, de incómodo</div>
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En efecto, no sufrí ceguera ni esquizofrenia ni caída de uñas, pero quizás como una alegoría de lo insustancial de las promesas incumplidas, comencé a acumular gases intestinales de manera dolorosa y alarmante. Y a liberarlos de manera que alarmaba a todo el que estuviera en un radio de unos doce metros. Es muy posible que la ceguera, la caída de uñas y la esquizofrenia fueran, después de todo, efectos secundarios que hayan sufrido quienes hayan sido expuestos a mi presencia durante esos gaseosos días.</div>
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<br /></div>
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Volví a ver al doctor con los resultados de los estudios y con el abdomen henchido de anhídrido carbónico, nitrógeno, oxígeno, hidrógeno y algo de metano. Le conté de la nula eficacia del remedio que me había recetado, y de lo mal que estaba resultando el asunto para mi entorno más cercano, incluyendo animales y plantas. Ilustré mi exposición con la liberación de una muestra de exquisita calidad, con un toque de anhídrido sulfúrico que remitía inmediatamente al aroma particular de los huevos podridos. </div>
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Por más curtido que hubiera estado con los años de profesión, el clínico no pudo evitar un parpadeo rápido y un gruñido cargado de comprensión y náuseas. </div>
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Me habló de laxantes sistémicos, ecuménicos y aristotélicos (bueno, algo así, la verdad es que no le estaba prestando mucha atención), de la pérdida de motilidad, de las posibles causas de obstrucciones intestinales, de la dieta, del stress, en resumen, intentó tranquilizarme de muchas maneras sin notar que yo no estaba nervioso, sino harto.</div>
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<br /></div>
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Era hora de acudir al especialista. </div>
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<br /></div>
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Tal vez los amables lectores se pregunten por qué no fui al especialista en primer lugar. La razón es obvia : porque es un especialista. A no ser que el problema esté claramente delimitado (un hueso roto nos hace ir al traumatólogo , sin dudas), los especialistas solamente se fijan en su área de <i>expertise </i>, y ya podemos ir nosotros con un ojo fuera de la órbita, que el dermatólogo lo único que nos dirá es que tenemos el cutis un poco seco, o que ese lunar no le gusta nada.</div>
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Por eso siempre llego al especialista después de haber perdido una generosa cantidad de tiempo con un generalista que no me ha dado ningún diagnóstico. </div>
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En esta oportunidad el especialista indicado se llama <i>gastroenterólogo </i>, un nombre bastante feo para una actividad que supone hurguetear por lugares un poco desagradables. Pero cada quién con su vocación, vea. Incluso hay escribanos.</div>
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El gastroenterólogo fue muy expeditivo. No llegó a escuchar mi historia completa, miró por encima todos los análisis y dijo inmediatamente, "acá hay que ver si hay un caño tapado, y por qué". Un sabio, el hombre.</div>
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Y bueno, continuó, "nosotros tenemos una sola manera de ver si hay un caño tapado", así que...</div>
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Así que me fui de la entrevista con el especialista con una orden para hacer una serie de estudios prequirúrgicos<i> </i>con vistas a un procedimiento llamado<i> videocolonoscopía, </i>cuyos complejos detalles técnicos resumiré en pocas palabras : me iban a meter una pequeña cámara de televisión por el antifonario para ver lo que tenía adentro.</div>
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(Continuará)</div>
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Buenas noches</div>
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<i>PD: ¿Ya votó a este blog en las categorías "Personal" y "Humor" de los Premios Bitácoras? No quisiera alarmarlo pero la cosa no va tan bien como otros años, que a esta altura ya estábamos entre los tres primeros. Está bien, no le importa. Bueno, entonces hágame el favor, porque sí nomás, porque yo se lo pido. Si le da mucho trabajo hacer click en el botón de arriba y a la derecha de la pantalla, puede hacer click <a href="http://bitacoras.com/premios12/votar/5ba70bfc168f59cfb3af1a684b97a22da94be006"><b>AQUÍ </b></a>. Ah, ¿eso también le cuesta? Bien, me rindo. Qué barbaridad. </i></div>
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Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-24921092981160689402012-10-01T16:17:00.001-03:002012-10-01T16:23:44.061-03:00El vientre de un blogger. (I)<br />
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<i>En gran medida, somos criaturas de costumbres. Algunas usanzas son dictadas por la conveniencia, otras por la necesidad o la simple repetición, y otras, por qué no, por el placer derivado de ejercerlas.</i></div>
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<i>El cuerpo humano, merced a complicados mecanismos de los cuales apenas nos enteramos, provee cierto número de conductas que genéricamente podrían clasificarse como "tareas de mantenimiento". Expulsar los deshechos que resultan del proceso digestivo es una de ellas.</i></div>
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Con helvética regularidad y satisfactoria eficiencia, mi cuerpo se ocupaba de esos asuntos de una manera tan conveniente, que salvo emergencias originadas en un abrupto y desequilibrante cambio de dieta o en el ataque de un agente patógeno, se podía poner en hora un reloj basándose en la oportunidad de mi visita matutina a los servicios.</div>
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Tal eficacia evacuatoria me mantuvo toda mi vida alejado de conceptos tales como <i>laxante</i>, <i>purga</i>, <i>estreñimiento</i>,<i> tránsito lento</i>. Difícil tarea representaba para mí experimentar empatía con un ser humano imposibilitado de realizar sus expulsiones sin esfuerzo.</div>
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Y un día entre los días, sin previo aviso, sin existir una transformación paulatina, una decadencia gradual o al menos una catástrofe justificatoria, tan arbitrariamente como suceden las maldiciones y las auditorías fiscales, mi excelencia en los ventrales menesteres, simplemente se esfumó. </div>
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Las sesiones matutinas se convirtieron en un ejercicio de futilidad, y la actividad de mi tracto digestivo, algo de lo que era tan poco consciente como de los latidos de mi corazón o del hecho de respirar comenzó a ocupar más y más espacio en mis reflexiones.</div>
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¡Oh, época dorada de aurorales deyecciones, oh, privilegio peristáltico, maravilla intestinal, oh, mágicas entrañas!</div>
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Como un amante que descubre la valía de su pareja luego de perderla, como un niño que ha perdido su infancia, así me encontraba. Y con un humor de perros, claro. De perros estreñidos.</div>
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Al principio me lo tomé con calma. Incluso los mejores amantes habrán tenido sus percances durante los lances venéreos, unos días de desequilibrio en las tripas no eran para hacer una cuestión de estado.</div>
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Pero el desbalance entre lo comido y lo descomido continuó, y entonces hice lo que cualquier persona decente que tiene en cuenta su salud hace en estos casos: investigar en Internet.</div>
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Gracias a la red de redes, que nunca miente, que todo lo sabe y todo lo publica, conseguí unas siete mil recetas caseras para curarme el estreñimiento y unos cuatrocientos diagnósticos para mi condición, que abarcaban desde una maldición gitana hasta el envenenamiento con las secreciones de una planta que crece en el Tibet, a unos 4000 metros sobre el nivel del mar en una maceta que tiene un primo segundo del Dalai Lama en un balcón de su casa, pasando, claro está, por alternativas más probables y menos risueñas.</div>
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Imposibilitado de procesar tal cantidad de información sin caer en la locura, hice lo segundo que cualquier persona decente que tiene en cuenta su salud hace en estos casos: ignorar el problema un tiempito, a ver si se arreglaba solo.</div>
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<i>Pequeña digresión: esta conducta perece irresponsable, pero en el fondo, a no ser que el síntoma sea que uno se acaba de amputar un brazo con una motosierra, es parecida al procedimiento médico estándar. Ellos nos revisan, y si no están seguros del diagnóstico nos recetan algún placebo y nos hacen regresar a verlos en dos semanas. Qué otra cosa sino confiar en la muchas veces inexplicable y siempre maravillosa capacidad de de autoreparación del cuerpo humano es eso.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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La estrategia de la ignorancia no dio resultado. Podríamos decir que la ignorancia nunca es una buena estrategia, pero aquí no estamos intentando educar a las masas, apenas si estamos relatando mis miserias.</div>
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El asunto es que el balance continuó siendo netamente positivo, y empecé a preguntarme donde estaba acumulando reservas de dudosa calidad. Aunque palpar mi vientre tenso como un tambor podría haberme dado una pista. Caramba, lo que no había podido lograr con vigorosos ejercicios abdominales lo estaba obteniendo con relleno sanitario.</div>
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La siguiente etapa lógica en la evolución del paciente que aún se resiste a serlo de manera oficial, es probar con toda clase de remedios caseros para su dolencia. </div>
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Fueron días de yogures mágicos, purés, panes integrales, frutas, verduras, evitar carnes y grasas, todos procedimientos que en el mejor de los casos pueden haber colaborado en convertirme en el cadáver más saludable del cementerio, pero que no contribuyeron un ápice a la desopilación buscada.</div>
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Era hora de darle una oportunidad a la ciencia, es decir automedicarme con un laxante de venta libre.</div>
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Mentiría si dijera que no hubo un cambio. Pero no en el sentido esperado, ya que si bien mis exportaciones fueron igual de exiguas, mutaron grandemente en su calidad. Para peor. Lo que antes eran unos pequeños trocitos de material compacto, ahora eran unas cuantas gotas de tristeza semilíquida. Que además eran acompañadas por un despliegue sonoro francamente exagerado. Mucho ruido, y nada que se pareciera ni remotamente a la más humilde de las nueces.</div>
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Y entonces, sólo entonces, luego de haber agotado todas las alternativas, con la seguridad de no padecer una molestia pasajera, sino por el contrario, representar un desafío médico, un enigma científico, algo a lo que no tuvieran más alternativa que ponerle mi nombre, con la secreta convicción de padecer el aún no descubierto <i>síndrome de Bugman</i>, acudí a un doctor.</div>
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<i>(Continuará)</i></div>
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Buenas noches.</div>
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PD: Casi me olvido...¿ya votó por este blog en los Premios Bitácoras? Haga click en el botón, arriba, a la derecha de la pantalla. No sea ídem, por favor.</div>
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Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-49989372863282481972012-09-23T20:29:00.000-03:002012-09-23T20:34:51.209-03:00Los Premios Bitácoras y la tradición.<div style="text-align: justify;">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDeeNQwThoCf3Ho-RoJPcr5UYpsqXMfB_SYmLjEoLJCbh85wVXyIh3wCLtzsxK0a3KqVV9cOBRnlczMAyd5kLFR93_fYgZ0A4N3oMjO021jFBejjSZsDiw6hUwaNvghli7BSAjHQ/s1600/bitacoras.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDeeNQwThoCf3Ho-RoJPcr5UYpsqXMfB_SYmLjEoLJCbh85wVXyIh3wCLtzsxK0a3KqVV9cOBRnlczMAyd5kLFR93_fYgZ0A4N3oMjO021jFBejjSZsDiw6hUwaNvghli7BSAjHQ/s400/bitacoras.jpg" width="400" /></a></div>
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<i><br /></i></div>
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<i>Es posible que usted haya notado la presencia de ese botón arriba, a la derecha de la pantalla, debajo de un sugestivo título que dice "¡A VOTAR, BOTARATES!"</i></div>
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Si usted es un antiguo lector de este opúsculo virtual, probablemente ya sepa lo que significa, y esté sacudiendo la cabeza entre incrédulo y resignado.</div>
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Si en cambio, usted nos sigue hace poco tiempo, debería contarle de qué se trata. </div>
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<br /></div>
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Resulta que hay un sitio de Internet que se llama <a href="http://bitacoras.com/">Bitacoras.com</a>, que todos los años organiza un<a href="http://bitacoras.com/premios12"> concurso</a> que premia a los blogs en español más destacados, clasificados en varias categorías..</div>
<div style="text-align: justify;">
Resulta que la metodología para elegir a los ganadores es una combinación de votación y jurado: el público vota a los blogs de su preferencia en cada categoría, y en determinada fecha los tres más votados de cada una son declarados finalistas y pasan a ser examinados por un jurado que elige a los ganadores.</div>
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Resulta que este blog ha participado en este concurso los años <a href="http://buguert.blogspot.com/search/label/Bitacoras%202008">2008</a>, <a href="http://buguert.blogspot.com/search/label/Bit%C3%A1coras%202009">2009</a>, <a href="http://buguert.blogspot.com/search/label/Bit%C3%A1coras%202010">2010</a> y <a href="http://xn--bitcoras%202011-pjb/">2011</a>, y en todas las oportunidades ha llegado a la instancia final (la terna que debe examinar el jurado).</div>
<div style="text-align: justify;">
Resulta que en ninguna de esas oportunidades el jurado ha considerado que este blog merezca premio alguno.</div>
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Hasta aquí, los hechos.</div>
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<br /></div>
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Este año no estaba muy entusiasmado por participar. Es más, anticipándose a mi desgano, los organizadores ni siquiera me habían enviado el correo electrónico de rigor invitándome a la exposición anual de mi autoestima</div>
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Pero luego lo pensé mejor, y comprendí que ya se ha establecido un tradición que involucra a este blog y estos premios, que consiste en participar, llegar a la final y nunca ganar, y que no hay ninguna razón válida para romperla (tampoco para mantenerla, pero es más divertido así).</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y en medio de esas reflexiones me llegó el correo de invitación, y como cuando uno quiere hacer algo puede interpretar a su antojo cada cosa que pasa a su alrededor como si fuera una señal de que el universo aprueba su intención, decidí que otra vez vamos a jugar a esto.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bien, para que eso sea posible necesito sus votos, estimados lectores. ¿Cómo pueden votar? Es sencillo, hacen click en el botón que dice "VOTA AHORA Premios 2012 Bitacoras.com" (arriba, a la derecha de la pantalla, señora, no puede perderse). </div>
<div style="text-align: justify;">
Una vez hecho esto, aparece la pantalla con todas las categorías, y si configuré bien el <i>firinduli </i>, en las correspondientes a "Mejor Blog Personal" y Mejor Blog de Humor" debería estar escrita la dirección de este blog, o sea<b> http://buguert.blogspot.com . </b>Si no es así, por favor escríbanla. Sí, pueden copiar y pegar, faltaba más. (<i>Sí, señora, participamos en dos categorías al mismo tiempo. Sí, se puede. No, no es trampa. Que no</i>).</div>
<div style="text-align: justify;">
El sistema les va a pedir que se identifiquen. (<i>No, señora, no es que le van a preguntar si usted es la suegra de Estercita, la de la panadería, le van a pedir un usuario y contraseña</i>). Llegado a este punto, puede suceder que usted ya sea un usuario de Bitacoras.com o tenga cuenta en Twitter o Facebook, y entonces puede votar con cualquiera de esas cuentas. Si no es así, y quiere seguir adelante, bueno, primero tendrá que abrirse una cuenta en alguno de esos tres lugares. (<i>Entenderé si su entusiasmo merma en ese momento, y decide que mejor se va a preparar un sándwich y que al blogger calvo lo vote la suegra de Estercita la de la panadería</i>).</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cada semana los organizadores informan sobre los primeros 50 clasificados de cada categoría, esto ya ha comenzado (o sea que este año encima de todo estoy empezando tarde) y en la categoría "Personal" no figuramos, pero en "Humor", curiosamente, estamos en el puesto 31. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Hasta cuándo pueden votar? Hasta el 9 de noviembre.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cuándo se anuncian los finalistas? El 12 de noviembre.</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Y los ganadores? El 23 de noviembre, en una ceremonia que se hace en Madrid, porque quienes organizan estos premios son unos señores españoles, no recuerdo si les había contado.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces, amables lectores, agradeciéndoles por adelantado su amabilidad al votar por este blog, me despido con la arenga de rigor: </div>
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<b>¡A VOTAR, BOTARATES!</b></div>
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<br /></div>
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Buenas noches.</div>
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<br /></div>
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<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-15715533027300455092012-08-12T20:13:00.000-03:002012-08-12T20:13:57.030-03:00El Humor en los tiempos de porquería.<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Los antiguos lectores de<i> Los Sin-logismo</i>s, y algunos de los más nuevos habrán notado que la mayoría de los artículos aquí expuestos tienen un tono intencionalmente humorístico (no, el hecho de que no le hayan provocado la menor gracia a usted no es relevante en este momento, pero gracias por su opinión).</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También habrán notado, porque los adivino suspicaces, que no he escrito nada en los últimos dos meses.</div>
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<br /></div>
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No habré de justificar mi ausencia con el relato de tragedias propias, que para ustedes, amables lectores, serán ajenas y por lo tanto, al decir de Oscar Wilde, de una banalidad insoportable. </div>
<div style="text-align: justify;">
Tampoco es que tenga que justificar nada, ya que a pesar de los esfuerzos desplegados durante los últimos ocho años, no he logrado despertar el interés de nadie al punto de que se mostrara ansioso de pagarme por escribir. De manera que no le debo explicaciones a mi agente, mi editor o mi mecenas, ya que por lo general no voy por la vida excusándome ante personas cuya característica más saliente es la inexistencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El hecho es que no he estado escribiendo, y hace poco me pregunté por qué. No es una pregunta superflua, uno siempre debería preguntarse por qué no está haciendo algo que solía disfrutar (a menos, claro, que lo haya reemplazado por algo que disfruta mucho más). Llegué a la conclusión de que simplemente<i> no estaba de humor</i>. Lo cual es completamente absurdo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay una clase de humor para las ocasiones amables, los tiempos alegres, los encuentros festivos. Es un humor que actúa como catalizador para la carcajada, apenas un empujoncito para que ocurra ese estado convulsivo y feliz inundando nuestro cerebro de endorfinas. Son ocasiones en las que una pedorreta puede hacer que literalmente nos revolquemos de risa. No se escribe un humor así, obviamente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero hay otras épocas en las que el estado de las cosas no invita a la distensión y la chanza superflua, donde la pedorreta se convierte, despojada de contexto, en lo que realmente es, una grosería sin relieve.</div>
<div style="text-align: justify;">
Es en esas condiciones que el humor se transforma. Se concentra, se destila, se hace más punzante, y al estar más enfocado deja a oscuras a muchos, pero ilumina con más fuerza a los que se encuentran bajo su potente haz.</div>
<div style="text-align: justify;">
En tiempos de porquería, el humor es escudo y lanza, coraza y mosquete, tabla flotando en un naufragio y sofisticada estrategia de superveniencia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me apresuro en aclarar que no estamos aquí hablando de la necesidad de poner al mal tiempo buena cara, ni le asignaremos magia alguna a una liviana <i>actitud positiva</i>. Las catástrofes suceden, los problemas no desaparecen mediante el sencillo trámite de pensar en ellos con optimismo y alegría, y nada cambia el hecho de que al final del camino seremos fagocitados por bichos asquerosos (muchos de los cuales ya están viviendo adentro nuestro, malditos traidores).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se trata de una actitud completamente diferente. Es una forma de protesta. Es decirle al Universo que ya sabemos lo que nos prepara, y que aún así no nos dejamos amedrentar. Es una postura, una declaración.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En ese orden de ideas, no escribir humor porque no se está de humor resulta equivalente a no hacer dieta porque se está demasiado gordo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dedicada a aquellos de entre ustedes que aspiran (como yo) a ser esa clase de individuos capaces de improvisar una broma acerca de corbatas y nudos en el preciso momento en que el verdugo les pone la soga al cuello, voy a terminar este artículo con una anécdota personal.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace no mucho tiempo, me encontraba cuidando a mi abuela, anciana de 99 años en su lecho de muerte. La veía debatirse con inquietud, mientras murmuraba algunas palabras ininteligibles. Lentamente, las palabras comenzaron a hacerse más claras y audibles: decía, alternativamente, "quiero vivir" y "me quiero morir". Las repetía como un <i>mantra</i>.<i> Vivir, morir, vivir, morir. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
La escena era angustiosa, yo permanecía en silencio y escuchaba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Vivir, morir, vivir, morir, vivir, morir...</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Y en un instante, el silencio. </div>
<div style="text-align: justify;">
Mi abuela abrió los ojos, levantó apenas la cabeza de la almohada, y declaró :</div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b><br /></b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>-Pero qué vieja boluda, no sé ni lo que quiero.</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b><br /></b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
A eso me refiero, exactamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Buenas noches.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com31tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-81441692091910303912012-06-16T01:00:00.000-03:002012-06-16T01:00:06.316-03:00Máquina.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLmZluWOMuW55te603sUe1poQWMta_KM4Mdewbr5vSxNVCcpJD54o0dXE5AGI4GxEemAWdA34CB16xKW-GqKfw0yGzX2GFbRgdVcdwKuvwbhyeV7qy-2u69Ws-r9A82CiObxhyphenhypheng/s1600/46.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLmZluWOMuW55te603sUe1poQWMta_KM4Mdewbr5vSxNVCcpJD54o0dXE5AGI4GxEemAWdA34CB16xKW-GqKfw0yGzX2GFbRgdVcdwKuvwbhyeV7qy-2u69Ws-r9A82CiObxhyphenhypheng/s640/46.jpg" width="640" /></a></div>
<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-52385385946710352142012-06-10T18:25:00.002-03:002012-06-10T18:26:02.902-03:00Recuerdos del fin del mundo (cuarta parte)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQVnuMpICldilxjzG8YzhebQE9n11EMrFEM3cgpfYvQWM4EhmSmMqXzo0XPuJtqlDQE3nOYfDrbHg0CL8PsXBzU08_Bkz0YJig1do_UY2TBh9h2olCtGIcEhxGCMD0jq0p8O5QVg/s1600/worldnews.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQVnuMpICldilxjzG8YzhebQE9n11EMrFEM3cgpfYvQWM4EhmSmMqXzo0XPuJtqlDQE3nOYfDrbHg0CL8PsXBzU08_Bkz0YJig1do_UY2TBh9h2olCtGIcEhxGCMD0jq0p8O5QVg/s1600/worldnews.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
(Viene de la <a href="http://buguert.blogspot.com/2012/06/recuerdos-del-fin-del-mundo-tercera.html">tercera parte</a>)<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Y esperamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y seguimos esperando.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y esperamos más.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y cuando perdimos la paciencia, respiramos hondo, miramos hacia el techo, y esperamos todavía más.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Existen fracasos espectaculares, fracasos épicos, fracasos gloriosos e incluso fracasos heroicos.</div>
<div style="text-align: justify;">
El nuestro no fue nada de eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sí, fracasamos, pero usted ya lo sabía.</div>
<div style="text-align: justify;">
Porque es evidente que si hubiéramos tenido éxito yo estaría demasiado ocupado haciendo lo que sea que los millonarios hacen como para escribir en este blog. Y no , no creo que los millonarios escriban en <i>blogs</i>. A los sumo contratan a tipos como yo para que escriban por ellos. Y no, tampoco me ofrecieron nada de eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es cierto que si bien no tuvimos ni un poquito de éxito podríamos haber fracasado aún más. No vendimos ni una <i style="text-align: justify;">Centurion Card, </i><span style="text-align: justify;">es cierto, pero tampoco compramos ninguna. Nadie nos contrató una auditoría completa <i>Y2K, </i>pero tampoco subcontratamos a diez auditores a los que tuvimos que pagarles de todas formas. En resumen, p</span><span style="text-align: justify;">erdimos algo de tiempo, algo de autoestima y una pizca de integridad, pero todo eso pudo recuperarse (1). </span></div>
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<span style="text-align: justify;">EPÍLOGO.</span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: justify;">En diciembre de 1999, mi socio y yo ya no éramos consultores independientes. Habíamos sido contratados por una empresa británica que se dedicaba, al desarrollo de software. El <i>proyecto Y2k</i> de esta empresa, con oficinas en varios países, consistía en parte en confiar en la robustez de sus productos, y en parte en esperar y ver qué pasaba.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="text-align: justify;">El 31 de diciembre de ese año, aprovechando la diferencia de horarios, los colegas australianos fueron los primeros en tranquilizarnos señalando que en lo que concernía a nuestros productos no había nada inusual que informar. A las 12 de la noche brindamos con nuestras familias y ni siquiera pensamos en el efecto Y2K.</span></div>
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<span style="text-align: justify;">En todo el planeta fue más o menos igual. </span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<span style="text-align: justify;">El primer fin del mundo basado en la ocurrencia de una falla tecnológica había sido evitado, ya sea mediante la laboriosa y sistemática aplicación de elaborados planes o a través de la técnica alternativa de cruzar los dedos y cerrar los ojos (2).</span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<span style="text-align: justify;">Muchas personas ganaron mucho dinero con el asunto. Yo no fui uno de ellos. Pero no importa, me alegro de que el mundo no se haya terminado precisamente por culpa de personas que se dedican a la informática, porque eso me hubiera dado muy mala reputación en el Infierno.</span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span><br />
<div style="text-align: justify;">
Y además, tendré mi revancha en el año 2038.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Buenas noches.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span><br />
<span style="font-size: x-small;">(1) En este preciso momento estoy recuperando parte de ese tiempo escribiendo muy rápido.</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(2) Pero no es cierto que el efecto Y2k haya pasado desapercibido. El 1ro de enero del año 2000, una ancianita de Tauranga, Nueva Zelandia, quiso retirar 12 dólares neozeladeses de un cajero automático y no pudo hacerlo. La octogenaria mujer comenzó a azotar la máquina con su bastón hasta que llegó la policía y amablemente le indicó que los teléfonos públicos no entregan dinero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-84787435578183491602012-06-03T19:34:00.001-03:002012-06-10T16:46:55.443-03:00Recuerdos del fin del mundo (tercera parte)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCGLANkPVCbxGTxIlPep3M2fg8_EfgXkqdDeG_MmhrutgLlzRGVX-0DA4GOUbUx4u07WjBokcr9tnX3TuOKcu00_N-kMg1QFuFqvxJ78i89aDuo-3psOnB-rleXu5KeSC2DNHNw/s1600/elfin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHCGLANkPVCbxGTxIlPep3M2fg8_EfgXkqdDeG_MmhrutgLlzRGVX-0DA4GOUbUx4u07WjBokcr9tnX3TuOKcu00_N-kMg1QFuFqvxJ78i89aDuo-3psOnB-rleXu5KeSC2DNHNw/s320/elfin.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
(Viene de la <a href="http://buguert.blogspot.com/2012/05/recuerdos-del-fin-del-mundo-segunda.html">segunda parte</a>)<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Con mi socio, nos dedicamos un par de días a evaluar la situación. Pronto, estuvimos de acuerdo en que las grandes empresas y bancos ya se estaban dedicando al problema, probablemente desde antes de que se hiciera público. Además, no teníamos ni los conocimientos ni los recursos necesarios para encarar un proyecto de consultoría a gran escala (1).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nuestros clientes, eran, en general, pequeñas empresas y profesionales independientes cuya cultura informática se limitaba a no introducir alimentos adentro del monitor pensando que era un horno de microondas (2). La percepción de estas buenas gentes acerca del problema del año 2000 era entre difusa e inexistente. En otras palabras, <i>no tenían miedo</i>, y esa antipática actitud hacía que se mostraran renuentes a darnos dinero a los consultores informáticos para salvarlos de un peligro inexplicable.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como la falta de temor puede provenir tanto del conocimiento como de la ignorancia, decidimos combatir la segunda proporcionando el primero. O algo así.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que hicimos fue una especie de boletín informativo que se distribuía vía correo electrónico, que contenía algunas nociones generales de informática, algunas noticias, algún artículo en tono jocoso, y, por supuesto, sutiles referencias al efecto <i>Y2K </i>. No empezamos gritando ¡USTED ESTÁ CONDENADO A PERDER TODAS SUS POSESIONES Y A SOBREVIVIR COMIENDO BICHOS DE LA CORTEZA DE ÁRBOLES PODRIDOS A MENOS QUE NOS PAGUE MUCHO DINERO AHORA MISMO! sino que, lentamente, comenzamos a introducir el tema. Lo que se dice, toda una operación de prensa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras esperábamos que en nuestros clientes se despertara la curiosidad, que diera paso al interés, para convertirse en preocupación y luego en alarma, estudiábamos las opciones de servicios que podíamos ofrecerles cuando vinieran a golpearnos la puerta dando alaridos y arrancándose el cabello a mechones.</div>
<div style="text-align: justify;">
Decidimos centrarnos en los equipos informáticos, es decir las computadoras y servidores, ya que no conocíamos a nadie que estuviera a nuestro alcance que usara software de los 70 que hubiera costado millones de dólares y valiera la pena modernizar. La idea era dar a entender que las computadoras fabricadas antes de 1997 estaban en peligro de fallar más allá de todo arreglo a la hora cero del 1 de enero de 2000, y nosotros podríamos salvarlas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una exhaustiva investigación de mercado (3) dio como resultado el hallazgo de dos maravillosos productos que salvarían el futuro de nuestros bienamados clientes al proteger sus valiosos equipos informáticos y el nuestro al proporcionarnos unas ganancias que nos permitirían retirarnos a los cuarenta e irnos a vivir a la Polinesia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En primer lugar, encontramos el <i>Millenium Bug Fix</i>, un software que aseguraba que analizaba su computadora y luego de correr una serie de pruebas informaba si estaba en peligro de sufrir la muerte por <i>Y2K-itis. </i>El criterio en que se basaba este software para hacer la evaluación era desconocido, y la explicación que tenían en la página web era jerigonza técnica sin ningún significado real, pero las pantallas que se mostraban mientras corrían las pruebas eran sospechosamente parecidas a lo que el público en general está acostumbrado a ver en las películas: algo que está haciendo "cosas" y que muestra barras de progreso que se mueven. Y como broche de oro la presentación del producto tenía una versión en español que había sido traducida por algún sistema automático, resultando en que <i>Millenium Bug Fix</i> se convirtiera en <i>Bicho Milenio Repara. </i>Era estupendo, era irresistiblemente encantador.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El segundo pilar de nuestro futuro imperio económico era la <i>Centurion Card, </i>que no era la exclusiva tarjeta American Express de color negro (4), sino una placa con circuitos impresos, que se colocaba en las computadoras supuestamente para compensar la falla de reloj que habría de producirse en la fecha señalada. Los fabricantes de estas tarjetas también aportaban su granito de arena a la confusión general, diciendo que su artilugio corregía incluso el <i>efecto Croucher-Elkin </i>, (5) llamado de esa manera por los dos estudiantes de la universidad de Wichita del Norte (6) que lo habían descubierto, y que, según ellos ¡podía afectar también a las computadoras fabricadas después de 1997! </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La estrategia era brillante: primero, crear la preocupación por el efecto <i>Y2K</i>. Luego, ofrecer nuestros servicios de consultoría para relevar la situación particular de cada cliente y, gracias al B<i>icho Milenio Repara</i>, hacer un diagnóstico. Si el Bicho Milenio Repara decía que la computadora estaba en riesgo, venderle la<i> Centurion Card. </i>Si el Bicho Milenio Repara no decía nada, entonces revelarles la existencia de aterrador efecto <i>Croucher-Elkin </i>(7) y de todas maneras venderle la tarjeta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se preguntará usted por qué no ofrecíamos directamente la dichosa tarjeta, si por una razón u otra le íbamos a decir al cliente que tenía que comprarla. </div>
<div style="text-align: justify;">
Es que usted no comprende cómo trabaja un consultor. El objetivo no es venderle una solución. El objetivo es cobrarle por el trabajo que le dará al consultor convencerlo a usted de que tiene que comprar la solución. Y después vendérsela.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya habíamos echado las redes. Era cuestión de tiempo, los clientes comenzarían preguntando tímidamente, luego con más insistencia y al final se convertirían en una marea incontenible de pedidos y dinero. Mucho dinero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con un emocionado recuerdo hacia aquellos pioneros del desarrollo de aplicaciones bancarias que habían decidido heredarnos sus problemas y permitirnos hacernos ricos con nuestras soluciones, nos sentamos a esperar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(Continuará)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(1) Aquello fue un exceso de escrúpulos. A lo largo de los años me he encontrado con muchísima gente que no tiene recursos ni conocimientos y sin embargo encara cualquier proyecto. Los resultados suelen ser entre desastrosos y mediocres, pero se las arreglan para cobrar buen dinero y evitar la cárcel.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(2) Y no es que no lo intentaran.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(3) Sí, escribimos "Y2K ,productos" en un buscador de Internet. Pero no era Google, por eso fue exhaustiva.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(4) Es a la inversa, para obtener esa tarjeta, primero hay que tener el imperio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(5) No estoy muy seguro del nombre. Pero sonaba parecido. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(6) Tampoco estoy seguro de que fuera esa Universidad. De los que estoy seguro es de que no era una de las más conocidas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(7) Que no, que no estoy seguro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-90502056587595557542012-05-27T17:13:00.002-03:002012-05-28T08:18:07.965-03:00Recuerdos del fin del mundo (segunda parte)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcPKzn7EUcH5BBxjHXswzMmjCV-qf3JIjzq6W4qPkddP5iTeF7cRH9u8nGuWBE_p2CIVNFLUBF3WXVwzQwSI5_lkETD5kZ7NuO1g3u7JtmRCD7tGwtlAkqef5GsTTg7J2hgR6NKQ/s1600/Y2K.GIF" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcPKzn7EUcH5BBxjHXswzMmjCV-qf3JIjzq6W4qPkddP5iTeF7cRH9u8nGuWBE_p2CIVNFLUBF3WXVwzQwSI5_lkETD5kZ7NuO1g3u7JtmRCD7tGwtlAkqef5GsTTg7J2hgR6NKQ/s320/Y2K.GIF" width="265" /></a></div>
<br />
<br />
(Viene de la <a href="http://buguert.blogspot.com/2012/05/recuerdos-del-fin-del-mundo-primera.html">primera parte</a>)<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Similares escenas se produjeron en las oficinas de los dueños, administradores, responsables y chivos expiatorios de las otras grandes empresas y bancos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Además, en esa época existían muy pocos programadores de computadoras y todos compraban sus anteojos de marco grueso en la misma óptica, de manera que la noticia se esparció rápidamente entre la pintoresca comunidad. El resultado fue que el asunto de las fechas fue resuelto en todas partes siguiendo el criterio general: dos dígitos. Treinta años era muchísimo tiempo, era ridículo pensar que los programas que estaban escribiendo durarían tanto, y lo mejor de todo era que si algo malo sucedía sería problema otras personas.<br />
<br />
La gente suele equivocarse al hacer pronósticos, sobre todo a tan largo plazo. Se suponía que a fines del siglo XX deberíamos contar con autos voladores, veredas móviles y robots domésticos. En cambio teníamos teléfonos celulares para avisar que llegaríamos tarde porque estábamos en medio de un tremendo tapón de tránsito. Eso, y software de los setentas.<br />
Porque de alguna manera, como una bacteria especialmente resistente, aquellos programas que habían dejado sin trabajo a cientos de miles de monos en los setentas, habían sobrevivido a mutaciones, mejoras, correcciones y actualizaciones (1), y todo con dos dígitos.<br />
<br />
Fue así que durante los primeros meses de 1999, una vez que hube entendido aproximadamente el origen del problema, me dispuse a investigar sobre sus potenciales consecuencias.<br />
Y encontré toda clase de personas que afirmaban toda clase de cosas. Estaban aquellos que decían que volveríamos a la edad de piedra y los que aseguraban en tono conspirativo que todo era una maniobra de la CIA, el FBI, el Ejército de Salvación y los Escribanos Públicos para controlar el mercado mundial de dentaduras postizas. En el medio, estaban las opiniones de los que con un poco más de credibilidad, explicaban que, de no hacerse algo, era muy posible que hubiera dificultades graves en el mundo financiero, en los transportes, las comunicaciones y la producción industrial automatizada. <br />
<br />
Cuando uno se encuentra ante un asunto complejo sobre el cual hay mucha información y a la vez mucha ignorancia, lo mejor suele ser juntar la información con la ignorancia y hacer una pasta más o menos digerible para el intelecto. Este es un proceso arduo y trabajoso que implica revisar los datos de los que se dispone, clasificarlos, compararlos, valorarlos y extraer conclusiones, que a su vez deben ser objeto de revisión para asegurarnos de que son el resultado directo de los datos y no de algún prejuicio subyacente o una muestra sesgada.<br />
<br />
Por supuesto que no hice nada de eso, el sólo escribirlo ya me causó dolor de cabeza. En su lugar, me puse a imaginar qué podía suceder, como si yo fuera el guionista de una película clase B.<br />
Bien, allí estaba, primer plano del rostro de una ancianita frente a un cajero de banco que le acaba de decir que en su cuenta de ahorros no hay un solo centavo. Otra escena, un operario en una fábrica de muñecas ve pasar por la cinta transportadora un torso plástico con tres piernas (2). Los carteles electrónicos de un aeropuerto empiezan a mostrar la leyenda "DEMORADO" en todos los vuelos. Vista aérea de un embotellamiento enorme, con miles de automovilistas tocando inútilmente sus bocinas. Un operador de bolsa mirando una pantalla y agarrándose la cabeza, mientras detrás de él pasa gente corriendo y tirando papeles. Gente rompiendo vidrieras y llevándose televisores. Un niño de corta edad llorando desconsoladamente sentado en la calle, entonces pasa un elefante y lo aplasta. No, caramba, esa última escena no. Conseguir un elefante entrenado es carísimo.<br />
<br />
Más allá de las escenas eliminadas, el ejercicio me sirvió para darme cuenta de que existía un problema, un problema feo, cuyo alcance no se conocía con exactitud, en el que estaban trabajando muchísimas personas en todo el mundo tanto de los gobiernos como de las empresas, y cuya solución estaba demandando miles y miles de horas hombre y montañas inconmensurables de dinero.<br />
<br />
Y entonces entré en pánico, porque por primera vez capté las implicaciones del asunto:<br />
¡<b>Había muchísima gente asustada dispuesta a darle dinero a consultores en informática!</b><br />
<b>¡Y yo no lo estaba aprovechando!</b><br />
<b><br /></b><br />
(Continuará)</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">(1) La mayoría de los monos también sobrevivieron. Algunos volvieron a la selva, otros se convirtieron en conductores de shows televisivos y una pequeña minoría se unió al enemigo y se dedicó al software de computadoras. Su producto más conocido fue el <i>Windows Millenium.</i></span><br />
<span style="font-size: x-small;">(2) La muñeca debe ser ligeramente parecida a Barbie, pero no tanto como para que nos quieran cobrar regalías, recuerden que es una película </span><span style="font-size: x-small;">clase</span><span style="font-size: x-small;"> B.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span><br />
<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-56512450950526145672012-05-19T20:37:00.000-03:002012-05-19T20:38:32.047-03:00Recuerdos del fin del mundo (primera parte)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxNWEhyugLVfSrkZ-d8cbcZAvMjkvzHHfQi5yv3BngqtnDuOvc1-lgDXiDQkO3yJ12Qere_IbjbcqUFFpNSddiGyz03aPNb1vZyCi4p7gjOqYnHKtM9O6-oOSeE_nm811uI0UUw/s1600/el+fin.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTxNWEhyugLVfSrkZ-d8cbcZAvMjkvzHHfQi5yv3BngqtnDuOvc1-lgDXiDQkO3yJ12Qere_IbjbcqUFFpNSddiGyz03aPNb1vZyCi4p7gjOqYnHKtM9O6-oOSeE_nm811uI0UUw/s400/el+fin.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>Si usted nació después del 1 de enero de 2000, probablemente no sepa lo cerca que estuvo de no existir. Y además es un niño, y no sé qué está haciendo aquí leyendo esto.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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Corría el año 1999, más precisamente los primeros meses de ese año, y quien suscribe trabajaba de consultor independiente en el área de informática. </div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de mis clientes, como al pasar, me preguntó qué había de cierto en el <i>efecto 2K</i>, y yo le contesté que no se preocupara. El que se preocupó fui yo, porque no tenia la menor idea de qué me estaba hablando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Más tarde, luego de una ardua investigación en Internet (1) me enteré de qué iba la cosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>Advertencia:</b> lo que sigue es una versión novelada de lo que realmente sucedió. Si usted es una persona que sabe mucho de la historia de la tecnología, por favor no incordie con los múltiples detalles omitidos o exagerados o inventados. Especialmente con los inventados, que son los mejores.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
Resulta que por allá por la década del 70, muchas grandes empresas y bancos comenzaron a pensar que sería buena idea dejar de tener ejércitos de chimpancés y orangutanes provistos de ábacos (2) para llevar sus cuentas. Y los dueños de esas grandes empresas y bancos preguntaron qué estaba de moda, y les respondieron que <i>las computadoras</i>. Y computadoras compraron, que en ese entonces eran unas tremendas máquinas que ocupaban más lugar que un automóvil (pero no las ponían en el garage, porque costaban una fortuna). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y después miraron las computadoras y miraron alrededor y vieron que nada cambiaba, y llamaron al proveedor y lo insultaron y le pidieron que les devolvieran la plata, hasta que les explicaron que adentro de las computadoras tenían que poner algo, un <i>software, </i>es decir los programas para hacer las cuentas en lugar de los chimpancés y orangutanes (que para esa altura ya estaban robando material de oficina, en previsión de su inminente despido). </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y allí fueron los dueños de las grandes empresas y bancos, pensando que más les hubiera valido quedarse con los monos, pero ya estaban metidos en el baile y tenían que bailar. Entonces fue que contrataron a unos señores sumamente curiosos, un poco parecidos a los primates peludos, pero menos higiénicos: <i>los programadores </i>(3).</div>
<div style="text-align: justify;">
Los programadores suelen ser personas muy meticulosas, antes de empezar a escribir una sola línea de código pretenden saber qué demonios se espera que hagan. Así que luego de interminables idas, vueltas, y larguísimas sesiones de diagramación, coordinación, enumeración, información, recapitulación, capacitación y desesperación (4), se dieron una buena idea de lo que un sistema bancario o de gestión empresarial debería hacer.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora bien, es frecuente que durante la etapa de desarrollo de un software cualquiera aparezcan detalles que escaparon al análisis inicial. Por ejemplo, que los monos atacaran a los programadores. No, estoy bromeando. Eso estaba previsto, todos los programadores cargaban pistolas de dardos tranquilizantes (5). Pero sí hay ocasiones en las cuales el programador tiene que tomar una decisión, y le parece que es demasiado relevante como para tomarla él mismo y cargar con la responsabilidad. Entonces pregunta . </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En este caso la decisión a tomar era: ¿Cómo registramos las fechas, específicamente el año? ¿Con dos o cuatro dígitos? Es decir, el 1 de enero de 1973 se verá como "01/01/73" o como "01/01/1973"?<br />
Ya sé lo que están pensando. Es una tontería, un detalle cosmético, una fruslería, una insignificancia, una nadería, una minucia. Nadie se muere por tener que escribir cuatro números en vez de dos.<br />
Bien, resultó ser que el detalle era importante. Imaginemos la situación. Un programador se encuentra con ese dilema, y le pregunta al jefe de proyecto. El jefe de proyecto evalúa las diferencias y sus implicaciones, y se da cuenta de que lo mejor es explicarle la cosa al cliente y dejar que él decida. De esa manera siempre podrá defenderse diciendo "usted lo pidió así".<br />
<br />
Imaginemos que el siguiente diálogo se produce a principios de los 70 en la oficina del dueño de una gran empresa o banco, entre el jefe de proyecto y el mismísimo mandamás:<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Bueeenas...si no está muy ocupado, quisiera hacerle una consulta sobre el Proyecto Alfa.<br />
<br />
<b>Dueño:</b> -¿El qué? ¿Quién es usted? ¿Quién lo dejó pasar? (observando que dos orangutanes y un chimpancé aprovechan al puerta abierta para colarse en el despacho).<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Soy Smith, de Tecnnical Technology Technicals Inc., somos los que estamos haciendo el software de gestión de la empresa...<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (quitándole una engrapadora a un orangután) Ah, eso, sí. ¿Qué quiere?<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Eeh...vea, tenemos que decidir la cantidad de dígitos en las fechas...<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (tirándole la engrapadora a un chimpancé que estaba masticando una carpeta). -Los dígitos de....¿qué?<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Le pregunto si quiere las fechas con dos o cuatro dígitos para el año.<br />
<br />
<b>Dueño: </b>-¿Eh?<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> (un poco incómodo ante la presencia de un orangután especialmente corpulento que empezaba a despiojarlo) -Es que hay dos maneras, usted puede hacer que las fechas sean como "01/01/73" o como "01/01/1973".<br />
<br />
<b>Dueño:</b> ¿Pero qué importa? ¡Cierre la puerta que entran más monos!<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto: </b>(más incómodo porque acaba de advertir que en los ojos del orangután que lo está despiojando se advierte un brillo lujurioso) -Está la cuestión de la memoria....<br />
<br />
<b>Dueño: </b>(buscando en un cajón su pistola de dardos tranquilizantes) -¡No sea insolente, jovencito! ¡No le pasa nada a mi memoria, es sólo que hay cosas que no vale la pena recordar!<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> (intentando inútilmente que el orangután deje de acariciarle el pelo) -No, me refiero a la memoria de las computadoras, RAM, ROM...<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (tratando de decidir si el dardo tranquilizante tendría como blanco al orangután o al jefe de proyecto) -No empiece con esa jerga rara que tienen ustedes. Estoy seguro que la mitad del tiempo no dicen nada, y se ríen de nosotros.<br />
<br />
El jefe de proyecto suspiró, el orangután interpretó eso como una respuesta a sus requiebros amorosos y lo abrazó desde atrás. El dueño de la gran empresa o banco cerró un ojo, apuntó y disparó. El simio cerró los ojos con expresión pacífica, y se desplomó a los pies del jefe de proyecto formando una especie de gran felpudo marrón-anaranjado. El jefe de proyecto hizo la mejor imitación de la estatua de un jefe de proyecto que ha estado a casi nada de convertirse en el novio de un orangután de 80 kilogramos.<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (cargando otro dardo en la pistola) -¿Me decía?<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Gasrp. Florg. Figggg. Sflash.<br />
<br />
<b>Dueño:</b> -Ahí está otra vez esa jerga, mire, jovencito, mejor me lo explica en un idioma que sepamos los dos o se retira.<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto:</b> -Buennno...el asunto es que los datos ocupan memoria en...(continúa con una explicación técnica al nivel de un lector de "Mecánica Popular" durante 10 minutos ininterrumpidos. El dueño y los monos se lo quedan mirando con una expresión que puede ser de profundo interés o de coma incipiente).<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (tratando de escrutar el rostro de los simios para ver si ellos habían entendido algo) -¿Y todo esto tiene alguna importancia porque...?<br />
<br />
<b>Jefe de Proyecto: </b>(recordando súbitamente cuál era el resorte que movía el interés de sus clientes) -Es que si ponemos cuatro dígitos en las fechas, tendremos que ampliar la memoria del <i>mainfra...</i> eh...de esa máquina grande que compraron. Y eso significa que el proyecto será más caro.<br />
<br />
<b>Dueño:</b> -¡Hubiera empezado por ahí, jovencito! (los monos asienten) -¿Cuánto más caro?<br />
<br />
<b>Jefe de proyecto:</b> -Y...calculamos...y es un cálculo preliminar...podría ser un poco más...y depende del tiempo de entrega...eh... más o menos...unos...cinco millones de dólares...(6)<br />
<br />
<b>Dueño:</b> (levantando la voz porque los monos empiezan a aullar y agitar los brazos) ¿CINCO MILL...?¿QUÉEEEE? ¿ESTA LOCO? ¿POR DOS NUMERITOS?<br />
<br />
<b>Jefe de proyecto:</b> (esquivando las heces de un chimpancé, que había decidido utilizarlas como proyectil) No son "numeritos", es la fecha...debemos pensar en el futuro...si utilizamos dos dígitos puede producirse un colapso cuando se terminen...<br />
<br />
<b>Dueño:</b> -Ajá.¿Y cuándo, precisamente, va a suceder eso?<br />
<br />
<b>Jefe de proyecto:</b> A la hora cero del primero de enero del año 2000.<br />
<br />
Se produjo un silencio, durante el cual los presentes reflexionaron sobre el asunto. La fecha de la que hablaban estaba en un futuro lejano, casi treinta años. El dueño no se hacía ilusiones de llegar vivo a tan avanzada edad, o al menos no en un estado en el cual le preocupara algo más que tener alguna clase de control sobre sus esfínteres. El jefe de proyecto se imaginó pescando truchas o tocando el banjo o conduciendo un taxi, pero nunca trabajando con computadoras, que todos sabían que eran una moda pasajera. Los monos comenzaron a mordisquear la planta que estaba en una maceta en un rincón del despacho.<br />
<br />
<b>Dueño:</b> -Use dos numeritos.<br />
<br />
<b>Jefe de proyecto: </b>- Me parece bien.<br />
<br />
<b>Monos : </b>-¡¡¡EEEEEKKKKKKK!!!<br />
<br />
El dueño, por primera vez en la entrevista, se relajó, y se repantigó en su enorme sillón de cuero negro. Había tomado una decisión que le ahorraría cinco millones de dólares, o al menos le evitaría el gasto. Y las consecuencias de esa decisión, si las hubiera, no le tocarían a él. Era un empresario brillante.<br />
Sonrió. Abrió su boca y mostró dos amplias hileras de dientes brillantes. Un chimpancé lo vio e interpretó el gesto como amenaza, y chillando, se le arrojó encima. El dueño reaccionó rápidamente y le disparó un dardo con su pistola, que se le clavó en el cuello. Al jefe de proyecto.<br />
<br />
Mientras el dueño, hombre corpulento y fuerte a pesar de su edad, rodaba por el piso combatiendo a mordiscones con el enfurecido primate, el jefe de proyecto dormía el sueño de los potentemente sedados, tiernamente acurrucado junto a su pretendiente orangután.<br />
<br />
Acababan de condenar a la humanidad.<br />
<br />
<br />
(Continuará)<br />
<br />
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(1) No subestimen lo arduo de la investigación. En 1999 no había Wikipedia ni blogs, y Google era apenas la competencia de Altavista, a no ser que uno fuera lo suficientemente sofisticado como para usar Webcrawler. Además utilizábamos líneas telefónicas para conectarnos con módems de 56k. Y la única pornografía que había eran fotografías.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(2) Sí, estoy exagerando. No usaban ábacos, sino calculadoras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(3) Es una broma. Trabajo todos los días con programadores, y muchos de ellos se bañan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(4) Por lo general yo estoy en esas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">(5) En ocasiones los programadores usaron esas pistolas para tranquilizar a sus clientes.</span><br />
<span style="font-size: x-small;">(6) Sí, en esos años ampliar la memoria de una computadora era carísimo. Entienda que hoy usted tiene más poder de procesamiento en su teléfono celular que el que tenía la computadora a bordo del Apollo11. Y en su computadora de escritorio hay probablemente más memoria que en la del Bank of América en los 70. Y le costó unos ciento de miles de veces más barata. (Todos estos son cálculos aproximados, basados en el hecho de que me da pereza buscar la información exacta).</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-88104719191797238432012-05-08T20:21:00.000-03:002012-05-08T20:21:01.695-03:00Ocho<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE1btAQqnqt0DzdopuOaKs_bU0l688J8xc5NGWwd1Uxzf-3ScIBT35b8E41woOGqegRfQLHTFiRg21nB5Y9RpOtfr0lYgK7iDuH2ww6HCEE6tjNzXOPeYrkrKzbNuisYwmV-YDnw/s1600/ocho.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE1btAQqnqt0DzdopuOaKs_bU0l688J8xc5NGWwd1Uxzf-3ScIBT35b8E41woOGqegRfQLHTFiRg21nB5Y9RpOtfr0lYgK7iDuH2ww6HCEE6tjNzXOPeYrkrKzbNuisYwmV-YDnw/s320/ocho.jpg" width="320" /></a></div>
Me puse minimalista.<br />
A ver quién deduce.<br />
<br />
Buenas noches.Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-72659405572513450332012-04-02T17:37:00.000-03:002012-04-02T22:28:13.449-03:00Estimado idiota<div style="text-align: justify;">
Estimado idiota, debo felicitarlo por el automóvil que posee, o al menos conduce. Es sin duda alguna un ejemplo de diseño y tecnología, una máquina bellísima, una pieza representativa del estado de arte en la industria automotriz.</div>
<div style="text-align: justify;">
He podido apreciar con todo detalle las finas y elegantes líneas de su parte frontal, el modo en el que las luces delanteras se integran al resto de la carrocería dándole un aspecto a la vez sobrio y deportivo, que combina magistralmente lo clásico y lo moderno.</div>
<div style="text-align: justify;">
También he experimentado el poderoso efecto de esas luces de xenon, con su característico tono azulado, que por un momento me hicieron sentir que una nave extraterrestre estaba aterrizando a mis espaldas con inextricables intenciones.</div>
<div style="text-align: justify;">
Y qué decir de la bocina, esa astuta combinación de frecuencias sonoras que podrían perfectamente sacar de su estado al infortunado que sufriera una crisis catatónica, y hubieran convertido las murallas de Jericó en papilla sin necesidad de andar soplando trompeta alguna.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No me interesa si para conseguir semejante vehículo usted ha trabajado duro, se lo ha ganado en un sorteo o ha estafado a una ancianita. Eso es un problema entre usted, su conciencia y el Código Penal, si acaso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El asunto es que he podido evaluar en toda su magnificencia las características visibles de su bólido porque usted lo situó muy cerca de mi humilde medio de transporte. Y eso ha ocurrido mientras ambos nos desplazábamos a cierta velocidad en una autopista.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Verá, por alguna razón, yo respeto las velocidades máximas en las vías de tránsito. Y en esa autopista en particular, la máxima es de 130 kilómetros por hora. Bastante respetable, por cierto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ah, pero no para usted, estimado idiota.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Porque mientras yo circulaba con mi modesto automóvil precisamente a esa velocidad, usted, montado en su majestuoso alarde automotriz se acercó rápidamente por detrás hasta dejar entre nuestras unidades una distancia tan exigua que apenas alcanzaba para que pasara un lenguado de perfil. Y esto, le recuerdo, a 130 kilómetros por hora. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora bien, estimado idiota, debo informarle que una máquina de más de una tonelada de masa lanzada a esa velocidad está, como todo cuerpo, sometido a las incontestables leyes de la Física. (Lo estaría incluso cuando estuviera detenida, pero ahora mismo eso no viene al caso). Y que, merced a esas leyes, pasar del movimiento rectilíneo uniforme al reposo requiere grandes cantidades de energía, la misma que ha sido utilizada para llevarla a la velocidad que tan ufanamente ostentaba en aquel momento. Oh, lo lamento, probablemente esté expresándome en un lenguaje muy elevado para usted. Intentaré compensarlo escribiendo despacito. En términos simples, para que un idiota pueda comprenderlos, le diré que a 130 kilómetros por hora, frenar es una asunto complicado y tarda un poquito, tanto que hasta lograrlo su poderoso automóvil alemán se desplazará unos 200 metros, aproximadamente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ah, pero los automóviles modestos como el mío también se hayan sujetos a las universales leyes de la inercia, que no hacen distinción alguna entre calidades y diseños de las masas involucradas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Por lo tanto, si por alguna razón inesperada (que se cruzara un proxicáptor por el camino, que me diera un espasmo en el pie del freno por un súbito ataque de tétanos, que un helicóptero se estrellara delante nuestro, que surgiera de la tierra un trípode como los de <i>La Guerra de los Mundos, </i>elija usted su propia emergencia)<i> </i>yo tuviera que hacer una maniobra brusca, el efecto inmediato sería una virtual fusión en frío entre su impecable coche y mi vieja cafetera. Ah, caramba, lo he hecho otra vez, disculpe: quiero decir que si yo tuviera que frenar usted me chocaría desde atrás violentamente, porque no tendría tiempo de reaccionar ni esquivarme, y el resultado más probable es que los dos saliéramos en los noticieros en medio de un amasijo de acero, plástico, vísceras, elegantes tapizados de cuero y vidrios laminados.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por si todavía no entiende hacia dónde apunto, estimado idiota, lo que quiero decirle es que su conducta en la autopista, colocando su automóvil a escasos centímetros del mío cuando ambos nos movíamos a una velocidad ciertamente delicada, es completamente irresponsable y estúpída.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sospecho que lo de la irresponsabilidad es una causa perdida, así que no insistiré en eso. Concentrémonos en lo estúpido de su proceder, estimado idiota.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Partamos de la base de que usted, al arriesgar así su vida (que no me importa) y la mía (que sí me importa, es que es la única que tengo y encima la tengo desde que nací, así que no puedo evitar tenerle algo de cariño) lo que intenta hacer es llegar más rápido a algún lado. Estupendo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Sin importar si su destino final era el Canal de Panamá o el centro comercial más próximo, el hecho es que el tramo de autopista que usted y yo compartimos tiene como máximo unos 25 kilómetros de longitud.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hagamos algunas cuentas.</div>
<div style="text-align: justify;">
A 60 kilómetros por hora, usted tardaría 25 minutos en recorrer 25 kilómetros. Un escándalo, su tiempo vale oro, ni hablar.</div>
<div style="text-align: justify;">
A 100 kilómetros por hora, en cambio, tardará 15 minutos, y la cosa va tomando otro color.</div>
<div style="text-align: justify;">
A 130 kilómetros por hora, el tiempo que le llevaría recorrer 25 kilómetros es un poco menos de 12 minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Notará, estimado idiota, que entre ir a 100 e ir a 130 ya no hay tanta diferencia. Apenas 3 minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero a usted no le alcanzaban 130 kilómetros por hora. Usted quería, necesitaba, anhelaba más. Y furiosamente encendía y apagaba luces y hacía gestos y hacía sonar su estridente bocina. ¿Y que ganaba con eso? Veamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Circulando a 150 kilómetros por hora en vez de 130, se ahorra unos 2 minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
A 180 kilómetros por hora, se ahorra unos 4 minutos y 20 segundos.</div>
<div style="text-align: justify;">
A 300 kilómetros por hora, se ahorra 7 minutos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Se da cuenta? <b>Aunque usted pudiera ir a 300 kilómetros por hora sin matarse ni matar a otros, sólo se ahorraría 7 minutos respecto a lo que tardaría respetando la velocidades máximas permitidas.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero supongamos que usted no es estúpido. La otra posibilidad es que usted sea un adicto a la adrenalina. Entonces le sugiero que se busque una actividad tan emocionante como lanzarse a grandes velocidades por autopistas, pero que involucre a menos gente en caso de salir algo mal. Puede usted hacerse aficionado al <i>bangee jumping</i> o al paracaidismo, puede hacerse unos tajos por todo el cuerpo y lanzarse a nadar entre tiburones, puede cazar jabalíes a mordiscos, intentar atrapar balas con los dientes o someterse voluntariamente a una auditoría integral de los muchachos del fisco. Yo lo aplaudiré, porque soy partidario de que cada uno se mate como mejor le parezca, siempre que haga de ese acto algo estrictamente individual.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y para finalizar, estimado idiota, si ninguno de mis argumentos lo han convencido, si nada de lo que le he explicado ha logrado penetrar la dura coraza de estulticia que lo recubre y lo protege de las nociones, simplemente espero que usted y yo no nos encontremos en el Infierno. Porque le aseguro que moveré influencias, haré méritos, sobornaré demonios o haré lo que sea que tenga que hacer para agregar a los tormentos que tenga usted asignados en virtud de las imbecilidades cometidas en esta vida, algunos de mi propia creación. Y recuerde, tendré toda una eternidad para diseñarlos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Buenas noches.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
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<br />
<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com78tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-37708557094501490742012-03-17T21:23:00.000-03:002012-03-17T21:23:12.025-03:00Manual de Supervivencia del Soltero Urbano: Capítulo 5<i><span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Normalmente no hago caso a los pedidos de los amables lectores cuando se refieren a los temas que yo debería abordar en este opúsculo. No anima esta actitud soberbia alguna, sucede que tales pedidos se caracterizan por una cualidad que los convierte en inoperantes: su inexistencia. Sin embargo, hace unos días recibí por correo electrónico una solicitud que reúne en su constitución todo lo necesario para ser tenida en cuenta: es. Esto es para usted, querido lector.</span></i><br />
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px;">
<span style="font-family: inherit;"><i>Ponemos a consideración de los amables lectores un nuevo capítulo de esta guía destinada a que los jóvenes deseosos de abandonar el nido paterno puedan desplegar sus alas sin estrellarse contra la primera pared que se les cruce.</i></span></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<br /></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px;">
<span style="font-family: inherit;">Hasta el momento, hemos tocado diversos tópicos en anteriores entregas:</span></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<br /></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<a href="http://buguert.blogspot.com/2007/08/manual-de-supervivencia-del-soltero.html" style="color: #0030fa; text-decoration: none;">Introducción</a></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<a href="http://buguert.blogspot.com.ar/2007/09/manual-de-supervivencia-del-soltero.html">Capítulo 1</a></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<a href="http://buguert.blogspot.com/2007/09/manual-de-supervivencia-del-soltero_30.html" style="color: #0030fa; text-decoration: none;">Capítulo 2</a></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<a href="http://buguert.blogspot.com/2008/02/manual-de-supervivencia-del-soltero.html" style="color: #0030fa; text-decoration: none;">Capítulo 3</a></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<a href="http://buguert.blogspot.com.ar/2008/10/manual-de-supervivencia-del-soltero.html">Capítulo 4</a></div>
<div align="justify" style="background-color: white; color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 16px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Hoy habremos de considerar un aspecto de la vida del SU que suele ser ignorado completamente hasta que su propia dinámica lo hace insoslayable.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Nos referimos a la limpieza del hábitat.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #0c343d; line-height: 16px; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">El SU promedio acaba de abandonar un alojamiento de cuyo funcionamiento desconoce casi todo. Para él , siempre han sido operaciones misteriosas y ocultas aquellas mediante las cuales la comida aparecía en la mesa, la ropa se acomodaba en sus estantes y las habitaciones, baños y todas las estancias que componían el establecimiento se encontraban en un estado de higiene notable. </span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Cuando, instalado en su departamento, el SU comienza a notar que ninguna de esas cosas sucede automáticamente, al principio sospecha que su vivienda está defectuosa. </span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">En algún momento, sin embargo, ya sea por deducción, ensayo y error, o porque otros SUs con más experiencia lo instruyen, comprenderá que todas esas tareas forman parte de la interminable lucha del hombre contra la entropía, y requieren por lo tanto ser repetidas periódicamente con el consiguiente gasto energético.</span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Para los aspirantes a SU que no interpreten el lenguaje de las ciencias, podemos resumir la situación en las siguientes palabras: <i>para que algo permanezca limpio, hay que limpiarlo de vez en cuando.</i></span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Ahora bien, un SU sin experiencia puede pensar que el modo en que vive, ahora que no tiene a nadie controlándolo, es su problema, y si quiere retozar entre hedores, desperdicios y superficies pringosas, nadie habrá de impedírselo. </span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="color: #0c343d;"><span style="line-height: 16px;">Hay una multitud de buenos argumentos para rebatir esta suerte de independencia mugrosa, desde sanitarios hasta legales (recuerde que el SU es por definición, un inquilino), pero apelaremos a uno de fundamental relevancia: <b>a las mujeres no suele gustarles la cochambre</b>. (Piense, estimado aspirante a SU, sobre las derivaciones de la afirmación anterior. Tómese su tiempo. </span></span><span style="color: #0c343d; line-height: 16px;">¿Ya está? Sí, nos referimos precisamente a eso).</span></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d; font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d; font-family: inherit; line-height: 16px;">Ya que hemos establecido la conveniencia de mantener cierto grado de higiene en el entorno del SU, podemos enfocarnos en los aspectos prácticos de la cuestión. Estimado aspirante a SU, siga estos consejos, nacidos de la pura experiencia:</span></div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d; font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="background-color: white;">
</div>
<ul>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Usted puede hacer su propia limpieza. Un SU promedio no habita en grandes superficies, de manera que no le llevará demasiado tiempo ni esfuerzo.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">El secreto consiste en determinar la periodicidad de la labor. Las operaciones demasiado separadas en el tiempo harán que cada una sea más trabajosa debido a la proverbial costumbre que tiene la suciedad de penetrar, acumularse, incrustarse y diseminarse; un ciclo demasiado corto significará un desperdicio de recursos valiosos.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Según nuestra experiencia, una limpieza semanal evita el brote de la mayoría de las enfermedades infecciosas, mantiene a raya a casi todas las alimañas conocidas e impide la aparición de especies vegetales en alfombras y rincones.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Un principio fundamental de la limpieza es evitar en lo posible la acumulación. No deje que se acumulen ropa sucia, restos de comida, cadáveres o indigentes.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Las alfombras poseen una proverbial simpatía con la mugre. Si posee alfombras, ocúpese de ellas con frecuencia, adquiera una aspiradora y úsela. Las alfombras son superficies muy dúctiles, si se encuentran en buenas condiciones. Confíe en nuestra experiencia.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Si en algún momento duda sobre la necesidad de asear su habitáculo, haga la prueba de la inspiración: salga del departamento durante quince o más minutos, luego regrese, abra la puerta e inspire fuertemente el aire interior. Si sus ojos comienzan a lagrimear, siente mareos o náuseas, pierde momentáneamente la visión, sufre de alucinaciones o se le caen las cejas, es posible que una acción urgente de saneamiento sea necesaria.</span></span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Tenga en mente la limpieza cada vez que piense en incorporar un mueble a la dotación de su vivienda de SU. Recuerde que los muebles atesoran cochambre. Manténgase minimalista.</span></span></li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Una recomendación final.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Es posible que luego de algún tiempo, usted, estimado aspirante a SU, goce de alguna mejora en sus finanzas, y esté en condiciones de delegar las tareas de aseo en personas especializadas. No nos oponemos a esta mejora en su nivel de vida, un SU no es menos SU porque no friegue sus propios pisos. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Pero recuerde: nunca, jamás, por ninguna razón, en ninguna ocasión, en ninguna circunstancia contrate personal de limpieza que a su vez trabaje en casa de madres, novias, madres de novias, ex novias, amigas de novias, amantes, amigas de amantes, novias de amigos, esposas de amigos, compañeras de trabajo, y en general toda mujer que tenga un grado de relación con usted tal que conozca su nombre y su rostro. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Una vez más, confíe en nuestra experiencia.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;">Buenas noches.</span></span><br />
<span style="color: #0c343d;"><span style="font-family: inherit; line-height: 16px;"><br /></span></span><br />
<span style="color: #0c343d; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif;"><span style="font-size: 12px; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
</div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-16579179029828075722012-02-14T16:44:00.003-03:002012-02-14T21:55:49.989-03:00Sólo otra gran conspiración.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhkV671n1rbJ2bQwrVUUzg_JDGo9rb5I1lj8jo6_eF5XTKOoK18e2YxhK-BAzfNdDaTCZtWrdUfiL7fEd0EAUU5XnobpbBIgGPN7kuFhLHAV-69Lol6WOmKYl0iQTNl9rtGSYk9g/s1600/libross.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhkV671n1rbJ2bQwrVUUzg_JDGo9rb5I1lj8jo6_eF5XTKOoK18e2YxhK-BAzfNdDaTCZtWrdUfiL7fEd0EAUU5XnobpbBIgGPN7kuFhLHAV-69Lol6WOmKYl0iQTNl9rtGSYk9g/s400/libross.jpg" width="400" /></a></div>
<i><br /></i><br />
<i><br /></i><br />
<div style="text-align: justify;">
<i>Si usted, estimado lector, es amante de la Literatura, probablemente haya incursionado en los clásicos, desde Cervantes hasta Dostoievsky, pasando por Tolstói, Flaubert, Shakespeare y Bugman. (Bueno, era un chiste, qué carácter, caramba).</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sospecho con cierto fundamento que usted es hispanoparlante al igual que yo, y que, al menos en ciertos casos, recurre a las traducciones porque se le complica un poco interpretar cosas como "
<span style="background-color: white; cursor: pointer; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px;">Говорят</span><span style="background-color: white; cursor: pointer; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">что русский язык сложный . (</span><span style="font-family: inherit;">Pero aún si usted ha podido leer eso que acabo de escribir, abandone la sonrisita perdonavidas que está ejerciendo en este momento, porque eso no lo salva de ser otra víctima de una espantosa conspiración. Sí, otra más. Me ocuparé de usted más adelante). </span><span style="background-color: #f9f9f9;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
Quienes dominamos un idioma y tal vez chapuceamos en uno o dos más, decía, leemos traducciones. En otras palabras, leemos la versión de una persona sobre lo que escribió otra. Por más que el traductor ponga en su tarea todo el oficio y el cariño de que disponga, siempre existe la sombra de una duda sobre la fidelidad del texto traducido. ¿Cómo se logra captar la sutileza de un juego de palabras, de un énfasis casi imperceptible, de la carga cultural que lleva un palabra que tal vez ni siquiera exista en otro idioma? Los traductores suelen disculparse por estas insolvencias en las "N del T" (nota del traductor) al pie de página. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero olvidémonos de estas dificultades por un momento, después de todo las traducciones nos aproximan razonablemente a una obra original, y existen traducciones muy buenas, quién sabe si algunos clásicos no fueron mejorados en las versiones que conocemos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ése es el asunto. Quién sabe.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Estamos seguros de que <i>Crimen y Castigo </i>es una novela psicológica sobre el bien, el mal, el arrepentimiento? ¿Podemos afirmar que <i>Guerra y Paz</i> narra las vivencias de muchos personajes a lo largo de varias décadas de la historia rusa? ¿Será realmente buena la poesía de <span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;">Tomas Tranströmer, último Premio Nobel de Literatura? ¿Es más, será realmente poesía?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;">No, no lo es. No lo son. <i>Esa</i> es la conspiración.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;">Los rusos, los suecos, los chinos, los japoneses, los islandeses, y en general todos los que utilizan idiomas difíciles nos han hecho creer que sus autores nacionales son grandes maestros de la Literatura Universal, que han producido obras inolvidables, importantes, conmovedoras, fundamentales. Pero la verdad es que se ríen de nosotros, que nos postramos ante colecciones de chistes fáciles, recetas de <i>borsch </i>y manuales de aspiradoras, sin sospecharlo. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;">Ha sido un trabajo arduo, sin dudas. Hizo falta que todos se pusieran de acuerdo, y luego, en una segunda fase, sobornaran, amenazaran o convencieran de algún modo a todos los traductores del mundo para que escribieran las versiones que sí parecen buena literatura. (Probablemente un traductor genial lo hizo la primera vez, y luego todos copiaron, más o menos).</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: inherit;">Ya lo sabe, estimado lector. Se estuvieron burlando de usted todo el tiempo. <i>Los Hermanos Karamazov </i>es en realidad el inventario de un ferretería en Minsk. <i>La novela de Genji </i>es un instructivo sobre el cultivo de cerezos, y <i>El Don Apacible </i>una composición escrita por un alumno de una escuela primaria de </span></span><span style="background-color: #f4f9f2; text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: inherit;">Ekaterinburgo cuyo tema era "qué hice en mis vacaciones".</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f4f9f2; text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f4f9f2; text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: inherit;">No, no me olvidé de usted, lector políglota que aún sigue sonriendo socarronamente. Sí, claro, usted leyó las obras en idioma original y puede asegurar que nada de lo que digo es cierto. Le tengo malas noticias : usted leyó en idioma original,<i> pero no las obras originales</i>. O acaso piensa que una conspiración tan gigantesca iba a dejar librado al azar el pequeño detalle de que algún entusiasta como usted pudiera aprender idiomas. Es claro que lo que usted leyó es lo mismo que escribió el primer traductor (que en realidad no tradujo nada, escribió la obra completa), traducido al idioma original (que en realidad no es el idioma original, porque no es la misma obra que...bueno, ustedes entienden, o al menos son capaces de ejercer una simulación de entendimiento).</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f4f9f2; text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
¿No me cree? Allá usted. Pero le recomiendo que la próxima vez que visite alguno de estos países que tantos autores consagrados han dado al mundo, se tome el trabajo de pasar por alguna casa donde supuestamente vivió y escribió alguno de esos autores. Vea la placa recordatoria, imagínese si desea al prosista o al poeta encorvado sobre su mesa, rasgando con su pluma el papel a la luz de una vela. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero sobre todo, vea a los habitantes locales. Escrute sus miradas cuando usted se emocione al tocar la silla donde se sentaba el mismísimo<span style="font-family: inherit;"> <span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;">Shólojov. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;">Y perciba la chispa inconfundible de quien se sabe parte de una burla magistral.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;">Buenas noches.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: #f4f9f2; text-align: -webkit-left;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com25tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-85312479686645862872012-01-22T20:54:00.000-03:002012-01-22T20:54:34.979-03:00Al Vuelo XI<div style="text-align: justify;">
Para los que no lo sepan y para recordárselo a los que sí lo sabían pero parecen haberlo olvidado, aquellos artículos que llevan por título "Al Vuelo" seguido de un número romano, son los que escribo sin tener ningún tema en mente, porque aunque no lo crean el resto de los artículos sí los escribo pensando en un asunto en particular.</div>
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Si fuera español diría que estos artículos son para escribir lo que "me sale de los cojones", pero como no soy español no puedo decir eso sin sentirme un tanto ridículo. Es una pena, porque los españoles tiene algunas expresiones que me gustan mucho. "Flipar en colorines", por ejemplo. Que significa "alucinar", pero en buen rollo. Digo, de buena manera. O por lo menos eso interpreté, que estos españoles está un poco majaretas, también. Jolines.</div>
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<br /></div>
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Mi vecino tiene un gato. En realidad, tiene dos. Uno de ellos es siamés, y cuando llego de trabajar suele estar acostado en el frente de la casa del vecino y al verme cruza la calle para saludarme. Me refiero al gato. El vecino me saluda de lejos. Y el gato viene y se echa panza arriba para que lo rasque, lo cual es un poco raro, porque por lo general los gatos no se ponen panza arriba para que los rasquen. Y yo lo rasco, y el gato ronronea como un motor a explosión particularmente bien afinado, y si yo me siento en el suelo el gato salta a mi regazo y se acomoda allí, con toda confianza. </div>
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<br /></div>
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Desconozco qué es lo que yo tengo para caerle tan bien a este gato en especial. Nunca he tenido gato propio, y es toda una novedad para mí hacerme tan amigo de un gato ajeno. No, no trabajo en una envasadora de sardinas. Tampoco le he ofrecido nunca comida alguna a mi felino amigo. Es todo un misterio para mí. Digo, con las personas me pasa igual, no tengo idea de por qué alguien pueda querer pasar un solo minuto conmigo, pero ese enigma ya lo he clasificado como "sin respuesta posible".</div>
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<br /></div>
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Hace un rato me puse a arreglar el soporte para auto del teléfono celular. Tiene una abrazadera para sujetarlo, que se libera con una palanquita, y eso se había trabado, entonces no tenia demasiada utilidad. Así que, lleno de orgullo y bizarría, lo desarmé, esperé que todos los resortes que suelen tener estos firundulis adentro terminaran de saltar de golpe y meterse en rincones oscuros e inaccesibles, escuché como el tornillo más pequeñito caía al suelo y quedaba fuera de mi vista, rompí dos o tres encastres plásticos, comprendía aproximadamente cuál era el desperfecto que convertía al útil artilugio en un montón de plástico de formas caprichosas, y solucionado este, procedí al rearmado.</div>
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<br /></div>
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Esta experiencia, sumada a muchas otras que he tenido a lo largo de mi vida de desarmador de cosas, me llevan a la inevitable conclusión de que soy muy bueno para agarrar cualquier ingenio que conste de muchas piezas e identificar aquellas que son superfluas. Luego de desarmar y volver a armar el artefacto en cuestión, esas partes inútiles, cuya eliminación ahorraría a diversas industrias miles de zillones de dólares y probablemente detendría el cambio climático, salvaría a las ballenas y causaría la mudez perpetua de Ricardo Arjona, quedan invariablemente en la mesa o escritorio donde estuve trabajando, debajo del papel más cercano.</div>
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<br /></div>
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Buenas noches.</div>
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<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com23tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-79550522082201972002011-12-27T23:46:00.001-03:002011-12-28T00:24:41.313-03:00El Sin-logista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP56C7NkU0S5A2sw6pivcVMyejhGx30L-8eEPjKvollOykGpw8btuaJdH14WEULGvv2ikvFJhL7a3RwuXufo1bt1TArOhntIMicazHaaTOKuCqfdkPCsB35NzdpchtaPqap4Mcog/s1600/libro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP56C7NkU0S5A2sw6pivcVMyejhGx30L-8eEPjKvollOykGpw8btuaJdH14WEULGvv2ikvFJhL7a3RwuXufo1bt1TArOhntIMicazHaaTOKuCqfdkPCsB35NzdpchtaPqap4Mcog/s320/libro.jpg" width="228" /></a></div>
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<i><br /></i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i>Algunos de ustedes se han estado preguntando por qué mi ritmo de publicaciones ha bajado tan drásticamente en los últimos tiempos. He aquí la explicación.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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No se ha tratado de las causas habituales : mucho trabajo, poca inspiración, viajes, falta de conexión a Internet, abducción alienígena. Esta vez es una historia diferente.</div>
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<br /></div>
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Todo comenzó hace unos cinco meses, cuando recibí un mensaje de correo electrónico de parte de <i>una importante editorial</i> que decía que querían contactarme con referencia a este blog. </div>
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Verán, con cierta periodicidad recibo ofertas para poner publicidad en este espacio, o de hacer intercambio de enlaces con "la más importante red de lo que sea en donde sea", o de escribir por moneditas algún artículo para alguna empresa, todas cosas que no valen en dinero ni en placer el tiempo que debería invertir en ellas. </div>
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<br /></div>
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Así que casi sin pensarlo envié ese mensaje al olvido, y continué con mi vida.</div>
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<br /></div>
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Dos días después el mensaje regresó, pero con otra redacción, y el firmante actual parecía tener mayor jerarquía que el anterior. Me tomé esta vez la molestia de verificar la existencia de la <i>importante editorial</i>. Todo parecía auténtico. </div>
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Contesté. No perdía nada más que tiempo, y la verdad es que lo suelo perder a montones, así que un poco más no importaba.</div>
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<br /></div>
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Y sucedió que después de varios intercambios epistolares electrónicos, un llamado telefónico y un par de consultas con un amigo leguleyo, me encontré en las oficinas de la <i>importante editorial</i> firmando un contrato para publicar un libro. <b>Sí. Un libro. El libro de <i>Los Sin-logismos de Bugman.</i></b></div>
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<br /></div>
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Los meses que siguieron a la firma fueron bastante intensos, hubo que elegir los artículos que se publicarían, pulir algunas partes, agregar otras, eliminar algunas referencias temporales, corregir, y, lo más importante, escribir doce artículos nuevos que nunca fueron (ni podrán ser) publicados aquí. Fue una experiencia nueva, eso de escribir a pedido, nunca me había pasado que, por ejemplo, me hicieran reescribir completamente algo que para mí estaba, bueno...bastante bien.</div>
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<br /></div>
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Esa etapa ya terminó. El libro ya está escrito, corregido y listo para impresión. Falta definir el arte de tapa, (la imagen que ilustra este artículo es, justamente, ilustrativa) pero es casi seguro que contendrá una fotografía mía haciendo el gesto de la ceja levantada, porque me hicieron ir a un estudio donde me registraron con cámaras unas quinientas veces.(La ceja me quedó acalambrada, por un momento pensé que nunca más podría bajarla)</div>
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<br /></div>
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La idea original era lanzar el libro (una tirada pequeña, de doscientos ejemplares, se ve que tanta pero tanta fe no me tiene la <i>importante editorial</i>) para fin de año, aprovechando que la gente se lleva algo que leer a la playa, y que, vamos a admitirlo, esto es lectura liviana, pero las cosas se retrasaron y no creo que esté en las librerías antes del mes de febrero.</div>
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<br /></div>
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Se suponía que yo no debía decir nada hasta una semana antes del lanzamiento, pero esta era una noticia parecida a tener en la mano una granada sin espoleta, si no la soltaba explotaba. Yo, explotaba.</div>
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Los muchachos de la <i>importante editorial</i> me dejaron darles la primicia. Con tal de que no publicara el nombre de la <i>importante editorial</i>, ni la tapa del libro (cosa que no puedo hacer porque todavía no me la mostraron, señores de la <i>importante editorial</i>).</div>
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<br /></div>
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Bien, ya saben por qué no estuve escribiendo aquí, es porque estuve escribiendo allá. Como loco, estuve escribiendo. Un libro. <b>¡Estuve escribiendo un libro!</b> Que va a salir en un mes y medio, más o menos. ¿Lo van a comprar? ¿Eh? Tiene lo mejor de <i>Los Sin-logismos de Bugman,</i> corregido y aumentado, más doce ¡doce! artículos inéditos. No, todavía no está decidido el precio de tapa. No, no les voy a contar cuál fue el arreglo económico con la<i> importante editorial</i>. Sí, si quieren les dedico su ejemplar, faltaba más.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se va a llamar <i>"El Sin-logista"</i></div>
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<br /></div>
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Buenas noches.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com69tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-59286022787482359082011-12-18T16:43:00.001-03:002012-05-27T18:09:47.388-03:00Erre con erre (y cuatro)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaqHdSKG3BP6iTvW5ZSOqKRCzTjIyXTqhLJEP4Gfd2dUI78aGM18iEdw6aqbrmUHWPLNA9YKQVgp9X-50tb3s6A8oCnjseHqyMKI6MYamJvox-aEWZO3TZwiDX_w_j66fhmYh5qQ/s1600/tren1.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaqHdSKG3BP6iTvW5ZSOqKRCzTjIyXTqhLJEP4Gfd2dUI78aGM18iEdw6aqbrmUHWPLNA9YKQVgp9X-50tb3s6A8oCnjseHqyMKI6MYamJvox-aEWZO3TZwiDX_w_j66fhmYh5qQ/s400/tren1.gif" width="400" /></a></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El primero en responder fue el señor de generoso tonelaje. Y por su respuesta, pude deducir dos cosas, a saber:</div>
<div style="text-align: justify;">
a) El coche comedor se encontraba en una posición elevada.</div>
<div style="text-align: justify;">
b) El caballero me confundía con un horticultor extranjero, presumiblemente italiano.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Porque, en efecto, lo que dijo el abultado varón fue : <i>El comedor te lo voy a bajar yo, gringo dell'orto.(*)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Inmediatamente la señora de aspecto severo se puso a recriminarle una supuesta actitud incivil para con el extranjero que nos visitaba (que vendría a ser yo) y a hacer una encendida defensa de la actividad turística y sus ventajas para el país anfitrión. Mientras tanto, la señorita aprisionada profería una risita nerviosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me pareció que la conversación llegaba a un punto muerto, de manera que aprovechando otra exhalación avinagrada me paré y, anunciando que pronto volvería, me dispuse a localizar el bendito comedor por mis propios medios.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recorrí, no sin dificultad, debido a que había numerosos pasajeros viajaban parados (unas condiciones de viaje a todas luces inaceptables, pero curiosamente nadie se veía alterado ni disconforme) toda la formación, y no encontré lugar alguno donde sirvieran comidas, es más, tampoco transportaba mesas este convoy.</div>
<div style="text-align: justify;">
Luego recordé que, según mi experiencia, algunos trenes, seguramente en aras de optimizar la cantidad de pasajeros transportados, no destinan ningún espacio especial para comer, sino que proveen un servicio de sándwiches y bebidas que un empleado transporta en un carrito y va ofreciendo a los viajeros en sus propios asientos. Ah, el caballero robusto me había jugado una broma, y yo había caído como si realmente fuera un campesino de la Toscana.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Volví a mi puesto con la intención de saludar la humorada, y para mi sorpresa lo encontré ocupado por otra persona, en este caso un jovencito que llevaba ropas demasiado grandes para su talla y coronaba su testa con una gorrita como la que usan los jugadores de<i> baseball.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Procurando no hacerlo sentir incómodo por la confusión, le expliqué que ese era mi lugar, y les pregunté a mis otros compañeros de travesía si habían prevenido al recién llegado de la circunstancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con la cadencia propia de un <i>pizzicatto, </i>el joven de ropa holgada y gorrita me contestó algo que yo interpreté como la sugerencia de dirigirme hacia otro lugar en forma perentoria. Me dijo : <i>Rajá, pelado. </i>No encontré apoyo a mi reclamo de pertenencia en ninguno de mis ya antiguos colegas de travesía: la señora de aspecto severo miraba con nerviosismo por la ventana, súbitamente interesada en la vegetación urbana, la señorita comprimida había descubierto su vocación por escudriñar el piso y el señor rollizo soltó una salva de eructos para festejar la ocurrencia del jovencito.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Suele decirse que ignorar la injusticia cometida contra uno es la forma más elegante de la soberbia, y con un poco de soberbia, un poco de elegancia y un poco de mareo debido a los efluvios que el sonoro y gutural homenaje había esparcido en el ambiente, seguí la sugerencia del muchacho de gorrita.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego de deslizarme entre los muchos cuerpos cuyos portadores no parecían dispuestos a mover para franquearme el paso, actividad en la que estaba adquiriendo bastante práctica, encontré cerca de una puerta un espacio lo suficientemente amplio como para estacionarme sin compartir el aliento de media docena de personas. Y allí me dispuse a esperar el carrito de los sándwiches, preguntándome a la vez cómo habría de maniobrar su conductor para desplazarlo entre tanto humano inmóvil.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nunca me enteré, ya que jamás se presentó. Otra queja que pensaba presentar al Presidente de <i>Union Internationale des Chemins de Fer</i> para América Latina apenas tuviera la oportunidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, sí se aparecieron numerosos vendedores ambulantes de toda clase de productos maravillosos, anunciando a viva voz las inmejorables condiciones comerciales en las que, por única vez, podían expender los mismos. Era prácticamente un regalo, una oportunidad imperdible de adquirir bienes de excelente calidad a un precio irrisorio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al final de mi viaje, yo era el feliz poseedor de una linterna cuyas baterías se recargaban accionando una manivela, un juego de rotuladores de colores, una práctica tijera china plegable, un completo set de agujas de coser (incluyendo un novedoso adminículo que servía para enhebrar), tres libritos para colorear, un líquido para quitar manchas, una guía con mapas de la ciudad y todos los recorridos del transporte público de pasajeros, dos cajas de apósitos adhesivos con motivos de Disney y un prolongador eléctrico retráctil de tres metros con conector doble.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También, merced a personas que pedían una colaboración para paliar circunstancias de lo más desgraciadas, recibí tres plantillas de calcomanías que representaban a supuestos personajes de historietas que no pude reconocer, y cuatro estampitas de santos, entre los cuales estaba San Cristóbal, patrono de los viajeros.</div>
<span style="line-height: 16px;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;">Tan entretenido me encontraba haciendo ejercicio del intercambio voluntario de bienes y dinero, que el resto del viaje se me pasó en un santiamén, y casi lamenté bajarme en una parada intermedia y perderme las ofertas que todavía no se habían presentado.</span></div>
<span style="line-height: 16px;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;">Pero haciendo gala de una disciplina laboral admirable caminé hasta mi oficina, y al llegar calculé el tiempo total de mi travesía. Una hora y media. Unos cuarenta minutos más que en automóvil.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;">Sobre el viaje de vuelta, la experiencia de esperar en un andén oscuro y solitario durante más de media hora al tren de habría de acercarme nuevamente al hogar y descubrir que venía cargado hasta el tope de individuos para quienes la impenetrabilidad de los cuerpos era sólo una opinión, no he de explayarme en esta oportunidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;">Sólo diré que, a pesar de que el experimento resultó fascinante, sigo conduciendo a mi trabajo todos los días.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 16px;">Buenas noches.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<span style="font-size: x-small;">(*) Del huerto, en italiano.</span></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-55499133256293769142011-11-28T17:06:00.001-03:002011-11-28T18:53:47.037-03:00Erre con erre (tres)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFEtQHusOFmhGup6NFIOshxwAe6AlEnn73vXKHUJUuPs42JIs0WomxwujA660_jBg9aMr4SYFwQonB5oDKAsDGDr65qGyH19k57KEMJwGElE8CbQcdaKUsvB8X9du2BLDLxxlheg/s1600/tren.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="270" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFEtQHusOFmhGup6NFIOshxwAe6AlEnn73vXKHUJUuPs42JIs0WomxwujA660_jBg9aMr4SYFwQonB5oDKAsDGDr65qGyH19k57KEMJwGElE8CbQcdaKUsvB8X9du2BLDLxxlheg/s400/tren.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
El tren se deslizaba lentamente sobre los rieles, y me dispuse a disfrutar de los treinta y siete minutos que duraría mi viaje, de acuerdo con el horario que había tenido la precaución de estudiar. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
A manera de entretenimiento calculé que, para cumplir con el itinerario, la velocidad promedio del convoy debería ser de unos cuarenta kilómetros por hora, seguramente con trayectos más veloces para compensar las marchas lentas en las estaciones intermedias . Y claro, teniendo en cuenta que habíamos salido con un retraso considerable, esperaba un notable incremento de la celeridad, ya que era impensable que el maquinista decidiera que las pautas temporales en las que confiaban una multitud de pasajeros pudieran ignorarse sin consecuencias.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Con esto en mente, pasé a calcular la rapidez con la que nos desplazábamos. Utilicé para ello una técnica muy sencilla, que recomiendo a todo aquél que desee saber a qué velocidad se traslada, ya sea para pronosticar el tiempo estimado de arribo a su destino o para solazarse aplicando los bellos y simples principios de la Física. Los lectores sociables también podrán hacer de este ejercicio una excusa para iniciar una conversación.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
El procedimiento consiste en tomar un punto de referencia fijo al vehículo en el cual nos estemos moviendo cuya ubicación permita la vista exterior. Algo que esté junto, encima o forme parte de una ventana es especialmente adecuado para nuestro propósito. Una vez elegida la referencia, nos concentraremos en encontrar en el paisaje que se desplaza ante nuestros ojos un elemento que se repita regularmente y cuya distribución espacial sea conocida. Buenos ejemplos de esto son los postes de iluminación, los hitos en las rutas, las esquinas en las ciudades. Malos ejemplos podrían ser vacas, señores con sombreros verdes y sedes del Partido Demócrata Progresista.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Es fácil deducir lo que sigue: debemos ubicarnos de manera que nuestra visión abarque el punto de referencia fijo y el elemento relativamente móvil externo al mismo tiempo, y contar los segundos entre la aparición de dos elementos similares. A partir de allí, sabiendo que<i> v=e/t </i>(*), el cálculo resulta trivial.<i> </i>En mi caso tomé como referencia fija un tornillo curiosamente salido del marco de la ventana, y como elemento exterior repetible las bocacalles que en virtud de nuestro movimiento relativo parecían pasar delante de mis ojos. Fue sumamente placentero computar que, sabiendo que las bocacalles están a cien metros de distancia entre sí, y pasaban quince segundos entre sucesivas apariciones sobre mi punto fijo, nos movíamos a veinticuatro kilómetros por hora..</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Así lo anuncié a mis ocasionales compañeros de travesía, que me dedicaban unas miradas algo extrañas. Es probable que el hecho de que debido a mi necesidad de minimizar errores de paralaje y perspectiva me encontrara tapando un ojo con una mano, con la cabeza inclinada en un ángulo poco habitual y con una rodilla apoyada en el suelo tuviera algo que ver. </div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
La noticia no pareció importarles mucho, a decir verdad. El más interesado fue el caballero de dilatada silueta, que luego de echar un vistazo a un reloj de pulsera que a mí me hubiera servido perfectamente como cinturón, soltó otra carga de aire sazonado.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Debo confesar que me desilusionó un poco que nadie me preguntara cómo había llegado a conocer nuestra velocidad, y me resistí a la tentación de enseñarles la técnica de todas maneras. Algunas veces la gente, simplemente no quiere saber.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Yo sí sabía. Sabía que de no aumentar drásticamente la rapidez de la formación, mi viaje de treinta y siete minutos se vería transformado en uno de poco más de una hora. Esta perspectiva me fastidió un poco, me preocupó otro tanto, pero lo que más hizo fue despertarme el apetito, así que, un poco mosqueado por la frialdad con que habían tomado el certero dato que les acababa de entregar, pregunté a mis compañeros de asiento hacia dónde debía dirigirme para encontrar el coche comedor.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<i>(Continuará)</i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Buenas noches.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;">(*)Donde v = velocidad</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;"> e = distancia</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;"> t = tiempo</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-49767619617131934252011-11-15T23:17:00.000-03:002011-11-15T23:17:57.659-03:00Erre con erre (dos)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsPePdu68-DgHqWOvIgA6wL9x3fN9aklA_zqjhSa9EAaJYMq86aYM5z1GPt2O21V8PwJlBT3hbUr850HW7RxGfrvWvjCmNFpMztFHeUFMfDFnBt5JvUlYP_6ObEyYqwxmt19cWXQ/s1600/chuchu.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="270" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsPePdu68-DgHqWOvIgA6wL9x3fN9aklA_zqjhSa9EAaJYMq86aYM5z1GPt2O21V8PwJlBT3hbUr850HW7RxGfrvWvjCmNFpMztFHeUFMfDFnBt5JvUlYP_6ObEyYqwxmt19cWXQ/s400/chuchu.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Viene de <a href="http://buguert.blogspot.com/2011/11/erre-con-erre.html">aquí.</a> </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Rápidamente los asientos desocupados dejaron de estarlo, hasta que el coche colmó su capacidad. Supuse que esa sería la señal de partida para la formación, porque ya no teníamos que esperar a nadie más (confieso haber sentido un pequeño golpe a mi autoestima al descubrir que el maquinista no me había dispensado un honor especial al aguardarme, sino que estaba dispuesto a demorar la partida en beneficio de cualquier desconocido, que además ni le daba las gracias).</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Pero no partimos. Y la gente siguió subiendo al tren, a pesar de que ya no había comodidades disponibles. Me alarmé. He visto documentales acerca de países en donde la gente viaja parada en los trenes, y normalmente eso sucede en medio de catástrofes devastadoras, cuando las personas desean escapar de la zona incluso a costa de sacrificar su confort. Pero todos parecían de lo más tranquilos, y salvo algún maletín, bolso u ocasional mochila no cargaban con la impedimenta típica del evacuado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Deduje entonces, que al insólito criterio de vender pasajes sin asiento asignado se sumaba la no menos insólita decisión de permitir que quien quisiera viajar parado pudiera hacerlo. "Caramba, cada día se aprende algo nuevo, ¿verdad?", le dije a mis ocasionales compañeros de asiento (un señor muy gordo que aprisionaba contra la ventanilla a una señorita visiblemente contrariada, y una señora de aspecto severo). El señor muy gordo se limitó a exhalar una cantidad de aire capaz de reflotar un submarino y al mismo tiempo matar a toda su tripulación (el suspiro de este individuo venía, por decirlo así, fuertemente condimentado), a la señorita contrariada se le despertó un súbito interés por lo que sucedía ventanillas afuera, y la señora de aspecto severo me felicitó por mi perfecta pronunciación del castellano.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Un poco perplejo entre los picantes efluvios de la exhalación del orondo caballero y la desconcertante congratulación de la dama austera, me llamé a silencio. Esto no me impidió notar que la salida del ferrocarril se estaba demorando más allá de lo tolerable, arruinando así los planes de cientos de pasajeros que como yo habían abordado en la estación terminal y también los de aquellos que habrían de hacerlo en las siguientes paradas. Nuevamente pensé en algún desastre, pero examinando las actitudes del resto del pasaje parado o sentado no pude encontrar nada más intenso que cierto halo de resignado fastidio. Conociendo a mis compatriotas, capaces de prenderle fuego a las butacas de un estadio simplemente porque su equipo favorito había perdido el partido, interpreté las señales como la reacción ante un inconveniente menor e inevitable.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Ah, pero de todas maneras la demora era inadmisible. Mientras pasaban los minutos el nivel jerárquico de las personas a las que tenía pensado plantear un enérgica queja iba ascendiendo. Ya iba por el Presidente de <i>Union Internationale des Chemins de Fer</i> (*)para América Latina cuando por fin, con el gentil zumbido de sus motores eléctricos, la locomotora empujó al resto de los coches, y todos juntos (porque tal es el concepto de tren, caramba) abandonamos la estación traqueteando sobre los rieles.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">(Continuará)</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Buenas noches</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-small;">(*)Unión internacional de Ferrocarriles. Sí, existe. No, no me lo inventé.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-92053283067937648742011-11-11T11:42:00.001-03:002011-11-11T17:35:07.100-03:00Entrega de Premios Bitácoras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRU2ndbweofN-8oAgr8jDiFgjsEEj1w28322-ASo_nrlA2zGAvYJfNDPXnJ7sVQ_l_T0zi46p_G9GALq7P8KRV1PgNwdiqTLgCT7uZuPQ_yo4bDLWaXGqjJAVb07mgHAOppwiD0Q/s1600/cruzados.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="278" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRU2ndbweofN-8oAgr8jDiFgjsEEj1w28322-ASo_nrlA2zGAvYJfNDPXnJ7sVQ_l_T0zi46p_G9GALq7P8KRV1PgNwdiqTLgCT7uZuPQ_yo4bDLWaXGqjJAVb07mgHAOppwiD0Q/s400/cruzados.jpg" width="400" /></a></div>
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Distinguidos lectores, comentaristas y curiosos, el día de hoy, a la hora 20 de Madrid, hora 16 de Argentina, se realizará la entrega de los Premios Bitácoras 2011, como parte del evento llamado interQué.</div>
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El jurado ya ha decidido, pero no me quieren decir nada.</div>
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Por si alguien no lo sabe, este blog participa en la categoría "Mejor Blog Personal" por tercer año consecutivo</div>
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(en 2008 también llegó a las instancias finales, pero en la categoría "Mejor Blog de Humor").</div>
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Supuestamente desde <a href="http://interque.es/2011/11/11/en-directo-desde-interque/">este enlace</a> se podrá ver la ceremonia en vivo (en este momento estoy intentando pero no se ve nada).</div>
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Intentaré presenciar el momento de la entrega del premio, si quieren pueden acompañarme (virtualmente, virtualmente). </div>
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En todo caso a esa hora me encontrarán en Twitter (@Mr_Bugman) festejando o aceptando la derrota con dignidad. O hidalguía. O resignación. O indiferencia. O indignación. O lipotimia. Lo que surja naturalmente.</div>
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Buenas noches para quienes estén leyendo esto desde algún huso horario donde sea de noche.</div>
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<b><span class="Apple-style-span" style="font-size: large;">ACTUALIZACIÓN 11/11/11 17:36 : Bueno. Perdimos. Otra vez. Ya van cuatro veces. Cinco, si contamos cuando perdió MIB. Caramba. Cuatro veces, caramba. O cinco.</span></b><br />
<b><br /></b></div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-13829688769816281342011-11-07T20:36:00.001-03:002011-11-15T23:17:49.819-03:00Erre con erre (uno)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqWZKHK3YPlkaJ0VMLZqEQ3q99wzk4Nw_ZV332GM0izn_JBm9Ut4ZCEj_AQp3RRbzaAzHYYkehfbX8TtjhJ9DLD7XExqsDKoIY_xx6Q7GJ-uDsOQsmGFS2KQRkp4bMERIoTKUj5w/s1600/tren.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqWZKHK3YPlkaJ0VMLZqEQ3q99wzk4Nw_ZV332GM0izn_JBm9Ut4ZCEj_AQp3RRbzaAzHYYkehfbX8TtjhJ9DLD7XExqsDKoIY_xx6Q7GJ-uDsOQsmGFS2KQRkp4bMERIoTKUj5w/s320/tren.jpg" width="320" /></a></div><i><br />
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<i>Erre con erre guitarra,</i><br />
<i>erre con erre carril.</i><br />
<i>Rápido ruedan las ruedas </i><br />
<i>por rieles de hierro</i><br />
<i>del ferrocarril.</i><br />
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<div style="text-align: justify;">Un poco harto de conducir todos los días hasta mi trabajo, soportando el intenso tránsito automotor, y por qué no decirlo, la conducta incivil de los demás motoristas y la desaprensión de los peatones que se lanzan a cruzar las calles por cualquier parte sin mirar y sin sentirse de ninguna manera compelidos a respetar la luces de los semáforos, además de las largas vueltas buscando un espacio para estacionar, y algunas veces las largas caminatas producto del olvido de dónde había estacionado efectivamente, decidí probar un transporte alternativo. <i>(Hacemos una pausa para tomar aire luego de este párrafo innecesariamente largo).</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br />
</i></div><div style="text-align: justify;">Fue así que un día entre los días conduje mi automóvil hasta la estación de tren más cercana a mi domicilio (desafortunadamente está demasiado lejos para prescindir por completo de mi vehículo), y procedí a estacionarlo en el lugar destinado a tal efecto, hecho lo cual, me dispuse a disfrutar de la seguramente estimulante travesía. Cabe aclarar que hacía unos quince años que no utilizaba el ferrocarril. Al menos,<i> este </i>ferrocarril.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Me dirigí hacia el expendio de pasajes, pero antes de llegar a la ventanilla detrás de la cual habría un empleado planeando matar a todos los pasajeros (todos los empleados que venden pasajes de tren planean matar a todos los pasajeros, lo único que les impide llevar sus planes a la acción es que necesitan unos cuantos pasajeros con vida para conservar su trabajo), encontré la primera novedad: ¡Una máquina expendedora de pasajes! La tecnología es algo maravilloso. Y podemos estar razonablemente seguros de que la máquina no planea matarnos. <i>Esa</i> máquina, al menos. De todas maneras se quedó con algunas monedas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Provisto ya de mi boleto, dediqué mi atención a los carteles electrónicos que anunciaban con gozoso despliegue luminoso los arribos y partidas de formaciones; si bien yo había estudiado concienzudamente los horarios, nunca sobra la confirmación. Enorme fue mi consternación al descubrir que el tren que yo había elegido para llegar a mi oficina en horario razonable, ya debería encontrarse en camino. </div><div style="text-align: justify;">Caminé, entonces, cabizbajo, hacia los andenes dispuesto a esperar la próxima partida, y con alegría y sorpresa observé que donde sólo debería haber pasajeros aguardando, un reluciente convoy se aprestaba a ponerse en marcha. Obviamente habían tenido la amabilidad de esperarme, ya que cualquier explicación alternativa que involucre incumplimiento de horarios o dificultades técnicas sería decididamente irrisoria.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Agradecido y avergonzado a la vez, me apresuré en llegar hasta la ventanilla del maquinista, al que saludé y reconocí su civilizado gesto. Pero, seguramente por modestia y decoro, el individuo se limitó a proferir un gruñido y continuar con su complicado trabajo, que en ese momento consistía en aporrear frenéticamente las teclas de un teléfono celular.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Acto seguido examiné mi pasaje buscando las indicaciones de coche y asiento, y no las encontré por ninguna parte. Me sentí bastante tonto, porque la mayoría de las personas que abordaban el tren no parecían tener dificultad alguna para ubicar sus lugares, hasta se diría que estaban dotados de una destreza especial para hacerlo, porque en todos los casos les correspondía el primer asiento libre.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No quise que mi impericia demorara aún más la partida del tren, y pregunté a un pasajero que parecía tener mucha prisa en acomodarse, no sin antes asegurarme de que retirara su codo de mi mandíbula (tal era la vehemencia del caballero) sobre el mecanismo que tan eficazmente utilizara para encontrar su puesto. La respuesta fue un gruñido parecido al que el conductor me había obsequiado hacía unos minutos, pero con una modulación que casi dejaba adivinar algunas palabras, entra las que me pareció reconocer "donde se le cante". Inmediatamente traduje la figura a "donde usted lo desee", y me resultó muy extraño que la asignación de asientos se efectuara de una manera tan inconveniente y anárquica, pero mi interlocutor procedió a manifestar con su lenguaje corporal la intención de dar por terminada la conversación, así que con algo de recelo me desplacé hasta un asiento desocupado, y todavía un poco desconcertado, me senté.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><i>(Continuará)</i></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Buenas noches</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-6910642.post-64490133042952675062011-11-02T21:53:00.003-03:002011-11-02T21:53:45.592-03:00Anuncio Oficial<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO8aZdR0MBVA0l2YVFWJGJiomr6dXYs40ptpaapAR-mZi30HVx0RoEEoQAJqRwUjtUyi3NLdC2fYY6543mPPLpXyMvtyfK_NLgKtB6TRexQ3wWUhL9GKDrv1_oTccTLE0SWqK4JA/s1600/podium.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO8aZdR0MBVA0l2YVFWJGJiomr6dXYs40ptpaapAR-mZi30HVx0RoEEoQAJqRwUjtUyi3NLdC2fYY6543mPPLpXyMvtyfK_NLgKtB6TRexQ3wWUhL9GKDrv1_oTccTLE0SWqK4JA/s400/podium.jpg" width="400" /></a></div>
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Señoras y señores, damas y caballeros, niños y otros organismos basados en el carbono, tengo el honor de anunciarles que, gracias a sus votos, Los Sin-logismos de Bugman, una vez más, y por cuarto año consecutivo, <b>ha clasificado como finalista de los Premios Bitácoras, en la categoría "Mejor Blog Personal". </b>(aplausos)</div>
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Ahora un jurado habrá de decidir si nos merecemos el premio o no, pero eso es otra historia. En lo que a mí respecta, misión cumplida,<b> ¡GRACIAS!</b></div>
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<br />Bugmanhttp://www.blogger.com/profile/03243069996277698272noreply@blogger.com35