Oiga joven, no me venga a mostrar su teléfono celular que hace toda clase de ruiditos y saca fotografías y le avisa si tiene que ir al dentista o si en la calle Saragusti están haciendo trabajos de bacheo, que yo ya tenía teléfono celular cuando usted todavía comía zapallo hervido.
Claro que no eran como ahora, que usted lo lleva en el bolsillo o colgado del cuello, no, si usted agarraba los celulares de antes y se los colgaba iba a andar encorvado como un basquetbolista en una mina de carbón, porque esos aparatos eran muy pesados, ¿sabe?
Era como llevar un revólver, si se lo colgaba del cinturón a lo mejor se le caían los pantalones, no sé, pesaban como doce kilos, a ver, no, doce kilos es mucho, eso no pesa un revólver, no, joven, yo no andaba con revólver, ¿me vió cara de delincuente, a mí?
Bueno, no sé, póngale medio kilo, que es mucho, no va a creer, usted dice "ahhh, medio kilo, pero eso no es nada", pero yo le doy medio kilo para que lo ande cargando todo el día y ahí hablamos. Y eso hacíamos con los teléfonos, hablábamos, no como ahora que se la pasan dele que te dele apretando botoncitos y mandando mensajes de texto, ¿qué es esa mariconada de mandar mensajes de texto?. Uno tiene un aparato que le permite hablar, pero no, lo usa para mandar y recibir mensajes y tarda media hora en tener una conversación llena de faltas de ortografía y simbolitos y cosas raras.
Nosotros hablábamos, pero poco, porque en esa época a usted le cobraban si llamaba o si recibía la llamada, y le cobraban mucho. No sé, digamos, cien dólares la media hora. No, espere, eso era lo que cobraba Lulú, pero bien que los valía, Lulú hacía cosas que las demás chicas no querían hacer, claro que ahora es todo un relajo y todos andan haciendo chanchadas con todos y no tienen que pagar nada. ¿Pero por qué me hace hablar de Lulú, que me agarra la nostalgia? Usted siempre igual joven, si hablamos de chorizos me saca el tema de las carreras de lanchas, y yo no tengo ningún problema en hablar de carreras de lanchas, que yo tenía un primo que tenía una lancha, claro que no corría carreras, la usaba para ir a pescar, pero ahora hablamos de chorizos. ¡No, de teléfonos celulares! ¿Usted está bien, joven? Porque mire que no se puede hablar por teléfono desde un chorizo, ¿sabe?.
Y los teléfonos que usábamos nosotros no tenían figuritas, y musiquitas y cámaras de fotos y calculadora y todos esos firindulis que se usan ahora, ¿sabe?. No, eran unos aparatos grandes como un ladrillo, ¿usted vió los ladrillos?¿Que se usan para hacer casas? Bueno, así de grandes, pero costaban mucho más que un ladrillo, entonces no todo el mundo tenía teléfono celular, yo tenía porque me lo daba mi empresa, y un poco me molestaba porque me podían llamar en cualquier momento. Sí, ahora es normal, pero en esa época a uno todavía le gustaba estar tranquilo sin que lo molestara nadie.
Claro que igual las baterías de esos teléfonos duraban muy poco, entonces uno siempre tenía la excusa de que se había quedado sin batería. Jeje, yo siempre decía eso,a las cinco de la tarde apagaba el dichoso teléfono y si al otro día alguien me decía que había tratado de llamarme yo le decía que me había quedado sin baterías. También podía ser que no hubiera señal, era muy común eso, ¿sabe?. Bueno, ahora también, pero menos.
Y los aparatos tenian una pantalla negra con números rojos, que te mostraban el número que ibas marcando, y nada más. ¿Para qué necesita algo más, si el teléfono es para hablar por teléfono?
Pero no, a algún genio se le ocurrió que eso no alcanzaba, entonces le fueron agregando firindulis y ahora están todos como paparulos haciendo toda clase de cosas con el aparato, escuchan música, miran películas, sacan fotos, escriben, juegan, de todo, vea. Oiga, ¿me está prestando atención? Deje de mirar esa pantallita un minuto , ¿quiere?
Como le decía, andábamos por ahí con el revólver, no, no, con el teléfono, y hablábamos poco porque también se decía que si hablabas mucho se te freía el cerebro, o te salían cálculos en la vesícula, o algo. Es que tenían una radiación medio fuerte, esos teléfonos. Me contó un amigo que su cuñado conoce a un tipo de un banco que una vez cuando fue a sacar plata, se lo encontró, porque el tipo del banco siempre está en el banco, es que trabaja ahí, en cambio el cuñado de mi amigo va solamente cuando tiene que sacar plata. No se por qué no usa los cajeros automáticos, será que es medio inútil con la electrónica, hay gente así. ¿Eh, qué le dijo qué a quién? ¡Ah, sí! Le dijo que un tipo en el banco estaba hablando por teléfono celular y se murió. De un infarto, me parece. O lo atropelló un auto a la salida, no estoy seguro. Por eso le digo que no hay que hablar tanto por celular, ¿sabe?. Igual ahora lo que menos hacen es hablar. ¿Puede parar de apretar botoncitos, joven?. Me está poniendo nervioso.
Ah, y una cosa, los teléfonos de antes hacían "ring-ring" o "pirulí-pirulí", no como ahora que uno está en cualquier parte y suenan toda clase de ruiditos raros, y músicas, y no falta el gracioso que le pone al teléfono una cosa que grita "¡Eh, Mamerto, teléfono!", imagínese que uno está, por ejemplo, en una reunión de Escribanos y justo lo llaman y se escucha "¡Eh, Mamerto, teléfono!". Un papelón, a quién se le ocurre llamarse Mamerto.
Buenas noches.