viernes, 24 de septiembre de 2004

They're watching you, Bugman

No me lo van a creer, pero hace unos días escribí uno de los artículos más ingeniosos, inteligentes, ocurrentes y provocativos que mi escasa solvencia intelectual permite, y cuando estaba en proceso de publicarlo en la página uno de esos errores incomprensibles de la Internet hizo que se perdiera en el limbo. Y no tenía copia.
Después de eso lo reescribí, guardé una copia en el disco rígido de mi computadora y decidí publicarlo al otro día.
Pero mi computadora no arrancó nunca más. El disco rígido decidió romperse justamente esa noche. Ahora tengo disco nuevo, pero todo lo que tenía en el viejo, incluyendo la copia del famoso artículo, se perdió para siempre.

No lo voy a reescribir por segunda vez. No les voy a decir de qué se trataba. Si la entidad que controla la red (yo estoy seguro de que alguien controla la Internet, por más que me digan lo contrario) decidió que no debía conocerse, que así sea. Una una cosa es burlarse de los que creen que comer sandía con vino tinto es mortal, y otra muy distina captar un mensaje tan claro. Que el hecho de que seas paranoico no quiere decir que no te están vigilando.

Les mando esto para que se entretengan (lo saqué hace mucho tiempo de una página web, no recuerdo el autor, si alguien lo sabe dígamenlo para darle el crédito que merece):


El ancho de vía en los ferrocarriles de Estados Unidos es de 4 pies y 8,5 pulgadas. Es un número bastante extraño.
¿Por qué se usa precisamente esa anchura?
Pues porque así es como se hace en Gran Bretaña, y las vías americanas fueron construidas por ingleses expatriados.
¿Por qué los ingleses usaban ese ancho?
Porque los primeros ferrocarriles fueron construidos por las mismas personas que habían construido los antiguos tranvías y esta es la anchura que usaban.
¿Y porqué ellos usaban tal cifra?
Porque utilizaban las mismas plantillas y herramientas que se usaban para construir carruajes que usaban ese espacio entre ruedas.
Bien. ¿Y por qué los carruajes usaban esa extraña cifra de espacio entre ruedas?
Porque si hubiesen usado otra cualquiera se hubiesen roto en algún viejo camino inglés, ya que esa es la distancia entre las roderas (huellas).
Así pues, ¿Quién construyó esos viejos caminos con roderas?
Las primeras carreteras de larga distancia en Europa (e Inglaterra) fueron construidas por el Imperio Romano para sus legiones y han sido usadas desde entonces.
¿Y las roderas en dichos caminos?
Los carros de guerra de las legiones romanas formaron las roderas iniciales, que cuales quiera otros tenían que imitar por miedo a destruir las ruedas de sus carruajes. Ya que los carros fueron hechos para (o por) el Imperio Romano, eran todos iguales en cuanto a espacio entre ruedas. El ancho de vía standard en USA de 4 pies y 8,5 pulgadas deriva de las especificaciones originales para un carro de guerra romano.
Especificaciones y burocracias viven para siempre.
Así pues, la próxima vez que te den unas especificaciones y te preguntes de qué culo las cagaron, puede que estés exactamente en lo cierto, ya que los carros de guerra romanos se hicieron con el ancho justo para acomodar los traseros de dos caballos. Con lo que tenemos la respuesta a la pregunta original.
Y ahora otra vuelta de tuerca... hay una interesante coda a la historia acerca de anchos de vía y culos de caballo.
Cuando vemos una Lanzadera Espacial en su rampa de lanzamiento, notaremos dos grandes cohetes unidos a los lados del principal tanque de combustible. Son los llamados SRB (Solid Rocket Boosters) y son construidos por Thiokol en su factoría de Utah. Los ingenieros que los diseñaron habrían preferido hacerlos algo más anchos, pero los SRBs han de ser enviados por tren desde la fábrica hasta el lugar de lanzamiento. La línea férrea pasa por un túnel en las montañas y los SRBs han de caber a través de ese túnel, el cual es ligeramente más ancho que el propio ancho de la vía, la cual es aproximadamente del ancho de dos traseros de caballo.
Así pues, el diseño de los cohetes impulsores del más avanzado sistema de transporte del mundo fue determinado hace dos mil años por el ancho del culo de un caballo.


Buenas noches


miércoles, 8 de septiembre de 2004

Todos los caminos conducen a Bugman

Si dirigen su mirada al final, final, final de esta página, podrán encontrar un número. No, no es un sorteo, es un contador. Ese número representa el total de visitas a la página desde que se empezó a llevar la cuenta. La última vez que lo revisé estaba por 750, lo cual no está nada mal si consideramos que solamente están al tanto de la existencia de este despropósito digital (nacido gracias al hecho de que la Internet permite a cualquier estúpido capaz de aporrear un teclado publicar sus tonterías) un puñado de amigos, parientes y conocidos. Supongamos que alguno de ellos le ha comentado a otras personas sobre un tipo que parece no tener todos los caramelos en el frasco y escribe cosas, y que un pequeño porcentaje de estos referidos haya entrado por curiosidad. Esto explica aproximadamente un 90 % de las visitas a la página.Entonces queda un 10 % de individuos que han aparecido aquí completamente por azar.
Azar?
Veamos.
Como ustedes sabrán, (y si no saben se los cuento), con el hecho de poner un contador de visitas normalmente un administrador de páginas web puede conocer cierta información sobre sus visitantes. En efecto, como si del famoso Gran Hermano se tratase, yo se con cierta aproximación de qué país son mis lectores, a qué hora visitaron mi página, qué versión de Windows (o de otro sistema operativo) tienen en sus máquinas, qué resolución de pantalla usan, y otro dato que es para mí el más jugoso: desde qué otra página llegaron a esta.
Así me enteré que además de argentinos (que son el 80 %) tengo lectores en México, Estados Unidos, Puerto Rico, España, Uruguay,Brasil, Ecuador, Italia y Canadá. Bueno, tal vez estoy exagerando. Para considerarlos lectores, deberían haberme visitado más de una vez, y salvo el caso de Estados Unidos y Ecuador donde tengo lectores consecuentes (pero yo se quienes son) y Uruguay donde hay un lector asiduo que no conozco pero le mando un gran abrazo, lo demás parecen haber caído por estos lares por casualidad.
Y es allí donde entra a tallar el jugoso dato del origen de estos invitados ocasionales.
La que sigue es una lista de las palabras que estos desafortunados navegantes de la web escribieron en sus buscadores (Yahoo, Google, Altavista) y que por obra y gracia de indescifrables algoritmos de búsqueda (que ahora se que no están muy bien escritos, señores programadores de Yahoo, Google y Altavista) vieron aparecer entre la lista de sitios relacionados con su pesquisa este impresentable pasquín:

Hay quien llegó aquí buscando las palabras "persona dientuda".
Un desorientado español estaba preocupado por la electricidad estática, porque buscó "electricidad estática cómo evitarla", y no contento con eso intentó una vez más con "toallitas para la electricidad estática de la ropa". Ojalá haya podido solucionar su problema, debe ser muy incómodo ir por el mundo echando chispas a casa paso. Sobre todo si se trabaja en una estación de servicio (gasolinera, para mis lectores de habla hispana, ejem).
El único visitante brasilero que tengo registrado estaba indagando sobre un "comercial da nikon", y comparte en cierto modo sus inquietudes publicitarias con un amigo mexicano cuya búsqueda se orientaba a las "propagandas de pasta dental colgate". Tal vez este último era el mismo que buscaba una persona dientuda, sería odontólogo o un investigador de mercado?
Es para mí inevitable sentir curiosidad sobre estas personas y sobre lo que habrán pensado al verse erróneamente dirigidos a estas excrecencias literarias...y hablando de curiosidad, lamento profundamente que la del cibernauta que se preguntaba "cuántas calorías tiene una galletita" no haya podido ser satisfecha por mis ineficaces escritos.
Me pregunto cuál era la necesidad de quien estaba buscando las palabras "depilador a base de azúcar", y más me pregunto cómo fue que Yahoo lo trajo por aquí.
Con cierta lógica, quien tipeó las palabras "masonería, calcomanía" fue a parar al artículo "Las Sociedades Secretas ya no son lo que eran", pero para qué buscaba ese señor una calcomanía de los masones es algo que para mí permanecerá tan inescrutable como las dichosas Sociedades. (Por otra parte, si es un masón, le recomiendo que se una a una Logia un poco más próspera, que al menos regale calcomanías a sus miembros).
Al mexicano que se preguntaba "qué son las falarias", le contesto, no sin cierta demora, que son unos parásitos.
Seguramente en el futuro seguiré encontrando formas insólitas de llegar a esta página, pero hasta ahora mi favorita, que dejé para el final con toda intención, y que dudo que sea superada en mucho tiempo es aquella que impulsó a un visitante casual a escribir solamente dos palabras.

Suenen pífanos, trompetillas y panderetas, vaya mi saludo, abrazo, medalla, diploma y beso para el hispanoparlante que, desde Estados Unidos, específicamente desde Chappaqua, estado de New York, el 19 de agosto a las 22:59 se conectó a Internet e intentando satisfacer sus ansias de conocimiento utilizó la red de redes para buscar:
"MIS PEDITOS".

Buenas noches.

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