A menos que usted se haya casado con su primera novia, continúe con ella sin casarse o jamás haya tenido una, con toda seguridad ha pasado por uno o varios procesos de ruptura. Nueve de cada diez veces estos trámites comienzan con las palabras que dan título a este artículo.
La experiencia indica que cuando una mujer anuncia "tenemos que hablar" se puede esperar cualquier cosa menos buenas noticias.
Si al anuncio le sumamos las aparición de esas señales a veces sutiles y otras groseras que indican una caída notable en la calidad de la relación (y siempre existen señales, que usted prefiera hacerse el distraído es otro asunto), estamos sin duda ante una ruptura inminente.
Si al anuncio le sumamos las aparición de esas señales a veces sutiles y otras groseras que indican una caída notable en la calidad de la relación (y siempre existen señales, que usted prefiera hacerse el distraído es otro asunto), estamos sin duda ante una ruptura inminente.
A partir de ahí se desarrolla una de las ceremonias más patéticas y ridículas a las que un hombre y una mujer (no tengo conocimiento sobre la dinámica de otro tipo de parejas, sepan disculpar) pueden asistir.
Empieza con el llamado telefónico y la ominosa frase.La dama en cuestión entonces nos citará ya no en su casa o en la nuestra sino en un lugar neutral (y la elección de esta palabra no es inocente, tiene a todas luces connotaciones bélicas). Usualmente será un bar, un restaurant o cualquier lugar público y tranquilo.
Primera objección. Mujer, me vas a abandonar, ¿tiene que haber testigos? ¿Es imprescindible que unos perfectos extraños me vean en ese incómodo trance?
Primera objección. Mujer, me vas a abandonar, ¿tiene que haber testigos? ¿Es imprescindible que unos perfectos extraños me vean en ese incómodo trance?
Supongamos que de puro estoicos, timoratos o inconscientes aceptamos el encuentro.
Ella se prepara para la ocasión como si fuera un cita normal, o incluso con más esmero. Se pinta, se peina se perfuma, se viste y desviste dieciséis veces hasta dar con el atuendo perfecto.
Nosotros por nuestra parte hacemos algo parecido, con las limitaciones inherentes a nuestro sexo.
Segunda objeción. ¿En qué demonios estamos pensando? Me vas a abandonar, me vas a romper el corazón o al menos me vas a cercenar la posibilidad de tener sexo en forma regular, ¿es necesario hacerlo luciendo ese aspecto sensacional? Y nosotros que vamos a ser descartados, desechados y tal vez olvidados, para qué nos afeitamos y nos ponemos la camisa cara, el pantalón limpio y los zapatos que no tienen agujeros?
Lejos estoy de comprender las incontestables leyes del comportamiento femenino, pero arriesgo la teoría de que nos quieren demostrar en forma contundente lo mucho que estamos perdiendo. Un crueldad, vamos.
Nuestra contrapartida tal vez sea el deseo de hacer idéntica exhibición de atributos con la vana esperanza de que ella lo piense dos veces.
Todo es, por supuesto, una pérdida de tiempo atroz. Llegado a este punto no hay vuelta atrás. Por más que usted se haya vestido como un modelito de Calvin Kein y ella raje la tierra a su paso, el resultado está cantado.
Después viene la ceremonia propiamente dicha, el saludo incómodo (si a usted le quedaban dudas sobre el temario de la reunión, se le despejarán rápidamente cuando ella gire la cabeza evitando el beso en la boca) y los intentos de explicar lo que no necesita ninguna explicación.
Miren, yo creo que el amor sucede, y a veces deja de suceder. Así de simple. No hay necesidad de justificar nada, por favor no me digas aquello de "no sos vos, soy yo" porque hoy almorcé como un vikingo y temo hacer un estropicio sobre el mantel.
Tal vez ella llore un poquito, ya sea porque se sienta de verdad triste o porque le parezca de buen tono, y nos haga sentir todavía más incómodos ante los parroquianos que automáticamente pensarán que somos unos monstruos desalmados.
Luego, otro beso deserotizado, a lo mejor un abrazo y a casita que se nos hace tarde para sufrir como Magdalenas. Es cierto que cabe la posibilidad de que estuviéramos esperando esa ruptura, pero de todas maneras la dilatada liturgia nos pone tristes, nos recuerda que de alguna manera somos inadecuados.
No es necesario pasar por todo esto. Propongo que ante el llamado y la frase de estilo, preguntemos educadamente: ¿Sobre qué tenemos que hablar? Y si la respuesta es algo parecido a "Sobre nosotros", terminemos la cosa ahí.
Yo lo hice una vez. Le dije que si me iba a decir que era mejor que no nos sigamos viendo, entonces lo más conveniente era comenzar por no vernos. Que no me importaban las razones, que estaba bien y que continuáramos con nuestras vidas. Por supuesto que se ofendió, sacó la conclusión de que si aceptaba las cosas tan naturalmente entonces no la quería y me advirtió que no la volviera a llamar.
Au contraire, el hecho de facilitar así el enojoso proceso, de evitar esos diálogos inútiles y lacrimógenos, de exponernos quizás a un odio transitorio y de esa manera dejar a la señorita presa de la indignación antes que de la tristeza se me antoja un acto de una exquisita delicadeza. Después habrá tiempo para los inevitables ajustes emocionales, pero gracias a nuestra aparente insensibilidad el paso más terrible habrá sido sorteado de un salto. De nada, de nada.
Veámoslo de esta manera: Si el dentista que tiene que extraernos una pieza dentaria en lugar de arrancarla de un tirón pasara largas horas aflojándola de a poco con maniobras dolorosas hasta dar por fin el último y fatal golpe, ¿pensaríamos que es un caballero considerado y gentil? Nada de eso, lo tildaríamos de sádico (cosa que en el fondo todos los dentistas son), recordaríamos por mucho tiempo la horrenda experiencia y nunca más lo visitaríamos. Si en cambio procede con limpieza y rapidez, al otro día todo lo que nos queda es un agujero donde antes estaba la muela.
Ella se prepara para la ocasión como si fuera un cita normal, o incluso con más esmero. Se pinta, se peina se perfuma, se viste y desviste dieciséis veces hasta dar con el atuendo perfecto.
Nosotros por nuestra parte hacemos algo parecido, con las limitaciones inherentes a nuestro sexo.
Segunda objeción. ¿En qué demonios estamos pensando? Me vas a abandonar, me vas a romper el corazón o al menos me vas a cercenar la posibilidad de tener sexo en forma regular, ¿es necesario hacerlo luciendo ese aspecto sensacional? Y nosotros que vamos a ser descartados, desechados y tal vez olvidados, para qué nos afeitamos y nos ponemos la camisa cara, el pantalón limpio y los zapatos que no tienen agujeros?
Lejos estoy de comprender las incontestables leyes del comportamiento femenino, pero arriesgo la teoría de que nos quieren demostrar en forma contundente lo mucho que estamos perdiendo. Un crueldad, vamos.
Nuestra contrapartida tal vez sea el deseo de hacer idéntica exhibición de atributos con la vana esperanza de que ella lo piense dos veces.
Todo es, por supuesto, una pérdida de tiempo atroz. Llegado a este punto no hay vuelta atrás. Por más que usted se haya vestido como un modelito de Calvin Kein y ella raje la tierra a su paso, el resultado está cantado.
Después viene la ceremonia propiamente dicha, el saludo incómodo (si a usted le quedaban dudas sobre el temario de la reunión, se le despejarán rápidamente cuando ella gire la cabeza evitando el beso en la boca) y los intentos de explicar lo que no necesita ninguna explicación.
Miren, yo creo que el amor sucede, y a veces deja de suceder. Así de simple. No hay necesidad de justificar nada, por favor no me digas aquello de "no sos vos, soy yo" porque hoy almorcé como un vikingo y temo hacer un estropicio sobre el mantel.
Tal vez ella llore un poquito, ya sea porque se sienta de verdad triste o porque le parezca de buen tono, y nos haga sentir todavía más incómodos ante los parroquianos que automáticamente pensarán que somos unos monstruos desalmados.
Luego, otro beso deserotizado, a lo mejor un abrazo y a casita que se nos hace tarde para sufrir como Magdalenas. Es cierto que cabe la posibilidad de que estuviéramos esperando esa ruptura, pero de todas maneras la dilatada liturgia nos pone tristes, nos recuerda que de alguna manera somos inadecuados.
No es necesario pasar por todo esto. Propongo que ante el llamado y la frase de estilo, preguntemos educadamente: ¿Sobre qué tenemos que hablar? Y si la respuesta es algo parecido a "Sobre nosotros", terminemos la cosa ahí.
Yo lo hice una vez. Le dije que si me iba a decir que era mejor que no nos sigamos viendo, entonces lo más conveniente era comenzar por no vernos. Que no me importaban las razones, que estaba bien y que continuáramos con nuestras vidas. Por supuesto que se ofendió, sacó la conclusión de que si aceptaba las cosas tan naturalmente entonces no la quería y me advirtió que no la volviera a llamar.
Au contraire, el hecho de facilitar así el enojoso proceso, de evitar esos diálogos inútiles y lacrimógenos, de exponernos quizás a un odio transitorio y de esa manera dejar a la señorita presa de la indignación antes que de la tristeza se me antoja un acto de una exquisita delicadeza. Después habrá tiempo para los inevitables ajustes emocionales, pero gracias a nuestra aparente insensibilidad el paso más terrible habrá sido sorteado de un salto. De nada, de nada.
Veámoslo de esta manera: Si el dentista que tiene que extraernos una pieza dentaria en lugar de arrancarla de un tirón pasara largas horas aflojándola de a poco con maniobras dolorosas hasta dar por fin el último y fatal golpe, ¿pensaríamos que es un caballero considerado y gentil? Nada de eso, lo tildaríamos de sádico (cosa que en el fondo todos los dentistas son), recordaríamos por mucho tiempo la horrenda experiencia y nunca más lo visitaríamos. Si en cambio procede con limpieza y rapidez, al otro día todo lo que nos queda es un agujero donde antes estaba la muela.
Buenas noches.
51 comentarios:
Certero, como nos tiene acostumbrados, estimado Bugman. Justamente hoy resucite un viejo divague mio acerca del amor. En uno de sus insolventes parrafos estampe:"Un hombre humillado jamás se ha levantado mina ninguna; el instinto maternal en la mujer es el único refugio que encuentra el hombre que no puede darse el lujo de ser ignorado por otras mujeres; las mujeres aman a los hombres que no pueden alcanzar o las ignoran; la elegancia del caballero, que no ruega, no implora ni solloza y solo se limita a retirarse, se destaca en el momento de rechazo..." Y esto ultimo, digo, la negacion a ser un mamarracho despues de ser rechazado, creo yo que nos hace (cuando llegamos a esa instancia) dignos. Esta muy bien que por dentro nos abatan cataclismos biblicos. Esta muy bien que sintamos que se nos desgarra la vida con esa ruptura. Lo que esta mejor, es no hacerlo saber a nuestro verdugo. No por un orgullo infantil, sino mas bien, para no incomodar a la otra persona con nuestros lamentos.
No siempre se logra, pero es una pequeña felicidad, solo conocida por nosotros, dentro de la catastrofe.
¡En el podio otra vez!
Volveré al término de la lectura.
Preciso, pero debo decir, que no es el proceso de sacar la muela lo más doloroso, ese es un mero tramite, como usted lo hay llamado, transitorio, que de ser rápido o lento deja a su paso una huella inborrable y definitivamente dificil de superar, es esta ausencia traumatizante la que sobrecoge y se pretende superar...Además debo añadir que en mi caso siempre he sentido necesario llevar a cabo ese tramite de la manera más oficial e indolora posible, es parte de un ritual, como sacar la foto de la cartera cuando se esta listo; mi vida en que incluso usted tiene un "rito" en su vida cotidiana...
Hola
estoy descubrinedo tu blog a sorbos.
Otro amigo mutuo, le dicen Don Beto,se expreso muy bien de este blog sin equivocarse.
Un saludo!
Si se le saca al amor todo lo que le es extraño, no queda nada.
Vaya Sr.Bugman, de lo más oportuno su artículo. Ayer mismo viví esa situación, afortunadamente, como lo esperaba, y realmente la relación se podía calificar de "fugaz", el sufrimiento fue minimizado. Mi ex (si puedo considerar así, a pesar del corto espacio de tiempo que duro la relación)intento con muchos "paños calientes" evitarme el daño, y parecia en cierto modo que le molestaba mi impasibilidad. Yo adopte la posición más lógica (ya sabe, por alqo soy vulcano) y es "si no quieres estar conmigo, ya esta, lo dejamos y tan amigos". Todavia no se bien en que acabará todo esto, pero si le soy sincero, me siento aliviado, a pesar de ser yo el abandonado. Un saludo.
Yo, de esos trances siempre he salido como el malo de la "peli". Una de dos: o ella abandona y yo soy el causante de todos los males (cosa que asumo solo en parte de ellos) o si la decisión la tomo yo, soy un ser despreciable, frío e incapaz de amar. Y en cuanto a la frase que titula su artículo, suscribo: hay muy pocas frases al uso que sean tan definitivas como "tenemos que hablar". Quizás "descanse en paz" o "perdimos al paciente".
Una estrategia muy elegante, Bugman. Pena que no tengan muchos hombres tanta integridad.
A mí lo que me preocupa es lo que al amigo Garfio: que sean ellas juez, fiscal y jurado en la ruptura. Que no lo digo por todas las mujeres, pero tanto igual como los hombres llevamos algún estigma tal como el de vagos o guarros, las mujeres tienen las suyas propias. Quien más quien menos no puede tirar la primera piedra.
Si me van a dejar, prefiero que sea rápido y sin anestesia! Cualquier cosa es preferible a un amor mediocre!
Ya después veré que hago con mi dolor o con mi alivio!
(Y no te quepa duda...la venganza será terrible!!!...muejeje)
jajajaja
una gran verdad la tuya bugman, hace unos dias termine con una relacion que tenia y preferi que las cosas sean rapidas y directas. lastima que la señorita no entendio mi punto de vista y decidio gritarme a los cuatro vientos que yo era una basura indigna del genero humano (claro, no uso un modo muy poetico al decrimelo)
Don Bugman!!
he regresado de mis vacaciones y me encuentro con este articulo suyo
su estoicismo al enfrentar el rechazo de la pareja puede ser comparado con el infantil y cruel "no me dolio" que espetan los niños al incredulo padre tras un soberano cachetazo?
aunque los chicos enrojezcan de dolor, esgrimen el "no me dolio" como argumento artero, para enfurecer aun mas al padre
dentro de este tipo de discusiones que comienzan con "Tenemos que hablar" siempre se cuela un "te juro que esto me duele mas a mi que a vos" pero al final se produce la ruptura, pero el tema de lo que va en el medio de la conversacion sera motivo de otro post
saludos,
Impecable y tan cierto su análisis del fin. Me sentí muy identificada. Las veces que dije que teníamos que hablar fueron porque ya tenía tomada una decisión y esperaba la ruptura.
Sin embargo, y aunque uno en el fondo sabe cuándo la relación no va más, existen a veces instancias previas de esperanza de un posible cambio, y la frase de su post es simplemente el cimbronazo para pasar a otra etapa.
Quizás la muchacha en cuestión está lista para algún próximo paso, mudarse juntos, casarse, tener un hijo, y si no es así, y ese paso no se dio y no se va a dar…ya está, a otra cosa mariposa.
Respecto a acortar tanto el trámite, no sea cruel, las mujeres necesitamos romance hasta en el fin. El trámite debe ser muy burocrático, nada de rapidez y eficiencia por favor. Si le van a dejar, bánquese como caballero ( ya sabe, por los buenos momentos compartidos) y deje que ella dirija el tema ( ya cuando vuelva a su casa podrá llorar, zapatear o pincharle con agujas las fotos).
Un beso enorme, y estoy de acuerdo, el amor sucede y deja de suceder…pero lo bueno es que es un ciclo que se renueva, con la misma o con otra persona.
No se si es una historia personal, pero si lo fuera, haga su duelo, ya llega la primavera Mr. B.
Caro
Muy buen análisis. "Tenemos que hablar..." este preámbulo en los "ritos de despedida" ciertamente es signo de algo ya digerido, talvez esto sea preferible a los "despidos" repentinos —los que no son precedidos por estas palabras— y que generalmente nos agarran con "la guardia baja", también, por supuesto, es mejor que soportar o sufrir los efectos de una "doble vida"...coincido asimismo en que debiera ser un trámite "limpio y rápido" casi quirúrgico, no se da porque unos piensan que debe ser algo dramático, inolvidable... y otros creen que aunque sea en el último minuto tienen que "llevarse los tres puntos" ¡como sea! no pueden ser desechados, TIENEN que desechar....y ahí se arma el desagradable espectáculo. Bueno, estimado Bugman, casi en un todo de acuerdo, sólo disiento en un detalle; no llamaría "amores" a esos escarceos sentimentales, que pueden ser prolongados o apenas un "touch and go", esto en homenaje al Amor, ese que "nunca deja de ser, que no busca lo suyo, que todo le cree y todo lo soporta" como dice la Escritura; existen palabras más adecuadas y estoy seguro que también las conoces, solo diré para terminar y para quitarle solemnidad, lo que dijo la minita a la que su madre recriminaba haberse mostrado a medio mundo "¡saliendo del telo con su novio!" respondió: EN ESTOS TIEMPOS, A CUALQUIERA QUE SE ACUESTA CON UNA ¡YA LE DICEN NOVIO!.
Coicido en cualquier ruptura, separacion, que no haya tanto derramamiento de sangre, ya bastante estan los minutos posteriores para sentirse como el c***. saludos
Bugman, ¿y si a la muchacha se le ocurre volver? Creo que un poco de sufrimiento compartido garantiza la ruptura definitiva, lo cual no está mal. Luego del cenit no hay nada.
Excelente Bugman, me pareció muy divertido. Pero no generalice, no todas las mujeres somos iguales entre nos (ni los hombres entre sí.
Por mi parte, he cortado por teléfono (y EL teléfono), sin querer verlo nunca más y avisando que sus cosas quedaban en portería. A la mierda con todo y si no te habías dado cuenta lo lamento, abrí los ojos. Y me han hecho lo mismo, lo cual está muy bien.
(Ahora la fonomancia)
Las mujeres siempre tieen la razón en estos asuntos; si ella dice "tenemos que hablar" nosotros habremos de acudir a la cita. Total, ¿qué nos cuesta un poco de suffrimiento?
Luego de la despedida final, al llegar a casa solo, el cuerpo se libera de un gran peso provocando una singular satisfacción, cosa que no ocurrirá si decidimos no acudir a la cita de corte y despedida.
Le cuento otra cosa: llevo una buena relación amistosa con la mayoría de mis ex-novias y sus familias.
Hay que conservar lo poco que nos quede de caballeros... hasta el final.
Creo que es una especie de ritual que hay que llevar a cabo para poder dar por terminado el asunto, aunque comparto totalemnte su propuesta, creo que a la otra persona la dejaríamos sin comprender y sin poder cerrar el círculo... es más, hasta es posible que después de eso quiera volver, nunca son muy coherentes.
Cómo que nuuuunca somos muy coherentes??
Ahh...ya entendí, nosotras nunca somos coherentes, y ustedes si.
Entiendo! Jamás un hombre que se precie de tal rompe una relación y despues quiere volver!!! Los verdaderos machos, NUNCA se arrepienten!!
jajajaja se me ríen los pies!!! :P
Usted me deja preocupado Bugman. Es que suelo ser yo quien pronuncia la frase.
Respecto al trámite breve, o al no trámite, tiene razón: el mal debe hacerse todo junto, y el bien, de a poquito.
Saludos.
Es verdad todo lo que describe, y es feo cuando es uno quien se quiere hacer el dolorido por cortar y terminan poniéndolo en un freezer, ..."ta, bien , si lo preferis asi chau" uuuuu, eso duele.
saludos.
Hay dos razones por las que las damas eligen el camino del mutuo calvario, porque es mutuo y no de una sola o uno solo:
1. Son sadomaso de nacimiento.
2. No pueden darse el lujo de terminar de manera tan baladí, porque si no la "relación", así entre comillas, no llegó a la entidad de seria, importante, trascendental, e'cir, "estuve perdiendo el tiempo", ¿viste? Y ellas jamás pierden el tiempo ni son unas cualesquieras que andan acostándose con el primero que pasa, no, no, no.
Como el comercial de la tele del jabón: el pibe se vuelve "femenino" porque le sugiere a cada mina casarse todo el tiempo. Las minas están para cosas serias, y las cosas serias se terminan de manera seria, qué joder.
Disculpas por eliminar el comentario anterior, es que estaba mal redactado. Trato de mejorarlo:
Igual, las consabidas frases: "No sos vos, soy yo"; "Lo mejor seria darnos un tiempo"; "No quiero lastimarte ni lastimarme", merecen su lugar en el podio.
A la pipeta, cuáantos comentarios. Gracias a todos
Geoffrey, leí su artículo y se lo recomiendo a todos los lectores. Es así, en los rechazos se ven lo caballeros, y también los pelafustanes.
Claude, felicitaciones, dos veces más en el podio y se gana una foto mía autografiada.
Jazmín, "ritual" es la palabra. Claro que después podemos sentir la pérdida,lo que yo digo es que estoy en contra del ritual mismo.
Es triste, es patético, es ridículo. Mire si su jefe la va a invitar a cenar para decirle que está despedida.
Dull, bienvenido, gracias por la visita. (Le juro que a Donbeto no le debo dinero, auqnue parezca).
Fabiana, me quedo con esa frase. Gracias.
Vulcano, lo felicito. Seguramente ella no lo entienda así, pero alejarse silbando bajito es lo más caballeroso que se puede hacer en estos casos. Incluso fingir indiferencia o minimizar el daño aparente es un gesto de delicadeza.
Garfio, está muy bien asumir el papel de villano. A eso me refiero, cargue con toda la culpa, incluso cuando (casi siempre) la culpa no es de nadie.
Mazarbul, estoy a favor de mostrar una impávida indiferencia ante ciertas injusticias . No reclame, no proteste, no argumente. No tiene la menor importancia. Termine con el asunto limpiamente, y siga su vida. La otra persona no lo sabrá, pero le habrá hecho un favor impagable.
Stella, precisamente, exactamente, a eso me refiero. Un solo tajo, y a sufrir con dignidad (o a respirar aliviado). No me entusiasma eso de la venganza, pero sobre gustos...
¡Ron Jeremy! ¡Nos visita Ron Jeremy! ;)
Como dije, esta actitud infinitamente caballeresca de no prolongar lo inevitable, de no prestarse a agonías desagradables, casi nunca es comprendida. He ahí una razón más para considerarla digna de un dandy.
Hola Gabriela, bienvolvida. El estocicismo ante la afrenta (un rechazo es siempre una afrenta, nos están diciendo nada menos que no nos quieren) es en este caso en beneficio del abandonante. Suponemos que es un trance difícil, evitemos entonces que sea una especie de burocracia y dejemos que el otro se libre rápidamente de nuestra incómoda presencia. Repito, en el momento parece insensible, pero es todo lo contrario.
Caro, claro que "tenemos que hablar" puede ser el preludio de otra cosa, pero recuerde que hablé de señales.
Entiendo lo que usted dice sobre el ritual del rechazo, la necesidad de explicar, le juro que lo entiendo, pero sigo en mis trece y estoy por la abolición. Recuerde que tengo formación ingenieril.
(Y la historia personal tiene más años que algunos de mis lectores, gracias por la preocupación, pero ha pasado muuuucha agua bajo el puente)
Profe, sostengo que una ruptura nunca es una sorpresa, si nos agarra desprevenidos es porque preferimos no ver. Tal vez un gran amor merezca todo el rito, pero no estoy seguro. Un amorío pasajero no lo amerita, de ninguna manera. Pero mi propuesta no se refiere a no darle importancia a la cosa, sino a hacérsela más sencilla a ambos. Mire, si uno debe olvidar a una persona porque no es la adecuada (y si no es, no es, no se puede remediar)entonces es mejor que se empiece pronto. Inmediatamente. Ahora mismo.
Nomuchodeque, eso mismo. Bastante se tiene con el desengaño, no le agreguemos más tristezas solo para satisfacer unos preceptos inútiles.
Claude, pequeño de talle. Esta técnica suele tener ese defecto. En ese caso, hay que mostrarse firmes.Como con los shampúes, enguaje y repita.
A no ser que usted mismo desee una segunda vuelta. Me dijo un primo de un cuñado que un amigo le contó que un compañero de la oficina conoce a alguien a quien le funcionó eso de volver.
No tan iguales, bienvenida. Claro que hay excepciones. La felicito, puede usted rechazarme cuando desee.
Thejab, otro negocio estupendo. Vamos a tener que abrir sucursales, no creo que yo solito me baste. Es verdad que las damas (algunas damas) nos considerarán unos caballeros si vamos, escuchamos, ponemos cara de lo que haya que poner según el caso y nos despedimos con un abrazo.
Pero si hacemos lo propio obviando la cita, estamos siendo más caballeros aún. Le permitimos que nos deteste lo suficiente como para soportar la culpa de rechazarnos, nos convertimos en unos malvados y le facilitamos que nos olvide. No esperamos la mezquina recompensa de que la otra parte sufra nuestra ausencia, le despejamos las dudas y aceleramos la cicatrización. ¿Qué puede ser más noble que un acto noble disfrazado de vileza?
Pasquín, de acuerdo, pero me sigue pareciendo una cosa triste e inútil. Y aunque pasemos por todo eso no se elimina la posibilidad de arrepentimiento. (No es que sean incoherentes, es que sus procesos mentales son inasequibles para nosotros)
Mensajero, es usted muy valiente. Yo no tengo agallas para dejar a nadie, provoco que me dejen. Al menos queda el consuelo de que cuando usted dice "tenemos que hablar" nunca será para anucniar que está embarazado.
Gentleman, claro que duele, pero si le van a cortar una pierna es preferible que sea de un solo tajo, y de ser posible con un instrumento sumamente afilado.
Roedor, tal vez usted haya dado con la clave del asunto. Se supone que si uno acepta el rechazo con entereza y sin entregarse a la charla sadomasoquista, es porque no le da importancia a la relación. Es al revés, pero vaya usted a explicarlo. Se requiere mucho temple para resitir la tentación del ritual.
Geoffrey, a eso me refería cuando en el artículo decía por favor no me digas aquello de "no sos vos, soy yo" porque hoy almorcé como un vikingo y temo hacer un estropicio sobre el mantel.. Esa frases son eméticas.
Uffff...terminé.
Bugman, me expresé en forma incompleta: "mi amor, tenemos que hablar....como decirte....¿podrías gastar menos con la tarjeta?"
Creo que en estos casos hay un gran paralelismo con un despido en un trabajo. Nos llaman para que nos sentemos a hablar y nos empiezan a dar algunas vueltas. Luego tratan de que no nos sintamos culpables, y en todos los casos dando vueltas sobre el tema en vez de decirlo directamente.
Pero en el tema de parejas, si uno tiene la mente un poco fría en ese momento (cosa que no es facil) podríamos contraatacar diciendo: "Bueno, al fin te diste cuenta, perdoname, pero yo hacia tiempo que te lo quería decir pero no sabia como"
Al final la mejor defensa es un buen ataque, y si hay sufrimiento que no se note. Así quedará con la duda de si ella nos dejo o nosotros la dejamos a ella.
De esa manera hasta puede ser que termine volviendo ella a nosotros, pero me temo que en ese momento ya sea tarde, porque no nos interesará.
Pucha... lo dejo la maestra jardinera?! Al pie del altar?! Que mala mujer, Buguerto. No sabe lo que se pierde...
o si.
Ponja (por primera vez en 35 años yo deje a un sujeto y no hice que me dejara. Aplausos para mi, por favor... o algo similar al menos. Y lo deje sin la frase y sin la fantochada de reunion, que conste)
Ah, no parece que no terminé nada...
Mensajero, pero en esa situación también es menester dar un corte. Corte el plástico de su mujer por la mitad. (Disculpe, disculpe, una vez más eludí el tortuoso sendero del ingenio y me fui por la autopista de la pavada, pero qué quiere, usted me la sirvió en bandeja)
Norberto, en el asunto del despido el que trata de no sentirse culpable es el jefe. Y a lo mejor es lo mismo con las mujeres. Pero vea, no hay ninguna necesidad de determinar quién dejó a quién. Por lo menos después de los 15 años.
Y si vuelve, caramba, nadie puede volver a un lugar en donde nuca estuvo.
Ponja, que no, que no, que nadie me dejó, que sigo con la maestra de parvulillos y ya me compré una casa y todo...
Y por favor, suenen pifanos, trompetas y sacabuches para honrar su digna ruptura. Así se hace. Si no va, no va. Y sanseacabó.
Ay Mr. B, si usted supiera lo que es el timing de su cacheteadora nota...
No voy a irme por el sendero de defender a las mujeres por que cada persona es un mundo y cada pareja es un agujero negro único y singular y acá, nadie es Stephen Hawkings...
Pero sí debo decir que lo que me da tristeza es ese proceso triste en el cual alguno/na empieza a boicotear su propia relación para que el otro se canse, se aburra, se frustré y sea quien terminé con él/ella.
Ya en mi vida me han "puesto el palito", con todo y lacito, pero no lo piso más. Nunca dije "tenemos que hablar" aunque sí me lo han hecho (con cita en restaurante elegante en pleno barrio del Marais pariciense y todo), pero yo sí soy de las que digo que hay que hablar claro ya ya ya... nada de alargar y degradar algo bonito. Si no funciona basta y no es necesario subestimar la inteligencia de una bella dama o de a un gentil caballero.
Total, si uno esta en una relación (hablámos de una relación, no de un "choque y fuga") es por que algo bello se encontró en la otra persona. Entonces para qué convertir eso en un cliché?
y olé...
la verdad lo agradeceria, y si paga el pues k mejor, la mayoria no se toman la molestia y con un grito o un memo les basta
Bugman, excelente reflexión, recomiendo para seguir con el tema una lección de como dejar a alguien y ser dejado románticamente.
Cosas de macho. Es verdad. Hay que ser todo un caballero para escuchar ésas palabras en silencio. Y encima, contener la inquina y demostrar delicadamente que un hombre de nuestra clase, jamás lo volverá a encontrar.
Pero, hay otras palabras peores. Abren universos parelelos de esperanza, que es la peor tortura del infierno. Una vez perdida la esperanza, uno no sufre. Pero éstas palabras son la peor maldición del cosmos.
Son:
"Necesitamos un tiempo"
"no sos vos, soy yo"
un frase como esa despierta en uno cosas como:
1) Sujetas fuertemente su cabeza con precionando en la frente y hechandola hacia atraz
2) Tomas una pinsita de depilar, de esas que usa la abuela y ya no funcionan como antes
3) le arrancas uno por uno los pelitos de la nariz mientras suena Paulina Rubio por los parlantes de un equipo de 5000.0000 w.
Gracias.
A mi en lo personal me molesta sobremanera toda esa "liturgia" y gusto por el melodrama que tienen algunas minas.
Las veces que alguna de ellas me tiró la frase de referencia, mi respuesta fue "Ah ¿Queres cortar? Bueno, hagámosla corta. Listo. Ya está. Que te garúe finito. Chau" y listo.
Si, puede que sea medio asqueroso, pero es que me irrita prolongar ciertas situaciones solo por el gusto de hacerlo novelezco para darle el gusto de tener algo que contar.
La vida es corta como para andar perdiendo el tiempo.
Debe ser por eso que no conservo ninguna clase de relación con las minas con las que he tenido algo.
¡Al fin un hombre que acepta la existencia de señales, así sean sutiles! El típico "No me dí cuenta, pensé que estabamos bien" me estaba haciendo dudar sobre la capacidad de percepción del sexo masculino.
Cuando tuve que dar por terminada una relación, luego de años de estar en pareja, dije que el amor a veces deja de existir... Posteriormente, el bombardeo de preguntas fue devastador. (Créame, de nada me sirvió este argumento tan real como breve).
Si bien cada relación que llega a su fin transita, con sus respectivas variantes, por este ritual que acaba usted de describir tan certeramente, cuando nos toca ser los abandonados o desechados (uf, es fuerte dicha palabra), sin nuestro consentimiento, la necesidad de que la otra persona nos dé una explicación pertinente al caso, es tan universal como la esperanza de revertir la situación.
Excelente post.
Saludos, y gracias por su visita!
Yo soy de las que piensa mejor no decir tantas palabras, si las cosas no funcionan agarrata tus cosas, dale un beso y hasta luego...
Si te fallaron no des un beso, al diablo todo!! ahorrate el drama y los gritos, no valen la pena.
Es mejor asi, para que tanto empacho??
Aparte se me hace de muy mal gusto hablar este tipo de cosas en un lugar publico, por que???
Muy buen post como SIEMPRE BUGMAN!
Una vez casada, la mujer con vocación sado-odontológica (¡que analogía!) muta la frase a:
"me duele la cabeza"
Le saludo con harto afecto
Me han contado
Patricia, sí, no hay nada que no sea triste en un desengaño amoroso, incluyendo ese proceso de saboteo. Confieso con vergonia (y uso el italiano porque no encuentro la diéresis) que alguna vez he forzado rupturas, pero fue más por darle a la otra persona la posibilidad de renunciar antes que enviarle el telegrama de despido.
Convengamos en que "un tenemos que hablar" en París tiene lo suyo, pero vamos, ya está. No alarguemos la agonía. Hasta a los caballos se los sacrifica por piedad, cuando no tienen remedio.
Emeefe, no sea cruel. Encima de que se termina el asunto le vamos a cantar al despechado. Me parece una demasía.
Viajero de blogs, bienvenido.
Esas palabras que usted cita están en la categoría emética que observabamos antes, pero con una potencia casi mortal. Agregaría yo aquello de "Estoy confundida" y ya podemos cerrar el negocito.
Cacho, lo peor es que esa frase hace agua por donde se la mire. En tren de recopilar lugares comunes, podemos seguir con "Lo que pasa es que vos no sabés querer", "No te dejás querer", "Le tenés miedo al amor", "Te quiero pero como amigo", "El sodero está mejor dotado"...
Renegado, es usted todo un troglodita, bienvenido al club. Y no importa que se vea como "medio asqueroso", es todo un acto de caballerosidad. (Estamos tan de acuerdo que da asco)
Morochia, la verdad es que no importan las razones, preguntar es inútil, lo máximo que puede uno obtener son las frases hechas que venimos repitiendo en los comentarios anteriores. Chapeau para los que saben retirarse discretamente sin indagar y sin escándalos.
Roxy, está muy bien, usted tiene un gran estilo. Yo tampoco entiendo lo del lugar público, será que piensan que no las vamos a dejar salir de nuestra casa, o nos vamos a negar a salir de la suya. Ja. Con lo rápido que soy para irme de donde no me llaman.
Donbeto, eso es un mito difundido por el cine de comedia y los escritores de chistes no muy buenos. Según me han contado a mí.
Abrazos.
Bugman, pienso que sentimentalmente los animales son más evolucionados los seres humanos, generalmente las separaciones no son para nada traumáticas y un macho cuando no está en condiciones de satisfacer a las hembras resignadamente cede su lugar sin necesidad de litigio alguno. Una leona a la hora de cuidar a su cría si es necesario actúa con una ferocidad inaudita, por esta razón es difícil ver a un cachorro abandonado en la jungla.
Un abrazo!
Charly, los humanos somos animales racionales. Es por eso que estamos capacitados para cometer estupideces. Un abrazo.
La pelota que sumó comentarios... ahora me siento mal de obligarlo a leer el mío... en mi caso hice algo parecido... estaba -hace muuchos años- saliendo con una tarada, pero que estaba bueeena... la cuestión es que llegados a la casa, luego de ver una peli que ELLA escogiera, se puso nerviosa... nada cariñosa... ya sabía a dónde iba... por lo que me tapé con la campera y dormí, al rato me desperté y me dijo "No sé si quiero ser tu novia", a lo que le repliqué "Bueno, me abrís la puerta?" y san seacabó... como Ud. dijo... hay que sacarse la curita de un tirón...
definitivamente..
la agonia de sospechar que te abandonan, por no decir hacrte pendejo y saberlo..es lo peor.
hace meses iba a pedirle al amor de mi vida que no me buscara más, pues me habia fallado en algo muy doloroso, sin embargo en lugar de mandarla al carajo por señales de humo me dije que era necesario encararla unavez mas..mereciamos tanto ella como yo, despedirnos despues de 3 años de relacion.
resultado? yo sufriendo una muerte lenta y ella completamente indiferente. Dolor aun mas grande, sumado al de la traicion causante.
conclusion? NO LO VUELVO A HACER
las señales de humo sera lo mas cercano.
Goma Rosa, lo dicho, ¿para qué prestarse a la agonía?
Gracias por la visita.
"tenemos que hablar". Con lo corta que es la frase.. lo mal que suena! pq está claro que desemboca en la ruptura casi siempre. Yo estoy a favor de no regodearse en la agonía y el dolor que eso pueda suponer pero tambien es verdad que muchas veces, es necesario hablar y decirle a esa persona determinadas cosas para poder quedarse tranquilo y que la rabia no te carcoma el alma. Porque la sensación de quedarse con una conversacion pendiente tampoco es que sea demasiado agradable, no?
Bueno, querido Bugman, despues de un buen tiempecito perdida aqui estoy de nuevo, poniendome al dia con todo lo que has escrito! :D
Un besote
Angie, hola, tanto tiempo. ¿Conversación pendiente? Me temo que esa es otra superstición. No hay nada en esa conversación que nos pueda animar. La conclusión es siempre la misma, no nos quieren más. O nunca nos quisieron. Hay que lidiar con eso, y adelante.
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