Si los estimados lectores se sorprendieron aquella vez que les conté de mi incursión en el arte teatral, tal vez también les guste saber que en una época fui contratado por la Armada de mi país para trabajar en el área de Investigación y Desarrollo.
¿Pero qué es lo que yo hacía exactamente?
Resulta que no puedo contárselos sin que me metan a la cárcel, o algo peor.
¿Pero qué es lo que yo hacía exactamente?
Resulta que no puedo contárselos sin que me metan a la cárcel, o algo peor.
Tengo un amigo un poco mayor que yo que es Licenciado en Física. Por aquellos años, él dirigía un laboratorio de la Armada dedicado a la investigación.
Como yo estaba buscando trabajo y se había abierto una vacante, me invitó a trabajar con su equipo de profesionales y técnicos.
Acepté encantado, tener de jefe a un amigo siempre es ventajoso y además todo el asunto de Investigación y Desarrollo me parecía de lo más interesante.
Para ingresar a ese puesto, tenía que completar previamente unos trámites en el Comando en Jefe de la Armada. Y allí me dirigí un día, muy tempranito como les gusta a los militares.
Entrar al edificio no fue gran cosa, llené un papelito donde decía a qué iba, dejé un documento y me dieron una credencial que tenía que exhibir colgada del saco, más o menos como en cualquier empresa moderna. En la recepción me dijeron algo así como "Vaya al cuarto piso, oficina 35 y pregunte por el Capitán Rodríguez" (los nombres y algunos detalles en este relato han sido alterados para proteger a los involucrados).
Subí entonces al cuarto piso, y busqué la oficina 35, que pensé que tendría un cartelito como "Oficina de Personal", o "Recursos Humanos". Pero no. La puerta de la oficina 35 rezaba "Servicio de Contrainteligencia Naval". Un poco tímidamente, pensando que los de la entrada me habían mandado a cualquier lado, golpeé y de adentro me contestaron "Adelante". Pasé y pregunté, medio como disculpándome, por el Capitán Rodríguez esperando que me mandaran a otra parte con el ceño fruncido. Para mi sorpresa, el único ocupante de la oficina era el mismísimo Rodríguez, que estaba completamente enterado de quién era yo y para qué iba. De hecho, estaba mejor informado que yo, que no tenía muy claro en qué consistía el trámite que iba a hacer.
Rodríguez era un oficial llamativamente amable, y me explicó que para incorporarme a la Armada como Investigador Científico tenía que llenar unos formularios que tenían que ser analizados por su Departamento, que como yo ya había adivinado, era Contrainteligencia.
Ante mi cara inexpresiva y mi completa mudez, el amable Rodríguez continuó explicándome las responsabilidades de su área, que en pocas palabras consistía en evitar que lo chicos malos descubieran qué era lo que hacíamos en los laboratorios.
Yo estaba entre divertido e incrédulo, pero me cuidé de demostrarlo ante un tipo que estaba entrenado para sospechar de todos, así que le dije que me diera el dichoso formulario para completarlo y terminar con el asunto.
Rodríguez me dijo que me lo llevara y lo trajera en un par de días, porque no era muy probable que yo llevara conmigo toda la información para hacerlo ahí mismo, y acto seguido me entregó algo que parecía un libro. Lo revisé someramente, y era una serie de unas 200 preguntas o más, que debían contestarse con datos sobre mí, mis antepasados hasta varias generaciones, mis amistades, mis relaciones, mis actividades e intereses. Creo que hasta el día de hoy no existe en lugar alguno otro documento que tenga tanta información sobre mi persona, toda junta.
Así fue que me llevé el grueso cuestionario y luego de intensas pesquisas familiares donde incluso me enteré de cosas que no sabía, pude volver a ver al amable Capitán que me citó para el otro día a fin de terminar el proceso.
Aparentemente los de Contrainteligencia no encontraron mancha alguna en mi expediente, porque al día siguiente Rodríguez me dijo con una sonrisa que no había problema, que yo era "propia tropa", lo que en la jerga militar quiere decir que yo era digno de confianza.
Entonces el Capitán me alcanzó un contrato que yo debía firmar, que en una de sus cláusulas decía algo parecido a que bajo la ley nosecuántos de Secreto Militar, yo no estaba autorizado a revelar detalle alguno de mis actividades a personas ajenas a la Armada, so pena de ser declarado traidor y ser sometido a juicio sumario y afrentar penas de cárcel y hasta fusilamiento (de verdad).
Me quedé de una pieza.
Pregunté si podía decirle a mis padres lo que estaba haciendo, y Rodríguez me dijo que mejor no. A mis amigos tampoco. ¿A mi novia?. El Capitán pareció preocupado y me preguntó si tenía novia y por qué no lo había mencionado en el cuestionario. "No, no tengo ahora, pero qué se yo, a lo mejor en unas semanas...", empecé a balbucear, y Rodríguez terminó con mis dudas de raíz, diciéndome "Mire, no le diga a nadie, para evitarse problemas".
Le pregunté si esa cláusula tenía excepciones. No, no las tenía. Ni siquiera un Juez podía obligarme a describir mi trabajo. Solamente un Decreto del Presidente me podía liberar del secreto. Y estaba (estoy) obligado a cumplir ese inciso del contrato por el resto de mi vida.
Ya siendo yo un flamante miembro del personal científico de la Armada, mi amigo y jefe lo primero que hizo fue darme las llaves del laboratorio debido a que los jefes solían llegar tarde y no quería que yo tuviera que vagar por los pasillos esperándolos.
Así que en mi segundo día llegúe temprano a mi lugar de trabajo (cuya ubicación me impiden revelar), abrí con mis llaves y mientras esperaba a que llegaran los demás empecé a preparar café (esperen, no estoy seguro de que pueda decirles eso, por favor hagan de cuenta que no se los dije por favor, no quiero tener que tomar medidas drásticas en vuestra contra) y como estaba aburrido tomé una carpeta que tenía un enorme rótulo que decía "SECRETO" y me puse a hojearla.
El destino quiso que a través de la puerta abierta del laboratorio en ese preciso momento se asomara el mismísimo Capitán Rodríguez, que se me quedó mirando como quien ve a una cebra tocando el violín. Yo le dije "Buenos días, Capitán", porque mis padres me enseñaron que hay que saludar siempre a cualquiera que veamos asomado a la puerta de un laboratorio secreto de la Armada si es que nosotros estamos adentro revisando materiales clasificados (si, mis padres me impartieron una educación sumamente específica y detallada).
Rodríguez murmuró un saludo y me preguntó qué estaba haciendo ahí.
"Es que trabajo aquí", respondí.
"¿Y cómo entró al laboratorio?", quiso saber el oficial de Contrainteligencia Naval.
"Tengo la llave", dije sonriendo.
Rodríguez se limitó a decir "Ah". Y se fue.
Nunca más lo volvi a ver.
Mi contrato con la Armada terminó unos meses después y debido a restricciones de presupuesto nunca fue renovado.
Este breve paso por el fascinante mundo de la investigación científica de las fuerzas armadas figura escuetamente en mi currículum vitae, y en numerosas entevistas de trabajo he disfrutado hasta lo indecible viendo la cara del entrevistador cuando yo le comunicaba que no podía revelarle los detalles de mi trabajo. "Lo siento, eso es secreto militar".
Y confieso que en más de una oportunidad mencioné el tema para hacerme el misterioso ante las damas.
Me pregunto qué diría el amable Rodríguez si lo supiera.
Buenas noches.
(Aclaración: la fotografía que acompaña este artículo es de carácter ilustrativo y no tiene nada que ver con mis actividades pasadas. Y si tuviera, no se los diría.)
Como yo estaba buscando trabajo y se había abierto una vacante, me invitó a trabajar con su equipo de profesionales y técnicos.
Acepté encantado, tener de jefe a un amigo siempre es ventajoso y además todo el asunto de Investigación y Desarrollo me parecía de lo más interesante.
Para ingresar a ese puesto, tenía que completar previamente unos trámites en el Comando en Jefe de la Armada. Y allí me dirigí un día, muy tempranito como les gusta a los militares.
Entrar al edificio no fue gran cosa, llené un papelito donde decía a qué iba, dejé un documento y me dieron una credencial que tenía que exhibir colgada del saco, más o menos como en cualquier empresa moderna. En la recepción me dijeron algo así como "Vaya al cuarto piso, oficina 35 y pregunte por el Capitán Rodríguez" (los nombres y algunos detalles en este relato han sido alterados para proteger a los involucrados).
Subí entonces al cuarto piso, y busqué la oficina 35, que pensé que tendría un cartelito como "Oficina de Personal", o "Recursos Humanos". Pero no. La puerta de la oficina 35 rezaba "Servicio de Contrainteligencia Naval". Un poco tímidamente, pensando que los de la entrada me habían mandado a cualquier lado, golpeé y de adentro me contestaron "Adelante". Pasé y pregunté, medio como disculpándome, por el Capitán Rodríguez esperando que me mandaran a otra parte con el ceño fruncido. Para mi sorpresa, el único ocupante de la oficina era el mismísimo Rodríguez, que estaba completamente enterado de quién era yo y para qué iba. De hecho, estaba mejor informado que yo, que no tenía muy claro en qué consistía el trámite que iba a hacer.
Rodríguez era un oficial llamativamente amable, y me explicó que para incorporarme a la Armada como Investigador Científico tenía que llenar unos formularios que tenían que ser analizados por su Departamento, que como yo ya había adivinado, era Contrainteligencia.
Ante mi cara inexpresiva y mi completa mudez, el amable Rodríguez continuó explicándome las responsabilidades de su área, que en pocas palabras consistía en evitar que lo chicos malos descubieran qué era lo que hacíamos en los laboratorios.
Yo estaba entre divertido e incrédulo, pero me cuidé de demostrarlo ante un tipo que estaba entrenado para sospechar de todos, así que le dije que me diera el dichoso formulario para completarlo y terminar con el asunto.
Rodríguez me dijo que me lo llevara y lo trajera en un par de días, porque no era muy probable que yo llevara conmigo toda la información para hacerlo ahí mismo, y acto seguido me entregó algo que parecía un libro. Lo revisé someramente, y era una serie de unas 200 preguntas o más, que debían contestarse con datos sobre mí, mis antepasados hasta varias generaciones, mis amistades, mis relaciones, mis actividades e intereses. Creo que hasta el día de hoy no existe en lugar alguno otro documento que tenga tanta información sobre mi persona, toda junta.
Así fue que me llevé el grueso cuestionario y luego de intensas pesquisas familiares donde incluso me enteré de cosas que no sabía, pude volver a ver al amable Capitán que me citó para el otro día a fin de terminar el proceso.
Aparentemente los de Contrainteligencia no encontraron mancha alguna en mi expediente, porque al día siguiente Rodríguez me dijo con una sonrisa que no había problema, que yo era "propia tropa", lo que en la jerga militar quiere decir que yo era digno de confianza.
Entonces el Capitán me alcanzó un contrato que yo debía firmar, que en una de sus cláusulas decía algo parecido a que bajo la ley nosecuántos de Secreto Militar, yo no estaba autorizado a revelar detalle alguno de mis actividades a personas ajenas a la Armada, so pena de ser declarado traidor y ser sometido a juicio sumario y afrentar penas de cárcel y hasta fusilamiento (de verdad).
Me quedé de una pieza.
Pregunté si podía decirle a mis padres lo que estaba haciendo, y Rodríguez me dijo que mejor no. A mis amigos tampoco. ¿A mi novia?. El Capitán pareció preocupado y me preguntó si tenía novia y por qué no lo había mencionado en el cuestionario. "No, no tengo ahora, pero qué se yo, a lo mejor en unas semanas...", empecé a balbucear, y Rodríguez terminó con mis dudas de raíz, diciéndome "Mire, no le diga a nadie, para evitarse problemas".
Le pregunté si esa cláusula tenía excepciones. No, no las tenía. Ni siquiera un Juez podía obligarme a describir mi trabajo. Solamente un Decreto del Presidente me podía liberar del secreto. Y estaba (estoy) obligado a cumplir ese inciso del contrato por el resto de mi vida.
Ya siendo yo un flamante miembro del personal científico de la Armada, mi amigo y jefe lo primero que hizo fue darme las llaves del laboratorio debido a que los jefes solían llegar tarde y no quería que yo tuviera que vagar por los pasillos esperándolos.
Así que en mi segundo día llegúe temprano a mi lugar de trabajo (cuya ubicación me impiden revelar), abrí con mis llaves y mientras esperaba a que llegaran los demás empecé a preparar café (esperen, no estoy seguro de que pueda decirles eso, por favor hagan de cuenta que no se los dije por favor, no quiero tener que tomar medidas drásticas en vuestra contra) y como estaba aburrido tomé una carpeta que tenía un enorme rótulo que decía "SECRETO" y me puse a hojearla.
El destino quiso que a través de la puerta abierta del laboratorio en ese preciso momento se asomara el mismísimo Capitán Rodríguez, que se me quedó mirando como quien ve a una cebra tocando el violín. Yo le dije "Buenos días, Capitán", porque mis padres me enseñaron que hay que saludar siempre a cualquiera que veamos asomado a la puerta de un laboratorio secreto de la Armada si es que nosotros estamos adentro revisando materiales clasificados (si, mis padres me impartieron una educación sumamente específica y detallada).
Rodríguez murmuró un saludo y me preguntó qué estaba haciendo ahí.
"Es que trabajo aquí", respondí.
"¿Y cómo entró al laboratorio?", quiso saber el oficial de Contrainteligencia Naval.
"Tengo la llave", dije sonriendo.
Rodríguez se limitó a decir "Ah". Y se fue.
Nunca más lo volvi a ver.
Mi contrato con la Armada terminó unos meses después y debido a restricciones de presupuesto nunca fue renovado.
Este breve paso por el fascinante mundo de la investigación científica de las fuerzas armadas figura escuetamente en mi currículum vitae, y en numerosas entevistas de trabajo he disfrutado hasta lo indecible viendo la cara del entrevistador cuando yo le comunicaba que no podía revelarle los detalles de mi trabajo. "Lo siento, eso es secreto militar".
Y confieso que en más de una oportunidad mencioné el tema para hacerme el misterioso ante las damas.
Me pregunto qué diría el amable Rodríguez si lo supiera.
Buenas noches.
(Aclaración: la fotografía que acompaña este artículo es de carácter ilustrativo y no tiene nada que ver con mis actividades pasadas. Y si tuviera, no se los diría.)
45 comentarios:
Ya me parecía a mi que lo de los noruegos era cierto! Lo que no me imaginé es que estuviera investigándolo la Armada!
Apuesto a que a las chicas les dice que se quedó pelado durante un experimento!
Bugman, Bugman... ¿Qué haremos con usted? Me ha informado el venerable capitán M de su irresponsable indiscreción, de modo que he venido a confirmar su falta al secreto militar, he informado entonces a Rodríguez (quien por su causa ha sido despedido) y a otros altos mandos. Cuídese, podría recibir una visita desagradable mientras lee estas palabras.
PD (Le reto a que adivine quién soy sin revisar su página de estadísticas)
Sr.Bugman, no deja usted de sorprenderme.... En fin, yo no sabia que preparar café en un laboratorio puede ser una "cuestión de seguridad nacional". Saludos.
Ahora va a tener toda su "parroquia" preguntándose qué es lo que estaba haciendo (me incluyo).
Es usted una caja de sorpresas. Una curiosidad ¿le dieron licencia para matar?
ME GUSTOS SO COMENTARIOS DESEO
MUCHAS FELIZ DURACION EN SU BOLG
Mire usted mi estimado, surprise!.
Le envío mis saludos!
Si la carpeta en cuestión contenía información confidencial, ¿por qué habrán puesto tan grande el letrero de 'SECRETO'?
Al menos se hace usted responsable de las consecuencias de sus actos... sobre todo eso de llevar la contra a quines le piden que haga (o no haga) algo.
Bueno, Mr B (de Bond), debo decir que toda esa historia sólo logra intrigarme aun más...
MOneyPenny
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(El comentario a sido censurado por el departamento de Seguridad)
... y debo admitir que la levantadilla de ceja le queda óptima para este tipo de rol de "international man of mystery"....
Mr. B sigue siendo usted una caja de sorpresas... Ya de vuelta en el país espero poder hacerme el tiempo y pasar mas seguido por estos lares. Saluda a Ud. Atte.
Bugman, muy interesante su relato.
No cabe duda que yo en su lugar tambien me hubiera aprovechado de esa historia para contarlo alguna vez delante de las damas, claro que sin revelar el secreto.
Pero lo que no me cierra es el nombre de ese departamento. Si fuera de inteligencia esta bien, pero contrainteligencia???
Bueno, no se si estoy preguntando demasiado, el motivo de ese nombre no sera tambien secreto no?
Emeefe, no me meta en problemas, que el rey Harald V en persona me vigila.
Y no se me había ocurrido lo del experimento, gracias. Ahora voy a decir que la Armada planeaba crear una raza de soldados especialmente viriles.
Anónimo, no me va a engañar. Ambos sabemos que el capitán M se quedó súbitamente mudo después de recibir el antídoto contra esa toxina que...ah, noooo...casi piso el palito....No tengo idea de quién es usted, con estadísticas o sin ellas. ¿Norita?
De todas maneras sus amenazas son infantiles. No he recibido ninguna...espere, están tocando el timbre.
Vulcano, lo siento muchísimo, porque usted me caía bien. Ahora que ha revelado mi actividad secreta, supongo que sabe lo que sigue. Qué pena, en serio.
Garfio, sí, debía haberlo pensado antes. Pero esta es una de esas situaciones que ponen a prueba nuestra templanza. Que no, que no le digo. (No leí nada de licencia para matar, pero me dieron permiso para llegar más tarde los miércoles, ¿es igual?)
Saenzblog ¿será usted el famoso Héctor, el comentarista cuyo lenguaje ha despistado a multitud de criptólogos?
Sus servicios nos hubieran resultado muy útiles en aquellas épocas.
Mascarada, bienvenida! estuve leyendo su blog, le dejé un comentario.
Thejab, usted ha definido en pocas palabras la escencia misma de la Libertad. Me hago responsable, sí. Si me descubren.
Patricia, patricia, usted siempre encontrándole el costado romántico a las más anodinas actividades de este servidor. Debería emplearse como masajista del ego.
Cacho, no me diga que a usted también le hicieron firmar...
T-max, cómo anda, leí que le gustó Barcelona, claro, es difícil que no le guste a alguien. Pero hay cada gente...mire, hay incluso personas a las cuales YO no les gusto.
Norberto, eso mismo le pregunté a Rodríguez, Contrainteligencia se supone que está para contrarrestar las actividades de Inteligencia de los malos. (Yo iba a hacer el chiste de que si estaban en contra de la Inteligencia entonces eran medio tontos, pero la verdad es que no lo conocía tanto al amable Rodrígez y no tenía ganas de conocer los calabozos navales.)
Quiera Dios que el destino me ponga, más tarde o más temprano, en el cargo de Presidente de la Nación; aunque más no fuera para librarlo a Ud. de sobrellevar la carga de semejante secreto, un secreto que pone a su persona y a la de sus queridos en tan constante peligro...
En realidad me pica todo por saberlooooooooooooo....
Decreeeeeto, decreeeeto!!!
... a mi no me gusta Barcelona, no pienso volver por ahi, pero su blog me gusta mucho, me divierte
¿Te gustaría volver?
De modo que se siente usted muy listo sólo porque no se halló mancha en su expediente... bien, le tengo una propuesta: yo me retracto de hacerle sufrir el castigo que bien merecido se tiene y usted deja de llamarme 'Norita'.
Parece que no está usted informado del estado actual del capitán M, quien ha recuperado el habla pero ha perdido la cabellera y ahora su inteligenca asombra a propios y extraños, fíjese usted que hizo una |CENSURADO CENSURADO CENSURADO CENSURADO| claro, la vida social de M se ha reducido a la nada... ¿le digo una cosa? Ha valido la pena. Ahora M prepara el café mucho mejor que usted.
el superagente bugman, terrible operario del recontraespionaje?
Chsst, chssst Bugman. Entre nosotros, bajito, sin que nadie se entere ssshhhh. Dígamelo, ande. Palabra de Garfio que no se lo cuento nadie. Vamos, venga hombre, que me tiene en vilo.
Estemmm, el café, ese que preparó, era de filtro? instantáneo? colombiano? NO, disculpe!!, esa última opción no corresponde!
No teme de la camioneta esa, estacionada frente a su domicilio, esa con cartel de Acme Enterprise?
Sr.Bugman, ¿le interesaría trabajar en el servicio secreto de Vulcano? En vista de sus cualidades creo que reune el perfil que buscamos. El único problema, nuestro cuartel general (por supuesto, de incógnito) esta en NORUEGA. Saludos.
Imagino que la ausencia capilar superior empezó con los sufrimientos provocados por un trabajo tan secreto, o tal vez, por algún elemento químico generado en aquella zona de trabajo.
Saludos de otro alopécico.
Wawwww!!! Me dejas sorprendida Bugman!!!
Prometo no tevelar el secreto de estado de su café....
Por cierto, esa historia debe conquistar a muchas mujeres, sobre todo porque lo que no sabemos o NO PODEMOS saber es a veces lo que más nos interesa.
Besos
Srta. Nyx, he escuchado sobre personas que quieren ocupar el sillón de Rivadavia por motivaciones tan diversas como el patriotismo, la vocación de servicio, la ambición, el deseo de poder o el haber perdido una apuesta. ¡Pero usted es la primera que quiere llegar tan alto por chusma!
Gabriela, no hay nada que reprocharle, cada cual con sus gustos, a mí por ejemplo no me gusta el fútbol, y aquí me ve, tan campante.
Fabiana, ¿es eso una oferta? de todas maneras en estos tiempos dudo que los muchachos paguen bien.
Anónimo, lo de "Norita" se refería a un artículo anterior, no era nada personal.
Sigo sin saber quién es usted, si fuera quien sospecho no debería estar donde parece que está.
Sus referencias a M son intrigantes, el personaje se parece bastante a uno que conocí. Pero acaba de cometer un error: ¡yo nunca preparé un buen café!. Temo que usted sea en realidad alguien intentando sacarme información.
Carpo, no, más bien yo era el tipo que trabaja en el laboratorio haciendo gadgets para los agentes. Digamos que yo ayudé a inventar el zapatófono, pero a mí no me daban uno.
Garfio, no, de ninguna manera, no, no y no. Bueno, no se me quede mirando con esa cara de cahorrito abandonado...a ver...le digo, lo que yo hacía era...perdón, ¿eso que tiene allí pegado al pecho es un micrófono?
Cirulaxio, ¿cómo sabe de la camioneta? ¿Usted también me vigila? La verdad es que ya me están poniendo paranoico. Hoy llamé a los de la TV por cable y llegaron en helicóptero y entraron a mi departamento por la ventana descolgándose de una soga. Me pareció un poco raro que estuvieran tan fuertemente armados, pero en estos tiempos, más vale cuidarse. Hay muchos robos.
Vulcano, gracias, pero no, gracias. Me temo que ustedes lo que quieren es borrarme la memoria y convertirme en un devorador de bacalao. Cualquier cosa dígale al Rey Harald que me llame.
Esteban, me hizo pensar en que mi ex jefe también es pelado. Alguna relación debe haber.
Roxy, la verdad verdadera es que no tuve mucha oportunidad de usar el arma secreta. Y las veces que la utilicé, me parece que no me creyeron. No tuve más alternativa que sobrevivir gracias a mi natural encanto y convertirme en un objeto sexual.
A las mujeres nos gusta el peligro. Por ejemplo, sentir que somos Jamie Lee Curtis en Mentiras Verdaderas.
Si usted les va a contar cosas por el estilo sólo para hacerse el misterioso, debería, como mínimo, acompañar todo con un "seguí caminando como si nada y no te asustés, pero creo que nos están siguiendo".
Entonces ha aceptado usted la propuesta. ¿Quién sospecha usted que soy? ¿Dónde parece que estoy?
En noviembre estaré viendo a unos compatriotas suyos, para eso he desembolsado más de lo que gano en un día de trabajo... y lo que falta. Por cierto, si Arjona es grasa, ¿qué es Soda Stereo?
No mostraré mi identidad aun, pero eso sí: 'Me verás volver'
Saludos desde tierras lejanas.
Atte: TheJab (¡oops!)
Estimado amigo: nada nos desagrada más que esas actividades cuasi clandestinas.
La pregunta la hicimos porque notamos un dejo de nostalgia en su relato.
Tal vez nos equivocamos, como siempre.
Señorita Cosmo, qué útil me hubiera resultado su consejo hace algunos años. Aunque claro, siempre se corre el riesgo de que la muchacha en cuestión salga con un "Sonamos, me parece que es mi marido el boxeador"
Thejab, ex anónimo, la verdad es que no tenía idea, me estaba echando un farol.
Así que viene a ver a Soda. No me compare a estos chicos con Arjona, por el amor de la música.
(es "Me verás caer", pero se entendió igual)
Fabiana, no confunda secreto con clandestino. Nada más lejos, por lo menos en este caso. La nostalgia que dice notado puede ser real, pero tal vez no se deba a la actividad en sí, sino al recuerdo de tiempos más simples. Yo era más joven, probablemente más bello y seguramente menos cínico.
Su secreto será sostenido siempre? Si su seguridad se salvaguarda, soportaremos.
Sus superiores solian surcar superficies saladas sobre submarinos, seguro.
Semejantes sujetos son sumamente severos, (sus señoras son superficiales).Serénese.Siga silenciando.Saludos.
Su seguro servidor:
Silvio Soldán (sin Silvia Suller)
No sea suspicaz Sr. Bugman, lo del pecho es una medalla de la Virgen del Pilar que me regaló mi madre. Y la Virgen del Pilar no se va a "chivar".
Mi estimado Bugman , no puedo no decirlo, los militares no son dignos de mi confianza, espero que eso halla transcurrido en su vida como un simple empleo.
Para que un militar no encuentre nada en su expediente , usted debe ser realmente impoluto!
saludos.
Mr. Bug, ¿yo entendí mal o su pertenencia a tan prestigioso departamento duró sólo un (1) día? Si es así, ¿es tan caradura como para incluirlo en su CV? ¿O sólo para impresionar a las minitas?
Cuántas preguntas...
Mejor paro acá porque me parece que Rodríguez acecha.
Iba a aludir justo también a la peli de Mentiras Arriesgadas, como la Stra. Cosmos.
Ejem, ejemmm....No será esto una historia que te investaste para conquistar a las chicas como hacía el agente secreto falso de esa peli, no...?
Si no lo es... ya te lo he dicho mas veces... Menuda Caja de Sorpresas estas hecho!:P No nos soprenderás dentro de poco con un post en el que nos cuentes que en tus años de juventud grabaste un disco de heavy o algo de eso, no? jijijiji
Sabía usted MrB que estan haciendo una pela sobre el heroico Maxwell Smart, temible operario del recontraespionaje?... se llama "GetSmart", y mi adorado Agente 86 va a ser Steve Carel (Virgen a los 40)... yo lo hubiera puesto a ud....
;-)
Emeefe, el secreto siempre será silenciado. No sería serio si sucumbiera a sobornos. Su segruo servidor.
Garfio, ahora voy y le creo. ¿Desde cuándo la Virgen del Pilar es representada utilizando enormes auriculares?
Gentleman, no crea. Hay cosas sobre mí que aún no figuran en ningún expediente.
Roedor, de la manera en que lo escribí su interpretación es perfectamente válida. Ya lo corregí, la verdad es que mi contrato duró unos meses. (Igual lo hubiera incluido en mi CV, y hubiera tratado de impresionar damas, eso no es ser caradura, es maximizar los poco recursos que poseo).
Angie, nada en mí es falso. Ni siquiera uso peluca. Pero no es que yo haya sido agente secreto, solamente trabajé en algo que la Armada considera secreto. No es igual, yo podía y puedo decir que trabajé en la Armada y hasta tengo un certificado, lo que no puedo divulgar es en qué trabajé exactamente.
Patricia, sí sabía, pero me parece que el actor está muy bien elegido.
A no ser que los guionistas o el director metan la pata, Steve Carel va a hacer un estupendo Maxwell Smart. (Igual gracias por proponerme, :))
Oh, ahora veo... yo también había creído que el trabajo habría durado un día apenas... gracias por la aclaración.
Ya encarrerado, aclaro que no iré hasta Argentina para ver a mi grupo favorito, Soda Stereo; ellos se presentarán en mi país, en nu lugar que me queda a unas 20 horas por carretera. 'Me verás volver' es el nombre de la gira; iba a ofrecer una disculpa por compararlos... pero ya divagué demasiado. Espero el próximo post.
Vale, vale, no se enfade, MrB, que sólo era una coña y no pienso en usted pueda haber algo falso. Ya sé que no es lo mismo, y que no fue agente secreto, solo puse como ejemplo la táctica del de la peli. No hace falta que me enseñe el certificado, le creo, le creo
saludos
Uh Bugman, esto es mas peligroso de lo que uno se imagina: poniendo en el Google "tr#bajo s#creto en la Arm#da" el link a su blog aparece séptimo (y los 6 links anteriores se refieren a una película!)
Nota: los "#" los pongo porque si no después va a aparecer como link número 1!
Ya decía yo que había algo raro, pero como en el reverso ponía "Made in Norway" me pareció fiable.
noe vemos otras ver deseo gustaria encontrases de nuevo
en armada de argentina deseo
mucho trabajo para usted su
familias
aaaaaaaaaaatención!
Emeefe, si la hace hagala completa:
trabajo secreto en la armada
Trabajo Secreto en la Armada
TRABAJO SECRETO EN LA ARMADA
;)
El mejor comentario el de la seniorita cosmo y el segui caminando me parece que nos estan siguiendo. jajaja. mundial.
Me extraniaron? (?!) Golvi.
:D
Ponja
Thejab, la verdad es que bien pensado la historia hubiera sido más graciosa si mi contrato hubiera sido de un solo día. ¿Vió que viejos que están los de "Soda"?
Angie, mire, el certificado acá está, ¿lo ve? ¿eh? Ah, no este es el de la vacuna antivariólica, bueno...espere que se lo busco...
Emeefe, qué está haciendo...espero que Rodríguez no sepa usar Google.
Garfio, usted también...al final voy a tener que ir a Oslo a entregarme solito.
Saenzblog....eh, sí,claro,claro.
Pitty, vista deré....cha!
Ponja, sigan así, sigan así. Ya me cortaron Internet en mi casa, dentro de poco me pinchan el teléfono (si no lo hicieron ya).
Bueno, después si no aparezco en unos años no se quejen.
No se si me dejarán bloguear desde Marcos Paz.
Ultimo informe sobre ranking en buscadores:
Posiciones donde aparece el link a los sin-logismos de Bugman buscando "Trab#jo secr#to en la arm#da"
Google Argentina : Posición nro 2!
Google USA (.com): Posición Nro 7
Google España (.es): Posición Nro 7
Google Rusia (.ru): Posición Nro. 2!!!!
Que conste que yo no fuí.
(Ponja, consigale a Bugman asilo en Ponjalandia)
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