viernes, 31 de julio de 2009

Asamblea



Acta de la XXI Asamblea Plenaria de la Sociedad de Lucha contra el Trastorno Obsesivo Compulsivo.

-Siendo las 17:57, se abre la Asamblea.
-Toma la palabra el delegado Martínez, pidiendo que la Asamblea se abra exactamente a las 18:00.
-Se dispone un cuarto intermedio hasta las 18:00.
-Siendo las 18:00 se reabre la Asamblea.
-El delegado Francesqui hace notar que hay 24 sillas y sólo 21 delegados, lo cual resulta en una disposición asimétrica de sillas y personas.
-El delegado Ramos propone retirar las sillas sobrantes y disponer el resto en filas de seis, con la primera de tres.
-El delegado Arreaga protesta porque la distribución seis-seis-seis-tres no permite que la primera fila esté a la vez centrada y alineada en columnas con las restantes.
-El delegado Francesqui propone una disposición de siete sillas por fila en tres filas.
-Se aprueba la moción del delegado Francesqui.
-Los delegados proceden a retirar las tres sillas sobrantes y distribuir las restantes en tres filas de siete.
-Se hace presente el delegado Rabufetti, disculpándose por la tardanza.
-Se reingresa al salón una silla de las retiradas anteriormente.
-El delegado Ramos propone redistribuir las ubicaciones en un esquema seis-seis-seis-cuatro, dejando en la primera fila un lugar vacío a cada extremo.
-Se aprueba la moción del delegado Ramos, se procede a la reubicación de las sillas.
-El delegado Castro solicita que se le permita limpiar las marcas que en el piso ha dejado el movimiento de las sillas.
-Se aprueba la moción del delegado Castro.
-El delegado Castro procede a limpiar cada una de las marcas con un algodón embebido en alcohol de 99 % de pureza.
-El delegado Schiavo protesta porque el delegado Castro ha dejado pelusa de algodón en las patas de algunas de las sillas.
-Todos los delegados proceden a revisar las patas de sus sillas, algunos las lustran con pañuelos descartables.
-Siendo las 19:26, todo los delegados se encuentran sentados en sus lugares.
-El delegado Martínez solicita esperar hasta las 19:30 para comenzar a tratar la orden del día.
-El delegado Romay se levanta de su asiento y va a verificar el cierre de la puerta del salón.
-El delegado Marcuso solicita que se espere a que el delegado Romay vuelva a su asiento para comenzar a tratar la orden del día.
-El delegado Geraldez solicita que el delegado Marcuso se siente en el centro exacto de la distribución de asientos, debido a que su peso corporal está desbalanceando el esquema.
-El delegado Marcuso protesta y dice que no está gordo, que es de huesos grandes.
-El delegado Geraldez amenaza con retirarse si el delegado Marcuso no se sienta al centro.
-El delegado Ramos hace notar que la distribución seis-seis-seis-cuatro no tiene un centro exacto, o en todo caso que ese centro no se corresponde con un asiento entero.
-Los delegados comienzan a discutir acaloradamente.
-El delegado Romay se levanta de su asiento y va a verificar el cierre de la puerta del salón.
-El delegado Castro comienza a limpiar su asiento con lavandina.
-Siendo las 20:03 se declara un receso.
-Siendo las 20:27 se reanuda la Asamblea.
-El delegado Martínez solicita que la Asamblea se reanude exactamente a las 20:30.
-El delegado Romay se levanta de su asiento y va a verificar el cierre de la puerta del salón.
-El delegado Castro le arroja al delegado Martínez un frasco vacío de alcohol.
-El delegado Hermann declara que falta uno de los 3471 mosaicos de la pared norte.
-El delegado Francesqui solicita que las sillas sean separadas doce milímetros una de la otra en cada fila.
-El delegado Romay se levanta de su asiento y va a verificar el cierre de la puerta del salón.
-El delegado Castro frota vigorosamente con una franela la calva del delegado Shwartz.
-El delegado Schwartz se desmaya.
-El delegado Francesqui solicita que el delegado Schwartz sea retirado del salón y que se proceda a redistribuir asientos y delegados para recuperar la simetría.
-El delegado Forlani propone suspender la Asamblea.
-A las 20: 43 se decide suspender la Asamblea.
-El delegado Martínez pide la palabra pero no se la dan.

La Asamblea se suspende hasta nuevo aviso, este acta contiene seiscientas ochenta y tres palabras.

-El Secretario Urteaga solicita que en el conteo de palabras se incluya el título del acta.
-Se le avisa al Secretario Urteaga que la Asamblea está cerrada.
-El Secretario Urteaga se niega a firmar el acta si en el conteo de palabras no se incluye el título del acta.
-Se procede al nuevo conteo de palabras.

Este Acta contiene setecientas sesenta y seis palabras, incluyendo el título.



Buenas noches (No, Urteaga, esto no va en el Acta, no insista)


ACTUALIZACIÓN (03/082009): ¡Pasen y vean, señores! ¡El Circo del Absurdo, una entretenida feria itinerante que ya va por su vigésimo séptima edición, abre otra vez las puertas a todos los escépticos con ganas de ejercitar los músculos del pensamiento crítico! Esta vez la cita es en el blog Tiburcia y The Jab , que hacen una deliciosa presentación en verso. En esta oportunidad colaboro con dos viejos artículos, que no les voy a decir cuáles son para que vayan al circo, y además de averiguarlo por ustedes mismos, aprovechen y sigan los enlaces que los llevarán a conocer autores que saben bien lo que escriben (no como éste). ¡Entrada libre y gratuita, señores! ¡Pasen y vean!


miércoles, 29 de julio de 2009

Cositas sueltas 21 (especial respuestas filosas)



-Se me colgó la computadora, ¿qué hago?
-Lo mismo.

-No soy tan estúpido como parezco.
-Le creo, nadie es tan estúpido como usted parece.

-¿Entonces, tengo posibilidades?
-Depende, ¿cree usted en la reencarnación?

-Yo soy autodidacta.
-Ya me parecía que la culpa no era de sus maestros. (Gracias, Adenoz)

---
Versiones alternativas:

-Yo soy autodidacta.
-Ya me parecía que la culpa era de sus maestros.

-Usted debe haber tenido pésimos maestros.
-¡Pero si yo soy autodidacta!
-Precisamente.
---

-Yo no hablo con imbéciles.
-Yo sí, ¿qué tal, cómo le va?

-Hola, ¿puedo molestarlo un segundo?
-Ya lo hizo.

-Yo soy un intelectual.
-Que suerte tiene usted. Yo quise ser un intelectual, pero siempre estuve muy ocupado trabajando. (*)

-Usted me recuerda a alguien, pero no sé a quién.
-Entonces no le recuerdo a nadie.

-¿Cuál es su gracia?
-Bailo flamenco desnudo arriba de las mesas. (**)

Nancy Astor : -Si yo fuera su esposa, le pondría veneno en el café.
Winston Churchill : -Nancy, si yo fuera su esposo, me lo tomaría.


En otro orden de cosas, Martha Colmenares , desde Venezuela, nos otorga el premio "Dardos" , por ser uno de los bloggers que trabajan con esmero en lograr informaciones de interés y atinar en temas que nos compete. Por supuesto que se trata de un error, aquí no hacemos nada de eso, pero es un error amabilísimo, de manera que agradecemos con el ritual tradicional: ponemos una rodilla en tierra, inclinamos la cabeza y con la mano derecha nos damos palmaditas en el hombro izquierdo mientras repetimos : gracias, no somos dignos, no somos dignos. Y luego no seguimos la cadena, porque no seremos dignos, pero rebeldes, un poquito somos.


Buenas noches.

(*) Hay una anécdota relacionada con esa respuesta.
(**) Hace años escribí todo un artículo sobre este tema.

PD: El bicho de la foto, yo hubiera jurado que era un monstruo japonés, como Godzilla y Mothra (la polilla gigante). Ahora no estoy seguro, puede que sea alguna cosa fea que vive en el mar. En todo caso, pregúntenle a Chiripanboy, el fotógrafo de las rarezas.

martes, 28 de julio de 2009

La respuesta (sí, ahora sí)


El relato corto "Pequeño Detalle" fue escrito en colaboración entre el señor Bigud, el señor Briks y yo mismo.
El orden fue el siguiente: Bugman (también conocido por mí como "yo mismo") escribió desde el título hasta la frase "Si no hubiera sido por un pequeño detalle". Acto seguido ese texto fue enviado al señor Bigud para que lo continuara, cosa que hizo hasta la frase "De pronto el hambre ya no se le antojó tan urgente y echó mano a su catalejo". El señor Briks, quien desde el inicio del proyecto se había reservado el privilegio de escribir el final, recibió entonces la posta y terminó el relato.

El responsable de la graciosísima broma de hacer circular a los lectores por los tres blogs fui yo. No me digan que no se divirtieron como locos.

(Les dije que no me dijeran, caramba).

Buenas noches.


sábado, 25 de julio de 2009

La respuesta

La respuesta al módico enigma planteado en la entrada anterior (si no sabe de qué estoy hablando vaya y léala, caramba, un poquito de buena voluntad, por favor, si hasta le puse un link para que no tenga que tomarse el tremendo trabajo de bajar a mano con la ruedita del mouse, así nunca vamos a llegar a nada, así está el país, qué barbaridad).

Decía, la conclusión del pequeño juego, el fin de las dudas, la muerte de la incertidumbre, ¡El triunfo de la certeza!, ¡¡La apoteosis de la verdad!!, ¡¡¡La consagración de...!!!ejem...disculpen, me entusiasmé.





Buenas noches.

jueves, 23 de julio de 2009

Pequeño detalle




A partir de este momento, Los Sin-logismos de Bugman entra en transmisión simultánea con Me Tacho la Doble y Atrapado en Esta Roca Polvorienta, cuyos propietarios, los señores Yoni Bigud y Briks respectivamente, han colaborado con quien escribe (que vengo a ser yo) para perpetrar un relato corto, que es el que presentamos más abajo. La idea original de esta colaboración fue de Stella, a quien deberán dirigir todas sus quejas.
El relato ha sido escrito en tres partes, proponemos como desafío a los amables lectores que descubran quién escribió qué cosa.
(Firmamos como "Men in B", porque Bigud, Briks y Bugman empiezan con B, y somos unos pillos bárbaros).


“PEQUEÑO DETALLE”

Cuando reflexionamos sobre los acontecimientos capaces de partir una vida en dos, de producir el artificio de “antes y después”, por lo general pensamos en grandes cambios, en sucesos cargados de enormes cantidades de felicidad o drama. El ser humano puede reaccionar con mayor o menor pericia ante semejantes golpes, asimilándolos, repeliéndolos o dejándose avasallar. Son eventos macroscópicos, visibles, detectables y con efectos reconocibles.
Los pequeños detalles, en cambio, son insidiosos. Su tamaño minúsculo les permite pasar desapercibidos hasta que es demasiado tarde. Penetran los poros, se introducen por las grietas, están en el aire hasta que son inhalados como un virus. Y pueden provocar desastres mayúsculos.
No había lugar para estas consideraciones en la mente de Pablo Kowansky, empleado bancario, ocupada como estaba en su totalidad con la solución de problemas relacionados con la satisfacción de urgencias fisiológicas básicas. Mientras introducía la llave en la puerta de su departamento de soltero, Kowansky sólo pensaba en dos cosas: tenía hambre, y muchas ganas de orinar. No necesariamente en ese orden.
Era un día más en una vida que transcurría en un territorio donde la tranquilidad limitaba a desgano con el aburrimiento, un día que había sido como una copia imperfecta de muchos otros, un día del cual no deberíamos estar hablando a no ser que estuviéramos en los zapatos de Pablo Kowanski y esta historia estuviera relatada en primera persona. Y ni aún así. Un día olvidable, diremos, por si aún no había quedado claro.
Si no hubiera sido por un pequeño detalle.
Bajó la cremallera y un chorro iracundo se abrió camino quemándole la piel, cascada sublime que halló su coronación en una espuma blanca y olorosa, generando en su mente un extraño efecto narcótico. Un éxtasis. Todo el éxtasis que puede permitirse un empleado bancario que ha transcurrido su día, su mes y su año manoseando fortunas ajenas.
Una buena meada, se dijo. Y sacudió a conciencia para salpicar la tabla y algo de suelo con las gotitas, pensando en que varias acabarían pegoteadas en el culo gordo y las plantas de los pies de su madre que algunas mañanas se daba una vuelta para invadir su intimidad, y de paso limpiar la casa. Porque un hombre debe dar gusto a su niño interior, se dijo otra vez.
La luz del velador apenas insinuaba algunas sombras en el comedor, impedida como se hallaba por una pantalla mugrienta, de un color amarillo oscurísimo, bastante similar al de su gloriosa cascada.
Percibió un sobre en el piso, cerca de la puerta, la lucecita parpadeante del contestador -mensaje no escuchado-, una tela de araña reconstruida en su ausencia y un olor rancio que provenía de la habitación contigua. Pequeñas investigaciones pendientes que le daban un motivo para regresar cada noche, así como la magnificencia de un cheque diferido lo echaba a la calle cada mañana.
Y entonces vio a la vecinita a través de la ventana. Y otra vez la necesidad fisiológica.
De pronto el hambre ya no se le antojó tan urgente, y echó mano a su catalejo.
Dominique, su nueva vecina, era una morocha impactante, de tez morena, trasero sólido y pechos inmensos. Poseía la capacidad de enmudecer a Pablo con sólo mirarlo. Apenas se habían cruzado un par de veces en el almacén de Doña Clota pero a él, eso sólo, le había bastado.
Acostumbrado a una vida social nula, Pablo era incapaz de cualquier acercamiento. Se limitaba a observarla de lejos y a soñar con ella casi a diario. Casi a diario, también, se había masturbado evocando a Dominique.
En su mundo de fantasía, Pablo Kowanski dejaba de ser el hombrecito gris y pusilánime que todos los días era objeto de las burlas más crueles en el trabajo; por el contrario, en su quimera, los hombres lo envidiaban y las jóvenes lo deseaban. La verdad es que para las mujeres él era inexistente, cuando no, repulsivo. Un día todo eso acabaría. Quizá, el mismo día que se atreviera a confesarle a Dominique todo lo que sentía por ella.
Sumido en una especie de fascinación, no dejaba de observarla a través del catalejo mientras imaginaba infinitos diálogos en los que ella le correspondía su amor con las palabras más dulces. Preso de sus pensamientos no pudo reprimir una exclamación de asombro al advertir que Dominique se desvestía lentamente…
Primero fue el sweater y Pablo se imaginó a su lado, riendo feliz. Luego, de espaldas a la ventana, ella desabrochó su camisa blanca, la que deslizó con morbosa sensualidad por la espalda descubierta. Pablo sintió reseca la garganta mientras observaba el pelo oscuro reposar sobre los hombros de Dominique e imaginaba sus pechos desnudos que no alcanzaba a ver, aún.
Cuando ella dejó caer su pollera, exhibiendo una minúscula bombacha negra, Pablo se sintió arder. Su virilidad henchida reveló mucho más que sólo un deseo sexual. Pablo comprendió que únicamente siendo un verdadero HOMBRE podría escapar a su patética realidad.
Supo al instante que debía tomar el toro por las astas, ejercer el control de su vida como un verdadero varón. Un animal. El macho alfa!!
LO HARÍA DE INMEDIATO, pero antes se premiaría con un último vistazo a Dominique.
Ella, ya se había desnudado por completo y pronta a salir de la habitación, tornó su cuerpo de manera tal que a Pablo le resultó inevitable ver que entre sus piernas colgaba flor de po***ga!!
Al otro día, en el escritorio de siempre, revisando las mismas cuentas de siempre, Pablo pensó:
“Si no hubiera sido por ese pequeño detalle”.
FIN
(MEN IN B)


Actualizacion (23/07/09 12:40): Esto es para los muchachos del Proyecto Mapear. Luego les voy a dedicar un artículo, pero esto es algo personal. (El resto de los lectores, circulen, aquí no ha pasado nada)




domingo, 19 de julio de 2009

Antes de la catástrofe




-¿Diez por ciento mensual? ¡Un negoción!
-No voy a andar pagándole a un electricista para hacer esta tontería.
-Eso de las fechas de vencimiento es todo mentira, lo ponen para que compremos más.
-Al petiso lo fajo.
-Estos autos nuevos están llenos de alarmas que no sirven para nada.
-Uh, mirá si voy a andar haciendo un backup antes de cada instalación.
-No creo que se vaya a ofender por semejante pavada.
-Al gordito le gano.
-Es una nube pasajera.
-Al flaquito lo sopapeo.
-El tipo de la tele lo hizo , ¿qué tan difícil puede ser?
-¿Como se sentirá tener todo el cuerpo afeitado?
-Ahora le cuento un chiste al policía, y se arregla todo.
-No meh voy a emborrrashar por tomar una másshh.
-A todos les gustan las bromas.
-¿Para qué servirá este botoncito?
-Al viejito lo apaleo.
-Vamos, ¿quién cambia el aceite tan seguido?
-Seguramente el Juez es un tipo razonable. Si no no sería Juez.
-Ahora le digo que nos vayamos a vivir juntos.
-Pidan lo que quieran, yo invito.
-No se va a animar.
-Al orejudo lo uso de trapo de piso.


Buenas noches

miércoles, 15 de julio de 2009

¡Vive la Rèsistance!


Me resisto, y llamo a la resistencia. Es importante, es fundamental, de esto depende el futuro de la civilización: Resístase a la chapuza.

chapuza : 2. f. Obra hecha sin arte ni esmero.

Cuando el plomero repara una pérdida en un caño y deja un par de azulejos rajados sin reemplazarlos, hace una chapuza.
Cuando los reemplaza por otros que no son exactamente iguales a los originales (y no es que los originales sean mayólicas españolas fabricadas a mano), hace una chapuza.
Cuando el pintor pinta superficies que no estaban destinadas a ser pintadas porque quiso ahorrarse el trabajo de enmascararlas con cinta de papel, hace una chapuza.
Cuando el arquitecto diseña una escalera y la termina con escalones más altos porque no hizo bien los cálculos, hace una chapuza.
El tintorero que le devuelve la prenda un poco arrugada, hace una chapuza.
Todos hacen chapuzas.

Y yo me resisto. Me peleo con el plomero, el pintor, el arquitecto y el albañil, los hago repetir el trabajo, corregir, volver a corregir y empezar de nuevo. Todos pretenden cobrarme nuevamente, me niego, negocio, pago. Pero me resisto, pongo todo mi empeño por no caer en el masomenismo, esa comprensible pero a la vez peligrosa tendencia a conformarse con algo que está más o menos bien hecho.
Lo invito, lo conmino, estimado lector, a hacer lo mismo. No se resigne, aunque le cueste más caro, aunque tarde más tiempo, aunque deba pagar con disgustos y esfuerzos, aunque esto lo comprometa a combatir, a librar pequeñas escaramuzas y grandes batallas.
Porque de lo contrario, llegará el día en que unos ingenieros construyan una central atómica que más o menos contenga la radiación o un puente que más o menos soporte el paso de un tren. Estará usted en manos de médicos que más o menos curen sus enfermedades. Un avión bombardeará aproximadamente su objetivo. La policía combatirá el crimen con alguna efectividad.

Algunas de esas cosas ya suceden.

Y no descuide el otro frente, no se entregue usted mismo a la seductora tentación de terminar las cosas a la que te criaste, porque no tiene más ganas, porque no tiene tiempo, porque ya está bien, porque después de todo nadie es perfecto.

Resista, resista.

Y si este artículo parece escrito a las apuradas y sin ninguna dedicación, si parece hecho como para salir del paso, es completamente intencional, no se debe a que su autor se ha dejado llevar por la pereza y no desea hacer un pequeño esfuerzo extra para dotarlo de calidad, todo lo contrario, se ha hecho un consciente y denodado trabajo de estilo para ejemplificar todo lo antedicho.
Si este artículo tiene toda la pinta de ser una chapuza, es porque su autor así lo quiso.

O más o menos.


Buenas noches.

Actualización (16/09/2009): Aquellos de entre los amables lectores que usen Internet Explorer 8 para navegar, habrán notado que al intentar entrar a este rincón les aparece un cartelito con un mensaje de parte de los alegres muchachos de Microsoft con palabras tan dulces como "error", "operación abortada" y "muerte y destrucción" (bueno, estas últimas no, lo escribí para ver si estaban atentos). Esto sucede por una incompatibilidad entre IE 8 y el firinduli de seguidores de Blogger. No pienso sacar ese firinduli, me encanta mostrar mis seguidores y que elos se vean ahí y vean a los demás. Hasta que Blogger solucione esto, este blog declara navegador no grato a IE 8.
(A propósito, ¿cómo llamarían ustedes a este problemita de Blogger?. Como soy del gremio, me resisto a llamarlo chapuza, pero ustedes que trabajan de otra cosa, no se repriman).

jueves, 9 de julio de 2009

Yo tuve cuenta en Facebook

Un día entre los dias decidí vencer mis prejuicios e indagar un poco en las llamadas redes sociales. No es que yo tuviera prejuicios muy difíciles de vencer, al menos en este caso. Toda mi prevención acerca del asunto estaba basada en un muestreo estadístico sobre las características salientes de la población de usuarios de estos servicios. No es que el muestreo fuera muy amplio. Tampoco es que el método fuera muy riguroso. A decir verdad, por casualidad ví en un cibercafé a un adolescente utilizando los servicios de Facebook con una fruición casi perversa. El adolescente tenía una inapelable cara de nabo. Mi conclusión puede haber sido parcial y apresurada, y tal vez haya tenido algo que ver que el adolescente con cara de nabo utilizara el mouse con una mano mientras con el dedo índice de la otra hurgara concienzudamente una de sus fosas nasales, pero lo primero que pensé fue : esto del Facebook es cosa de nabos.
Y esa idea se hubiera quedado instalada cómodamente en mi cabeza aprovechando los amplios espacios vacíos, si no fuera porque hace algún tiempo recordé que algunos prejuicios nos impiden disfrutar de cosas que no sabíamos que podíamos disfrutar hasta que las probamos (*). Y también recordé que no debería escribir frases que suenen como sacadas de un librito de aforismos de dos con cincuenta. Pero eso lo recordé ahora.
El asunto es que un día me dije ¿por qué no? y no me contesté nada, así que fui y me abrí una cuenta en Facebook, y me senté a ver qué pasaba.
Al principio, no pasaba nada. Un mensaje de correo electrónico del señor Facebook dándome la bienvenida, algunas instrucciones, nada del otro mundo. Hasta ese momento, Facebook se parecía mucho a crear un usuario para operar una cuenta bancaria, o para ver el resumen de la tarjeta on line, o cualquier cosa menos la vibrante sensación de ser parte de una comunidad inmensa cuyas ramificaciones...un momento. A mí si hay algo que me molesta es ser parte de comunidades inmensas, yo prefiero tratar con la humanidad en trocitos amables. Justamente en eso estaba pensando mientras esperaba que de repente me envolviera una luz y me transformara en Bugman 2.0.
Pero eso no sucedió, de hecho nada sucedió hasta el otro día.

En mi casilla de correo aparecieron unos catorce mensajes de personas que "querían ser mis amigas". No conocía a ninguna de ellas ni por casualidad. Y estoy absolutamente seguro de que ninguna de ellas me conocía a mí, porque mi cuenta en Facebook no estaba bajo ninguno de mis nombres ni seudónimos, ni tenía una fotografía, ni nada. Era un par de sustantivos específicamente elegidos para pasar desapercibidos. Juan Pérez, por ejemplo (**).
No me gustó.
Intenté recordar cómo se hacía uno de amigos en el mundo real, y entre unas cuantas posibilidades ninguna incluía acercarse a un perfecto extraño y espetarle sin anestesia "quiero ser tu amigo quiero ser tu amigo quiero ser tu amigo". Supongo que la manera correcta debe incluir unos ojos como saliéndose de las órbitas, una cabeza un poco inclinada y una proximidad física tal que permita deducir sin margen de error en qué ha consistido nuestra última comida.
Al punto me di cuenta de que Facebook no era solamente cosa de nabos, también era cosa de psicópatas.
Pregunté a personas de cuyo criterio hasta ese momento nunca había dudado qué era lo que ellos hacían en Facebook, y me explicaron los fundamentos de una larga serie de actividades que lograron ampliar enormemente la lista de cosas que no me interesan en absoluto. (A decir verdad una cosa sí me resultó interesante pero con retroactividad, es decir, me hubiera resultado muy útil hace cinco o seis años).
Y pensé que todas esas cosas que se hacen en Facebook llevan tiempo, demasiado tiempo. Y también empecé a dudar del criterio de algunas personas.
Mientras hacía estas indagaciones los potenciales asesinos seriales se agolpaban en mi correo y canturreaban todos juntos "queremos ser tus amigos, queremos ser tus amigos" con los ojos fuera de las órbitas y las cabezas ladeadas.

Dar de baja mi cuenta no fue tan fácil. Y eliminarla ni les cuento. Facebook es uno de esos lugares donde es fácil entrar, pero no salir. Durante algunos días el señor Facebook me estuvo enviando mensajes pidiéndome que regresara a su mundo feliz. No, gracias. Ya me lleva algún esfuerzo (aunque cada vez menos, debo decir) estar eludiendo a gente con la que no quiero estar y rechazar invitaciones a lugares adonde no quiero ir para no conocer personas con a las que no quiero establecer ninguna relación, todo esto en el mundo real. No veo ninguna razón para extender estos pasatiempos al ciberespacio.

Ser antisocial requiere dedicación de tiempo completo. Pero vale la pena, se los aseguro. Uno se ahorra un montón de plata en regalos de cumpleaños.


Buenas noches



(*)Probablemente después de leer esta frase una buena cantidad de amables lectores estarán dando riendo suelta a su imaginación. No seré yo quien se los impida.
(**)No, no era Juan Pérez.

domingo, 5 de julio de 2009

Cositas Sueltas 20




-Si usted se come dos pollos, y yo ninguno, las estadísticas dirán que usted está más gordo que yo.

-Violencia de género es cuando el tipo de la sedería nos atiende mal.

-Si en verdad Twitter fuera utilizado para describir lo que la gente está haciendo en cada momento, todas las entradas deberían decir lo mismo : "Estoy escribiendo esto".

-Lo bueno de la Gripe A es que ahora los individuos antisociales pasamos a ser un ejemplo para la comunidad.

-Una frase que casi nunca se escucha entre zombies es : "Ahh..esto es vida".

-No entiendo a los que defienden el régimen cubano. Yo lo probé durante dos meses y no adelgacé ni un gramo.

-Frenesí: La respuesta del profesor de autoescuela al alumno indeciso. (JuanRa Diablo)

- El que nunca envió un mail sin adjuntar el attach, que tire la primera piedra. (Licenciado Palotes)

- Ser padre es elegir la primera rodaja del pan lactal (o la última). (Licenciado Palotes)

- Cuando eramos chicos, nuestros abuelos no necesitaban trabajar para vivir. Hoy, cualquier muerto de hambre es abuelo. (Licenciado Palotes)

- La mejor "cosita suelta" es esa que pensaste, no escribiste, y olvidaste. (Licenciado Palotes)


Buenas noches.
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