viernes, 29 de agosto de 2008

¿Cuánto costaba su computadora en 1990?


(ATENCIÓN: El siguiente artículo contiene jerga tecnológica, cálculos matemáticos y ningún chiste. Queda usted advertido)


Se me acaba de romper la grabadora de DVD de la computadora que compré hace apenas diez días. Cuando llamé al que me la vendió diciéndole que por lo que me había cobrado merecía componentes de mejor calidad, me contestó que fuera de las partes básicas de una computadora moderna (procesador, motherboard, memoria RAM) el resto de los periféricos eran cada vez más baratos y menos confiables. Me dejó pensando, y me puse a investigar un poco.



En 1990 empecé a utilizar computadoras en forma habitual. No poseía una propia, y no veía la necesidad de poseerla en un futuro inmediato. En mi trabajo tenía una máquina basada en un procesador Intel x386, y nada de Windows y esas cosas amaneradas que usan ahora, escribía comandos de DOS en mi monitor monocromático. Conocía de memoria unas treinta instrucciones, lo cual me hacía poco menos que un gurú informático.

En aquellas pretéritas épocas un megabyte de memoria RAM costaba unos 60 dólares. Un disco rígido de 150 megabytes (una enormidad, una cantidad inagotable de almacenamiento) costaba la friolera de 1950 dólares. Obviamente no era común tener un disco tan inmenso.

El procesador más poderoso del momento era el Intel 486, que se vendía por unos 950 dólares.

Sumemos monitor, gabinete, disquettera de 5 1/4 (que todavía se usaba), otra de 3 1/2 que era la más popular, tarjeta de video y monitor (las lectoras de CDROM no eran todavía indispensables) y tenemos que la computadora que hubiera matado de envidia a cualquier geek en 1990 debía costar unos...3500 o 4000 dólares.

Ahora bien, la computadora en la que estoy escribiendo esto cuenta con 4 gigabytes de RAM, que vienen a ser 4096 megabytes. Tiene además dos discos rígidos de 500 gigabytes cada uno, es decir 1 024 000 megabytes.

Haciendo cuentas: (4096 * 60) + (1024000 * 1950/150) = 13 557 760.

Es decir, sin considerar nada más que la memoria RAM y los discos rígidos, este equipo hubiera costado en 1990 nada menos que trece millones, quinientos cincuenta y siete mil setecientos sesenta dólares.

Hacer un comparación entre el procesador x486, que tenía 1.2 millones de transistores y el Core 2 Dúo que estoy utilizando con 820 millones de transistores se me hace difícil, porque no conozco lo suficiente de procesadores como para definir un factor de multiplicación. Si me agarro de los transistores, la equivalencia sería que mi procesador actual equivale a 683 de aquellos, pero si por ejemplo tomo los MIPS (Millones de instrucciones por segundo) tendría un factor de 444 (24000 para el Core Dúo, 54 para el x486). Ni siquiera estoy seguro de si son comparables. Así que voy a ser conservador y le voy a asignar un valor arbitrario de 50 al multiplicador, y nos da un valor de 47500 dólares.

Para calcular lo que debería costar una placa de video como la que tengo en este momento, más la grabadora de DVD que se me rompió y que todavía no había sido inventada , más un monitor LCD cuya tecnologia aún no existía no tengo referencias, así que sumemos 5000 dólares, total en el número final son chauchas.

Por lo tanto, mi computadora actual costaría, en 1990, unos trece millones seiscientos diez mil doscientos sesenta dólares.


Buenas noches.


PD: Es posible que mis cálculos contengan toda clase de estimaciones erróneas, pero sepan disimular. El tema de este artículo era ilustrar cómo la tecnolología se abarata con el tiempo.


lunes, 25 de agosto de 2008

Qué de que

Ante la alarmante frecuencia de casos de dequeísmo (escribir o decir "de que" en lugar de "que") y queísmo (el caso inverso, cuando se suprime el "de" siendo que correspondía) observados en el habla y la escritura de una gran cantidad de periodistas, políticos, futbolistas, conductores de programas de televisión, testigos ocasionales de un choque, modelos, relatores deportivos, mecánicos dentales, contadores públicos, perfoverificadores, actuarios, ingenieros de caminos, panaderos, empleados de cabinas de peajes, técnicos electrónicos, carteros, promotoras de planes de salud, médicos nutricionistas, bloggers, defensores de oficio, buzos tácticos, gerentes de personal, ebanistas y jardineros, entre otros, nos vemos en la obligación de intervenir una vez más en salvaguarda del idioma y su correcto uso.

Lo haremos exponiendo una regla muy sencilla, práctica e intuitiva, entendiendo que la recordación de las reglas gramaticales "puras" puede resultar problemática para el común de la gente.

En efecto, traer a la memoria algo del tenor de : "El complemento directo que modifica al sujeto pasivo en una oración determinativa debe guardar concordancia de número con el adverbio implícito en los casos en que ambos se refieren a un predicado marginal no copulativo", requiere un esfuerzo considerable, y nosotros nos guiamos por el viejo lema de "Hablar (y escribir) correctamente no supone un denuedo extraordinario y recompensa en modo desporporcionado". (1)

Por eso presentamos esta simple técnica. Ante la duda sobre cómo decir una frase, se reemplaza el "que" o el "de que" por la palabra "algo". Si la frase suena bien, entonces va "que". Si suena mal, va "de que". Ilustremos con un ejemplo.

Pienso de que este blog es aburrido.

Pienso algo. (Correcto)

Pienso que este blog es aburrido.

Otro:

Estoy seguro que Bugman está loco.

Estoy seguro algo. (Incorrecto)

Estoy seguro de que Bugman está loco.

Ha sido un servicio más de Los Sin-logismos de Bugman, contribuyendo a prolongar la lenta agonía del castellano mientras se pueda.

Buenas noches.

(1) Este lema ha sido popularizado en una forma menos elegante como: "Hablar bien no cuesta un carajo y reporta un beneficio de la san puta"

Actualización (26/08/2008): Nobleza obliga, Coki lo dijo antes.

martes, 19 de agosto de 2008

Floggers eran los de antes

Mire, joven, no me venga con flogs, floggosofs o flogoblogos, que yo ya tenía un weblog cuando a usted se le caían los mocos. Porque antes a los blogs les decíamos weblogs, ¿sabe?.

En ese entonces si uno quería poner una foto suya en la World Wide Web, porque antes a la web le decíamos World Wide Web, ¿sabe?, tenía que ir a la casa de fotografía y comprar un rollo y cargarlo en la máquina, sacarse la foto y después mandarla a revelar a la misma casa de fotografía, o podía ser otra, ¿pero para qué iba a ir a otra si esa donde compró el rollo le quedaba cerca?. Las cosas que se le ocurren, joven. Bueno, entonces uno dejaba el rollo y esperaba como una semana y entonces iba a buscar las fotos, que se las daban en papel. Y aparte le daban unos plastiquitos como transparentes con la foto más chiquita pero con los colores al revés que eran los negativos, que había que guardarlos porque si después quería hacer una copia de la foto tenía que llevar el negativo, ¿sabe?.

Yo me acuerdo de una foto en la que salía con una chica que me gustaba, y se la regalé y después perdí el negativo y no pude hacer copias y ahora no me puedo acordar de cómo era la chica que me gustaba, pero seguro que era muy linda, porque a mí siempre me gustaron las chicas lindas, ¿sabe?.

¿Eh? ¿Qué flogger? ¡Ah!, sí, como le decía, uno buscaba las fotos (y las pagaba, que no era gratis, pero a lo mejor te regalaban un rollo, según la casa de fotografía te regalaban un rollo si salían muchas fotos) y entonces se las llevaba a su casa y las metía en un scanner que eran unos aparatos que se conectaban a la computadora y te convertían las fotos en unos archivos muuuuuy grandes que después había que achicarlos con el Photoshop o el Corel o algo así. Y eso tardaba un montón.
Y recién ahí uno ponía la foto en la página web, y para eso tenía que escribir HTML y guardar el archivo en un lugar que te daba el tipo que te dejaba poner la página web ahí.

Pero antes no nos sacábamos fotos de nosotros mismos, ¿para qué uno se va a sacar fotos de uno mismo?. Uno tenía fotos de uno si se las sacaba otro, y entonces había que pedirle la foto al otro, y el otro tenía que andar con la cantinela del rollo, y los negativos y las copias, no como ahora que con un telefonito todos los salames extienden el brazo y se sacan la foto a ellos mismos, todos con el brazo estirado y poniendo cara de interesantes. Y después van y las ponen en su fotolog, que es así como se llamaban antes los flogs, ¿sabe?

Y ahora uno va y se mete en un fotolog, y hay fotos de un tipo o de una chica poniendo caras que vienen a ser todas la misma cara, porque ni siquiera se gastan en poner otras caras, mire que no cuesta nada, por lo menos si hicieran morisquetas, qué se yo, a alguna gente le causa gracia. Yo por ejemplo cuando me afeito a la mañana pongo caras y practico eso de levantar una ceja sí y la otra no, porque es como un ejercicio, ¿sabe?, que si no lo practico a lo mejor me olvido cómo se hacía y alguien después me ve por la calle y me dice "Bugman, haga eso de levantar una ceja sí y la otra no", y yo no puedo porque no lo practiqué y entonces el que me pidió se enoja y me dice que yo no soy yo, o que lo de las cejas lo hice con el Photoshop o el Corel, o algo.

Pero ahora todo es facilísimo, uno se hace un flogotop de esos y pone fotos de uno ni siquiera haciendo caras, y ahí nomás tiene un millón de sardanápalos aplaudiendo y diciendo que es un genio. Porque no vaya a creer que salen fotos de gente escalando el Aconcagua, o haciendo esquí acuático, o aunque sea disfrazado de astronauta, no. La cara, nomás. Claro que hay que tener uno de esos peinados raros que usan ahora, que es como mucho pelo pero cortado a los mordiscones, a lo mejor yo podría con una peluca, pero mire si me voy a comprar una peluca para hacer esas cosas, un poco de seriedad, jovencito, caramba.

Yo no sé que les pasa. Porque vaya y pase que uno le muestre a sus amigos las fotos del viaje a Córdoba que hizo con la patrona, que sale ella montada en un burro y con una cara de pánico que tiene su gracia, aunque la verdad es que no hay nda más aburrido que ver las fotos de los viajes de otros. Yo me acuerdo cuando era chico y en la casa de un tío que viajaba mucho teníamos que ver las diapositivas del tipo en el Arco del Triunfo, y en la Plaza Mayor y en la frontera con Bratislavia y se apagaban las luces y prendían el proyector que a cada rato había que apagarlo porque se calentaba mucho y los chicos nos aburríamos y molestábamos y los adultos nos pegaban cuatro gritos y nos quedábamos como petrificados, porque en esa época se respetaba, ¿sabe?.

Pero esto de ver la cara de gil que pone la gente cuando se saca fotos ella misma, repetida trescientas cuarenta y cinco mil veces, porque no se si le dije, ni siquiera cambian la cara, no hacen un gesto, si tuvieran que trabjar de actores se mueren de hambre, ¿le conté que yo fuí actor?. Eso de poner un montón de fotos de uno mismo, me parece, no sé, raro. Y la gente que va a ver un montón de fotos de gente que se saca fotos ella misma, ¿qué tiene en la cabeza? Pelo, tienen, mucho pelo, y cortado con los dientes. Porque parece que hay que tener un peinado raro, ¿sabe?.

Por eso, no me hable de flogs, flogosofos y floggers, que yo ya tenía un weblog cuando usted no sabía pelar las naranjas solito. Porque antes a los blogs les decíamos weblogs. ¿Sabe?.

Buenas noches

lunes, 11 de agosto de 2008

Apolítico

Con cierta frecuencia (escasa, tampoco es que yo tenga un club de fans) alguno de los amables lectores me envía un e-mail para decirme algo. La mayoría de las veces se trata de alguna sugerencia, alguna colaboración o alguna pregunta. Una sola vez me escribieron para decirme que mi blog era una estupidez, que estaba mal escrito y que yo era feo (sic). Un interrogante que surge periódicamente en estos mensajes es por qué no escribo sobre política. "¿Por qué no escribe sobre política, Bugman, eh? ¿Por qué? ¿Porqueporqueporque?", pregunta el amable lector y se aleja raudamente montado en su remociclo.


Se que no puedo esgrimir el argumento de mi ignorancia sobre ciertos temas, porque los amables lectores ya se han percatado de que mi falta de conocimiento jamás ha sido un obstáculo para explayarme sobre los más diversos tópicos.

Tampoco puedo decir que no me interesa el tema. Leo blogs sobre política todos los días y algunas veces deslizo algún comentario. Y siempre leo los comentarios de los demás. Y ahí está la cosa.

Vamos a suponer que un día se me da por escribir sobre política. Vamos a suponer que escribo algo tremendamente polémico y comprometido, una de esas afirmaciones que hacen que la gente tome partido en forma inmediata y se atrinchere. Supongamos que yo escribo : "La verdad, a mí el socialismo, mucho no me convence".

Como tengo la inmensa fortuna de tener una docena de lectores fieles, probablemente la ronda de comentarios empiece amablemente. "Bueno, no hay que generalizar, hay que ver de qué tipo de socialismo estamos hablando", dirá uno, "Estoy de acuerdo con usted, Bugman, no hay muchos ejemplos de socialismo que hayan funcionado bien", dirá el otro, y con los aportes de todos se creará un debate interesante donde cada uno habrá aprendido algo. ¿No es maravilloso?

No, no lo es. Porque como dije, leo blogs políticos todos los días, y las cosas no suceden así. Sí, es posible que la cosa se inicie con respeto habida cuenta que hay cierto grado de conocimiento real o virtual entre los comentaristas habituales, pero en seguida aparece alguien que huele sangre y todo se desmadra.

Sería algo así:

Comentarista1: Usted dice eso, Bugman, porque pertenece a la clase dominante. Póngase en lugar de los pobres.

Bugman: Comentarista1, yo no se de dónde saca usted eso, pero gracias por el comentario.

Comentarista2: Estoy de acuerdo con usted, Bugman, el Comentarista1 es un resentido.

Comentarista1: Bugman usted es de lo peor, además de explotador, culposo. Si por lo menos lo reconociera.

Bugman: Comentarista1, usted no me conoce.

Comentarista2: ¿Qué te metés con Bugman, Comentarista1, eh? Zurdito resentido.

Comentarista1: ¡Ja! Ya salió el facho a defenderlo. Bugman, no tenés huevos, mandás al frente a tu tropa.

Bugman: Oigan, esto no es una pelea.

Comentarista3: Uhh...que blog de fachos, Dios los cría y Blogger los amontona.

Comentarista1: Facho serás vos, por qué no leés un poco antes de escribir gansadas.

Bugman: Me gustaría que no empezáramos con agresiones personales, por favor.

Comentarista2: No te gastes Bugman, estos zurditos no entienden un carajo, lo único que saben es donde comprar las remeras del Che.

Comentarista5: Todos los zurdos me pueden chu*** bien la p***

Comentarista1: Ah, llegó otro facho mediocre, dale, dale nomás, seguí diciendo estupideces, que tu jefe Bugman seguro que te tira una banana por tu trabajo,¡gorila!

Bugman: Oiga, yo no le digo a nadie lo que tiene que escribir, a ver si se calman, muchachos.

Comentarista2: Eh, Bugman, ¡al final resultó un blandito, usted! Un tibio, un pusilánime, un pecho frío, un indefinido, un pelado ambiguo.

Bugman: Yo lo único que digo es que a mí el socialismo no me convence.

Comentarista1: ¡Facho! ¡Explotador! ¡Burgués! ¡Cerdo capitalista!

Comentarista2: ¡Tibio! ¡Mediocre! ¡Timorato! ¡Pusilánime! ¡Pelado!

Comentarista3: ¡Maricón! ¡Retrógrada! ¡Reaccionario! ¡Metrosexual!

Comentarista5: ¡Zurdito! ¡Resentido! ¡Parásito! ¡Culogordo!

Comentarista4: ¿Por qué el Comentarista5 apareció antes que yo?

Comentarista6: I like your blog very much, very interesting. Please visit www.viagraforpeladosfachos.com

Comentarista7: ¡Hola! :)

Comentarista5: Comentarista4 se la come.

Anónimo: ¡Viva el León de Francia!

Si, estoy exagerando. La realidad, como cualquiera que haya leído un blog de política puede comprobar, es muchísimo menos divertida. Y eso que para no cansar a los amables lectores evité hacer la parodia del comentarista que corta y pega 65 párrafos de un libro.

Al final es como si se hubiera tratado de enfundar a un chancho en un vestido de fiesta: uno se cansa, se llena de mugre hasta las orejas y el chancho no se ve para nada elegante.

Por eso es que no escribo sobre política. No es que le escape a la confrontación verbal. Es que me agota la agresión gratuita, vulgar, carente de ingenio y de originalidad. Y en cada lugar donde se habla de política eso surge a borbotones, en forma espontánea e inmediata.

Y además el comentarista 5 me dijo culogordo.

Buenas noches.

lunes, 4 de agosto de 2008

Vanitas vanitatum et omnia vanitas

En 1994 un tipo llamado Mark Simpson inventó la palabra metrosexual para definir lo que según él era el nuevo hombre del siglo XXI.

Vendría a ser un caballero que se preocupa mucho de su apariencia. Pero mucho. Que la cremita antiarrugas, que la camisita de seda, que la tintura para el pelo, los zapatos y el cinturón haciendo juego, que la manicura y el coiffeur y la depilación. Sí, dije depilación. Un poco delicado y narcisista, el muchacho, pero esta es mi opinión y yo soy un antiguo, así que no me hagan caso.

El mismo Simpson, envalentonado por el éxito que tuvo su invento (más que el del Proxicaptor, nobleza obliga) acuñó en 2003 otra palabreja: retrosexual. Este otro ejemplar es todo lo contrario al metrosexual : invierte la menor cantidad posible de recursos en su apariencia. Me lo imagino mal afeitado, con la camisa arrugada y manchada de tuco. Un roñoso, vea. Conozco muchos así.

En el medio Marian Salzman, Ira Matathia y Ann O'Reilly crearon al übersexual, que viene a ser un tipo limpito pero sin volverse loco. La Wikipedia dice: "Así pues, el hombre "übersexual" será aquel que siente una confianza suprema en sí mismo sin resultar detestable, tiene un aspecto masculino, posee estilo, y además está determinado a alcanzar los niveles más altos de calidad en todas las áreas de su vida".

Convengamos en que el que mejor parado sale de este trío es el über, a no ser que a usted le guste jugar con tierra o con pinturitas.

Pues bien, en el blog de Claude hay todos los meses una elección de candidatos al título de übersexual del mes, donde los lectores votan en base las fotografías de los candidatos. El mes de agosto la categoría era bloggers, y ¿a que no adivinan quién fue favorecido en el sufragio ?. Pasen y vean en la barra lateral. Una pista: no somos dignos, no somos dignos.

Continuando con esta vergonzosa autopromoción, Tiburcia y TheJab están oficiando de anfitriones para la 5ta edición del Circo del Absurdo, una colección itinerante de enlaces hacia artículos de naturaleza escéptica cuya temática es muy interesante para el autor de este blog. Me han hecho el honor de incluir dos colaboraciones mías, los desafío a que descubran cuales (aunque es una excusa para que aprovechen el viaje y lean el material del resto de los invitados). Con ustedes, traído por Tiburcia y TheJab, El Circo del Absurdo.

Buenas noches.

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