domingo, 27 de enero de 2008

Telegrama II

TREMENDAMENTE OCUPADO EN CUESTIONES LABORALES.STOP.
SIN TIEMPO PARA CONTESTAR COMENTARIOS PUBLICAR O LEER OTROS BLOGS.STOP.
TRABAJANDO EN FIN DE SEMANA.STOP.
DESARROLLANDO METODO DE DESCANSO QUE CONSISTE EN DESMAYARSE PERIODICAMENTE.STOP.
ODIO A LOS DE LA OFICINA QUE ESTAN DE VACACIONES.STOP.
FANTASEANDO CON LARGAR TODO Y DEDICARSE A LA MENDICIDAD.STOP.
LA COSA TIENDE A MEJORAR CADA VEZ PEOR.STOP.

sábado, 19 de enero de 2008

Bricolage





Estimados lectores, como un servicio más de Los Sin-logismos, analizaremos la forma de realizar sencillas tareas en el hogar y así ahorrarnos el dinero que le pagaríamos a otras personas, dinero que muy bien podemos enviar al autor del blog que ya está cansado de trabajar para ganarse la vida.







Tarea de hoy: colocar un portarrollos de papel higiénico en el baño.

Pasos teóricos a seguir, con estimación de tiempos de terminación:
1) Desarmar el portarrollos en su partes constitutivas: 5 minutos.
2) Tomar la base y presentarla sobre el sitio donde será fijada por medio de los tornillos provistos: 3 minutos.
3) Marcar cuidadosamente con un lápiz los lugares donde se harán las perforaciones para los tornillos: 6 minutos
4) Con una mecha para mampostería (también llamada de widia) de 6 mm. perforar con una profundidad suficiente para que calcen los tarugos plásticos provistos: 7 minutos.
5) Introducir los tarugos plásticos provistos en las perforaciones: 2 minutos.
6) Fijar mediante los tornillos provistos la base a la pared: 5 minutos.
7) Atornillar el soporte a la base: 3 minutos.
8) Limpiar el polvo resultante de las perforaciones: 5 minutos.

Tiempo teórico total (TTT): 35 minutos.

Parece fácil, ¿verdad? No hay por qué pagarle a un señor para que venga a hacer eso, no es cosa de especialistas, y seguro que nos cobra como si de limpiar residuos radioactivos se tratase. Además de tocarnos el amor propio y menoscabar nuestra masculinidad.

Entonces ¡Manos a la obra!. Claro que las cosas no sales siempre exactamente según los planes. Veamos entonces los detalles que no tuvimos en cuenta y los tiempos empleados en resolverlos.

Pasos reales seguidos, con tiempos de terminación:

1) Tener hambre. Ir a la cocina a preparase un sándwich: 2 minutos.
2) Encontrar una notita en la puerta de la heladera que dice "Mi amor, no te olvides de colocar el portarrollo en el baño." : 3 minutos.
3) Refunfuñar debido a b) : 5 minutos.
4) Decidir si habremos de hacer la colocación antes o después de preparase el sándwich : 5 minutos.
5) Calcular si haciendo la tarea inmediatamente todavía nos queda tiempo para ir a jugar al golf: 6 minutos.
6) Olvidar el sándwich y comenzar a buscar el dichoso portarrollo: 10 minutos.
7) Seguir buscando el dichosos portarrollos : 10 minutos.
8) Refunfuñar debido a 2) y 7) : 5 minutos.
9) Encontrar el portarrollos adentro del mueble del televisor: 5 minutos.
10) Tratar de entender cómo se coloca el artefacto, reflexionar sobre la evolución del diseño industrial, recordar a la madre del tipo que inventó el adminículo: 10 minutos.
11) Buscar la agujereadora en el galponcito de las herramientas : 5 minutos
12) Buscar la agujereadora en el cuarto de servicio: 5 minutos.
13) Encontrar la agujereadora en el lavadero, al lado del jabón en polvo: 10 minutos.
14) Refunfuñar debido a 2), 7) y 13): 6 minutos.
15) Buscar una mecha de widia de 6 mm. en la caja de herramientas: 5 minutos.
16) Descubrir que el juego de mechas que tenemos está en medidas standard (pulgadas) en lugar de milímetros: 2 minutos.
17) Calcular a ojo que la mecha de 17/38 es "más o menos" como una de 6 mm: 3 minutos.
18) Llevar todas las herramientas y el portarrollos al baño: 2 minutos.
19) Mirar la hora y calcular que todavía llegamos a tiempo para jugar al golf: 1 minuto.
20) Intentar desarmar el artefacto con el destornillador que tenemos a mano: 5 minutos.
21) Ir a buscar otra destornillador: 5 minutos.
22) Desarmar el artefacto con el nuevo destornillador: 2 minutos.
23) Presentar la base del artefacto : 1 minuto.
24) Ir a buscar el lápiz para marcar que se nos había olvidado: 5 minutos.
25) No encontrar un lápiz y marcar directamente rayando la pared con un destornillador: 5 minutos.
26) Descubrir que el enchufe más cercano está demasiado lejos y que el cable de la agujereadora es demasiado corto: 5 minutos.
27) Refunfuñar debido a 26) : 2 minutos.
28) Buscar por toda la casa el alargador: 20 minutos.
29) Encontrar el alargador y descubrir que sus enchufes son de patas redondas mientras que el enchufe de la agujereadora es de pata planas: 1 minuto.
30) Insultar debido a 2),7),13),26) y 29) : 9 minutos.
31) Desarmar el enchufe del alargador, empalmar directamente los cables a la agujereadora, encintar todo con cinta de papel porque no encontramos la cinta aisladora: 10 minutos.
32) Enchufar el alargador: 1 minuto.
33) Ir a levantar las llaves térmicas del tablero de luz luego de provocar un cortocircuito: 4 minutos.
34) Ir a pedirle al vecino un alargador prestado, intentar que no nos envuelva en una charla intrascendente: 20 minutos.
35) Mirar la hora. Lllamar a los compañeros de golf y decirles que nos vamos a demorar un poco y que nos encontramos en el hoyo 2 o en el 3: 5 minutos.
36) Tener una idea brillante: 1 minuto.
37) Buscar un sobre de papel y pegarlo con cinta adhesiva debajo del lugar donde se harán las perforaciones a fin de que recoja el polvillo resultante y nos ahorremos la limpieza: 5 minutos.
38) Felicitarse por la estupenda idea: 4 minutos.
39) Felicitarse aún más, preguntarse cómo es que con tan buenas ideas no estamos haciendo mucho dinero: 5 minutos.
40) Conectar el alargador prestado, hacer los agujeros, romper una esquina de una azulejo: 6 minutos.
41) Insultar debido a 2),7),13),26),29) y 40): 8 minutos.
42) Intentar colocar los tarugos y comprobar que en realidad 17/38 es un poco menos que 6 mm.
43) Insultar debido a 2),7),13),26),29), 40) y 42) : 6 minutos.
44) Forzar malamente la ampliación de los agujeros haciendo girar la mecha de 17/38 dentro de los mismos: 5 minutos.
45) Meter los tarugos golpeándolos con el mango de un destornillador: 4 minutos.
46) Errarle el golpe al tarugo y romper un poquito más el azulejo: 1 minuto.
47) Insultar, maldecir y blasfemar debido a 2),7),13),26),29), 40), 42) y 46) : 12 minutos.
48) Tomar la base e intentar atornillarla: 7 minutos.
49) Descubrir que los tornillos provistos son demasiado largos: 3 minutos.
50) Llorar un poco: 3 minutos.
51) Buscar entre cientos de tornillitos, clavitos, grampitas, alambrecitos y cosas no identificadas que están en un frasco dos tornillos de parecido diámetro a los provistos pero más cortos: 15 minutos.
52) Mirar la hora, llamar a los compañeros de golf y decirles que nos encontramos en el hoyo 9: 5 minutos.
53) Fijar la base con los tornillos que encontramos, que son diferentes entre sí pero que esperamos queden ocultos: 5 minutos.
54) Intentar atornillar el soporte a la base: 10 minutos.
55) Seguir intentado: 5 minutos.
56) Sentarse en el piso del baño con un destornillador en la mano, mirando el vacío: 7 minutos.
57) Volver al mundo de los vivos, lentamente y con mucha paciencia lograr atornillar el soporte a la base: 10 minutos.
58) Notar que el soporte queda un poquito torcido: 2 minutos.
59) Decidir que ya no importa: 1 minuto.
60) Despegar el sobre que contiene el polvillo de las perforaciones mientras nos volvemos a felicitar por ser tan increíblemente ingeniosos : 1 minuto.
61) Descubrir que en el proceso de despeque también despegamos parte de la pintura de la pared: 1 minuto.
62) Sufrir un ataque, insultar, maldecir, gritar, arrancarse la ropa, pegarle puñetazos a las paredes, revolcarse por el piso entre convusiones y quedar con la cabeza detrás del inodoro mirando fijamente el techo: 20 minutos.
63) Tranquilizarse y recoger todas la herramientas: 15 minutos.
64) Mirar la hora, calcular que ya no vale la pena ir hasta el campo de golf: 2 minutos.
65) Echarle una última mirada al portarrollos colocado y descubir que está demasiado alto: 2 minutos.

Tiempo total real (TTR): 6 horas, 17 minutos.

Podemos definir un coeficiente de corrección para tareas (CCT), que sería CCT=TTR/TTT.
En nuestro caso, 377/35 = 10.77
Por lo tanto, estimado un tiempo teórico para la tarea, multiplíquelo por el CCT y tendrá el tiempo real a emplear.

O llame a un tipo para que haga el trabajo por usted.

Buenas noches

miércoles, 16 de enero de 2008

E-mail de usos múltiples

Instrucciones: tachar lo que no corresponda.

Querido/a -Socio/a-Colega-Amigo/a-Pariente:

Espero que al recibir este mensaje te encuentres a punto de ser atacado sexualmente por tu compañero de celda / gozando de buena salud en compañía de tus seres queridos / adaptándote a tu nueva vida / en este planeta

He recibido con indignación / gran alegría / sorpresa / incredulidad la noticia de tu desfalco / próxima boda / operación de cambio de sexo / reciente reencarnación.

Me gustaría sugerirte que te pudras en el infierno / tengas paciencia / consideres una carrera como estrella de films pornográficos / la próxima vez reserves un cuerpo con la debida anticipación a fin de evitar cruzarte conmigo durante el resto de tu miserable vida / pequeños conflictos cotidianos / que se desperdicien esas tetas enormes que te implantaron / el deambular por el limbo durante meses.

Es mi más ferviente deseo que te encierren en una celda oscura y pierdan la llave / tengas una vida plena de felicidad / llegues a ser una celebridad entre los transexuales / tu cuerpo actual te dure más que el anterior.

Me permito recordarte que tengo una escopeta / la clave de un buen matrimonio es la tolerancia / en Internet está lleno de degenerados buscando cosas raras / no me gustan las sorpresas, de manera que si tu abogado te evita la cárcel más vale que te cuides / ¡ánimo!, no es tan difícil como parece / podrías ganar buen dinero haciendo esas guarradas que siempre te gustaron / si vas a venir a visitarme en la piel de una modelo de 21 añitos mejor avísame antes.

No se si sabrás que conservo en mi poder documentos que podrían comprometerte mucho / el próximo mes voy a estar trabajando muy cerca de donde van a vivir con tu futura esposa / anda circulando un mail con unas fotografías tuyas antes y después de la operación / yo no creo en reencarnaciones y esas paparruchadas, te digo esto para que ni se te ocurra hacerte el vivaracho cuando el fiscal te interrogue / podamos arreglar un encuentro /no te soprendas si antiguos amigos (por ejemplo Carlitos) te empiezan a llamar y a hacerte propuestas un tanto escabrosas / no te ofendas si te visita un psiquiatra de parte mía.

Me despido con rencor y deseos de venganza / un afectuoso abrazo / un mordisco en la teta izquierda, que es la que mejor te quedó / la esperanza de que decidas por fin internarte en un neurosiquiátrico.

Firma................


Buenas noches


(Sobre una idea original de Podeti)

jueves, 10 de enero de 2008

Ecoilógico

Con la Ecología me pasa lo mismo que con ciertas mujeres. Al parecer lo tienen todo: son bellas, inteligentes, simpáticas, elegantes, dulces y seductoras, pero no logro enamorarme de ellas.


Cuando leo que el somorgujo manchado de Zanzíbar está a punto de extinguirse porque los nativos lo cazan a escupidas, se que debería indignarme, preocuparme, protestar, encadenarme a algo, disfrazarme de algo, tirarle pintura roja a alguien. Y no, no me sucede. A lo sumo siento, si es que estoy de excepcional buen humor, alguna curiosidad por saber cómo es el dichoso somorgujo. Puede que también me llegue alguna pequeñísima oleada de pena, equivalente a la que se siente cuando se ve un pajarito muerto tirado en la vereda.

No mucho más.

Tal vez sea porque si nunca en mi vida he visto de cerca al somorgujo manchado el hecho de no verlo en el futuro no representará un gran cambio. Y tampoco es que yo me gane la vida entrenando somorgujos para hacer tareas domésticas, o venda plumeros de somorgujo, o los críe como mascotas.

La desaparición de una especie que apenas conozco me causa el mismo efecto que la muerte de un pariente lejano al que no he visto en 35 años.

Entiendo que no debe ser bueno que haya cada vez menos animalitos, entiendo que algo terrible debe haber en que ya no existan Dodos. Lo entiendo, pero no me emociona.

Trato de racionalizar mi escaso entusiasmo por el conservacionismo aceptando que para que una especie prospere a menudo otra debe desaparecer, y si hablamos de especies mi preferida sigue siendo el homo sapiens. Prácticamente todos mis amigos, familares y novias pertenecen a esa especie, o al menos ejercen una simulación bastante convincente.

Entonces sí me preocupa que la gente tire ácido sulfúrico a las cloacas, o utilice un vehículo que lanza por el caño de escape los humos del Averno con Belcebú incluido. Eso me mata a mí, caramba. (Probablemente al somorgujo manchado de Zanzíbar también, pero menos que las escupidas de los nativos).

Por otra parte no conozco conservacionistas razonables. Al parecer es una posición que debe ser defendida con vehemencia. Hay que insultar a la vieja que usa tapado de piel (aunque haya sido confeccionado con animales específicamente criados para ese fin), hay que calzarse el traje de oso panda y salir en la tele.

Me disculpo de antemano, pero si me encontrara perdido en Zanzíbar a punto de morir de inanición y de repente se me cruzara el último ejemplar hembra del somorgujo manchado, no lo pensaría dos veces. Lo derribaría de un certero escupitajo y me lo almorzaría. Y no me daría ni un poquito así de culpa. Ni un poquito así, vea.


Buenas noches.


PD: Si algún activista ecológico desea organizar una marcha en mi repudio, le ruego que me lo haga saber con la debida antelación. En el barrio acaban de cambiar de empresa de seguridad y los nuevos son medio quisquillosos.

lunes, 7 de enero de 2008

Cuesta abajo

Quizás se deba en parte a que todavía no me encuentro del todo cómodo con mi nueva casa y mi cambio de vida.

Me es difícil quedarme despierto hasta las dos o tres de la mañana como hacía antes, porque ahora me tengo que levantar más temprano.

Puede que influya también el entorno. Mi mesa nueva es muy alta, o muy baja mi vieja silla, o el teclado no me queda en una posición óptima, o la luz es escasa, o demasiada, o algo. La sensación es completamente diferente. Me distrae.

Y el calor. El calor insoportable, increíble, insalubre. De nada sirven los ventiladores, que no hacen más que remover un aire denso, húmedo y cálido como de pantano.

Es cierto además que ya no tengo esas largas horas de soledad y concentración donde nada podía interrumpirme, salvo el teléfono que la mayoría de las veces no contestaba. Ahora hay otra persona que reclama atención, pregunta cosas, me ofrece una bebida fresca o simplemente se pasea por ahí con ruido de pasitos, y entra a mi estudio como si fuera su casa. Y es.

No se qué será, pero díganme la verdad:

¿No les parece que estoy escribiendo cada vez peor?


Buenas noches.

viernes, 4 de enero de 2008

Invasores del espacio



No vienen del planeta Zorg. No son verdes (aunque algunos son viscosos). No comen cerebros, no quieren apoderarse del planeta ni esclavizar a la raza humana.


Pero están entre nosotros.







Las personas ocupan un lugar en el espacio. Esto es indiscutible, y lo habrá podido comprobar empíricamente cualquier pasajero de medios de transporte público, asistente a un recital o encargado de funeraria.

Además de ese volumen aparente e impenetrable que ocupa el cuerpo físico, existe uno adicional que opera mientras el dueño del cuerpo se encuentra en pleno uso del mismo y que está constituido por una especie de burbuja que se proyecta hacia el exterior.

Esta zona, que denominaremos zona de intimidad varía con las culturas y con los individuos. No es igual un japonés que suele tomar el metro en Tokio donde unos empleados con guantes blancos empujan a la gente desde afuera para que las puertas del tren atestado puedan cerrarse que un alemán que considera que pasar por delante de la puerta abierta de su oficina sin saludar es una descortesía imperdonable.

La violación de ese espacio propio por parte de un desconocido produce incomodidad, irritación, malestar. (Aunque si una desconocida infartante se mete en mi burbuja bien podría hacer una excepción, después de todo es bastante grande).

Y es aquí donde voy al grano, aunque ustedes hubieran perdido toda esperanza. Hay gente que parece disfrutar especialmente meterse en la zona de intimidad de los demás.

Es la señora que nos encaja el carrito del supermercado en la cintura mientras hacemos fila en la caja.

Es el tipo que nos habla con su cara a seis centímetros de la nuestra, a los gritos y escupiendo.

Es el automovilista que pone el coche pegado al paragolpes del nuestro (La zona de intimidad se expande cuando uno está conduciendo un automóvil para abarcarlo y se proyecta un par de metros a la redonda).

Es el compañero de trabajo que mira por encima de nuestro hombro cuando estamos escribiendo un e-mail.

Es el desconocido o apenas conocido que nos agarra el brazo durante una conversación para llamarnos la atención sobre lo que está diciendo.

Es el o la que entra al baño mientras uno está tomando una ducha (otro fenómeno de zona expandida, en este caso toma las dimensiones del recinto).

Es el peatón que espera la luz del semáforo en la calle, invadiendo todo un carril y dificultando las maniobras de viraje de los automóviles.

Es el encargado de la tienda de ropa que abre inopinadamente la cortina del probador donde incómodamente tratamos de ponernos unos pantalones diciendo "¿Y, cómo anduvo?".

Ejemplos sobran. Ustedes, amables lectores, tendrán los propios.

Es probable que yo sea un poco más quisquilloso con mi espacio íntimo que el común de los mortales. Estoy dispuesto a admitir que la irritación que sufro al ser empujado, atropellado, rozado o tocado accidentalmente por desconocidos puede ser considerada excesiva por algunas personas. Incluso reconozco que tengo algo de lo que los franceses llaman oso mal lamido para describir a individuos reacios al contacto físico.

Digo todo esto a manera de advertencia. Porque , señor que estaba comprando en el supermercado el domingo pasado, la próxima vez que uno de sus malcriados niños se me acerque para darme una patadita y luego huya para buscar su protección, no habré de dedicarle una mirada gélida a usted y al parvulillo. No decidiré pasar por alto el incidente a instancias de mi mujer que siempre teme que yo salga en la sección de Policiales del diario de mañana. La próxima vez responderé. Solo eso. No le diré cómo. No quisiera arruinarle la sorpresa.

Buenas noches.


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