Tengo un amigo que trabajó un tiempo en un local que hace fotocopias cerca de la Facultad de Psicología, lo cual lo califica para entender la mente humana como pocos. Me contó una vez que además de existir el llamado "síndrome de Estocolmo" (que es cuando alguien que es mantenido como rehén comienza a desarrollar lazos afectivos con sus captores) existe otra situación menos frecuente, y es que los secuestradores empiezan a cansarse de los prisioneros. Debe ser una casualidad, porque mi amigo llamó a esta manifestación el "síndrome de Oslo".
Esta vieja conversación vino a mi mente hoy porque vengo notando un ligero pero perceptible cambio de actitud en mis celadores.
En efecto, anoche una de las jovencitas masajistas llegó 10 minutos tarde, y hasta me dio la impresión que resoplaba mientras hacía su tarea, como si estuviera fastidiada o algo así. La otra se dejó su cepillo de dientes en el baño, y cuando se lo hice notar me contestó que no importaba, que total tendrían que venir otra vez. No me resulta fácil interpretar las inflexiones del español hablado con ese acento tan fuerte que tienen los noruegos, pero juraría que lo decía con un dejo de resignación.
Durante el almuerzo, cuando le comenté al camarero que las endivias no estaban suficientemente tiernas, juraría que miró al cielo antes de llevárselas.
Ya no me interrogan tan seguido, y de hecho hace un par de horas tuve que salir al pasillo a reclamar a grito pelado la presencia de alguien que viniera de una vez a prepararme el baño.
¿Será acaso un cambio de táctica, una complicada maniobra para doblegar mi espíritu?
Por otra parte, creo que los nórdicoss empiezan a sentir la presión de los reclamos de mis amables lectores, que incluso se ofrecen en masa para acompañarme en mis penurias. Me dijeron que no iban a traer a nadie más, que no había suficientes jovencitas para todos y que si las empezábamos a compartir después era todo un relajo. Que no abusara.
No me engañan. Tienen miedo.
Hoy me anunciaron que el Rey Harald V en persona va a venir a verme. Confieso que estoy un poco nervioso, he estado con presidentes, pero nunca con un Soberano Real. Lo que más se acerca es haber visto a Carlitos, el Rey de la Hamburguesa y el Panqueque de Villa Gessell trabajando en la cocina de su restaurante.
Pero no importa cuan ansioso me ponga su inminente visita, voy a cantarle cuatro verdades al jefe vikingo. Ya me va a escuchar.
Caramba, ya viene siendo hora de que vengan las chicas. ¿Es que ya nada funciona bien en esta cárcel de segunda?
Buenas noches.
Esta vieja conversación vino a mi mente hoy porque vengo notando un ligero pero perceptible cambio de actitud en mis celadores.
En efecto, anoche una de las jovencitas masajistas llegó 10 minutos tarde, y hasta me dio la impresión que resoplaba mientras hacía su tarea, como si estuviera fastidiada o algo así. La otra se dejó su cepillo de dientes en el baño, y cuando se lo hice notar me contestó que no importaba, que total tendrían que venir otra vez. No me resulta fácil interpretar las inflexiones del español hablado con ese acento tan fuerte que tienen los noruegos, pero juraría que lo decía con un dejo de resignación.
Durante el almuerzo, cuando le comenté al camarero que las endivias no estaban suficientemente tiernas, juraría que miró al cielo antes de llevárselas.
Ya no me interrogan tan seguido, y de hecho hace un par de horas tuve que salir al pasillo a reclamar a grito pelado la presencia de alguien que viniera de una vez a prepararme el baño.
¿Será acaso un cambio de táctica, una complicada maniobra para doblegar mi espíritu?
Por otra parte, creo que los nórdicoss empiezan a sentir la presión de los reclamos de mis amables lectores, que incluso se ofrecen en masa para acompañarme en mis penurias. Me dijeron que no iban a traer a nadie más, que no había suficientes jovencitas para todos y que si las empezábamos a compartir después era todo un relajo. Que no abusara.
No me engañan. Tienen miedo.
Hoy me anunciaron que el Rey Harald V en persona va a venir a verme. Confieso que estoy un poco nervioso, he estado con presidentes, pero nunca con un Soberano Real. Lo que más se acerca es haber visto a Carlitos, el Rey de la Hamburguesa y el Panqueque de Villa Gessell trabajando en la cocina de su restaurante.
Pero no importa cuan ansioso me ponga su inminente visita, voy a cantarle cuatro verdades al jefe vikingo. Ya me va a escuchar.
Caramba, ya viene siendo hora de que vengan las chicas. ¿Es que ya nada funciona bien en esta cárcel de segunda?
Buenas noches.
15 comentarios:
Resista, Sr. Bugman, por lo que más quiera, resista!
Piense que antes suyo hubo otras personas que debieron atravesar trances terribles como el suyo, y sin embargo sobrevivieron.
Con coraje, con enjundia, con pelotas, sobrevivieron!
No crea que quiero venderle meras ilusiones. Se que le esperan tormentos espantosos, y que así como algunos semi-dioses lograron salir airosos de ese infierno, a muchísimos otros los perdimos para siempre en el camino.
Pero cuando estos recuerdos aciagos me revientan el espíritu, pienso en un Ova Sabatini, y renazco. Rememoro a un Huberto Roviralta, y vuelo. Recuerdo a un Antonito de la Rúa, y sueño.
Sueñe Ud. también, corajudo Bugman. Y resista. Por lo que más quiera, resista!
Insisto: todo lo tiene bien merecido.
Yo te avisé que no era bueno.
Los vikingos juegan sucio, he puesto la fórmula y me ha salido una especie de sopa de letras.
Tramposen, estafdoren, bandiden.
Muy interesante su crónica, Mr. Bugman. Creo que Ud. podría hacer padecer el Síndrome de Oslo incluso a un carcelero vietnamita.
Mr B, suprimió usted una entrada?... es que ya se han infiltrado sus captores en este Blog??... yo sigo cavando mi túnel para rescatarlo... así que atento a que de pronto salga yo de entre los mosaicos de mármol del piso de su baño cual corista que sale de torta... me voy cucharita de oro de la abuela en mano... cavando cavando....
Aclaro porque creo que corresponde: Yo mismo suprimí un comentario mío porque lo publiqué dos veces sin darme cuenta. Oops.
Juan de los palotes, su emocionado recuerdo de aquellos prohombres al lado de los cuales mi patética persona es aún más patética renueva mi voluntad, me llena de esperanzas, de fuerzas y de envidia. Resistiré, sí, aunque me sirvan agua mineral que no provenga de Francia, aunque me despierten todos los días a las 11 de la mañana, aunque me se equivoquen otra vez y me pongan sábanas de algodón en lugar de seda. Ahora mismo voy a mostrar mi determinación tomándome un whisky de 12 años...(¿Pero como?¿No hay hielo?¿Qué pretenden?¿Matarme? ¡Háganlo de una vez entonces, cobardes!)
Thejab, ¿está usted seguro de que no tiene parientes por aquí?estos tipos no hace más que repetirme lo mismo.
Felicitas, ¿es que acaso usted estuvo antes por aquí?
Garfio, insulte en español, que están leyendo por encima de mi hombro...(Sí, ¿que pasa?¿Se les perdió algo? ¿Por qué no están planchando mis medias?)
Claude, bienvenido, muchas graci...
¡Eh, oiga!
Patricia, no, yo nunca borro las entradas de otros, como verá fue el mismo Claude el que realizó un comenticidio en defensa propia.
No crea que no aprecio el trabajo que se está tomando, pero estimo que para cuando usted llegue ya me habrán soltado. Me preocupa que la puedan apresar a usted. No puedo describir en palabras el infierno que es esto. (¿A quién hay que matar aquí para que le sirvan a uno algo de beber? ¿Eh? ¡Vamos, caramba, a ver si se espabilan!) Ya ve a lo que me refiero.
Bugman, discule la tardanza de la comunicación. He viajado a Polonia para intentar conseguir apoyo militar-logístico.
Luego de expuesta mi petición el poder entró a deliberar sobre si esta misión tenía prioridad suficiente como para dejar de lado su gran proyecto (http://www.vayatele.com/2007/05/28-polonia-investiga-si-algun-teletubbie-es-gay).
Desgraciadamente la burocracia es muy lenta (y no me refiero a la tortuga mascota de Mafalda. Ella es más ligera) por lo que podría demorarme discutiendo si el andrógino de Tinky Winky.
Sabrá entender que este también es un proyecto de gran importancia.
Lo rescataremos en cuanto pueda, y no se preocupe por las crueles jovencitas masajistas. Me encargaré de ellas como pueda.
Juan de los Palotes (Medrano) nombró a Huberto Roviralta y se me encogió el corazón. Quién tuviera suficiente tonicidad espiritual como para disponerse a expiar todos los crímenes e iniquidades de la Humanidad entregándose a una tortura semejante. Canonícen a ese hombre, carajo!
En cuanto al síndrome de Oslo, no hay nada peor que cuando los secuestradores cometen piedades tan excesivas como enviarlo a uno a los brazos de la Muerte, sin más. Es demasiado justo, no lo apruebo tampoco.
Mire... a no ser que me lo impida algo estoy llamando ya mismo a Amnesty Internacional... porque empiezan con las llegadas tarde y luego siguen con el Champagne tibio o las trufas con la baba del chancho sin limpiar...
No puede permitir... la decadencia empieza por lo más sútil... uno no se queja y ahí PAF! lo empernan a uno...
Este Bujman me cansada. Yo frrroto y frroto y no relajase. Creo que llamar a mi primo Gustaff parra que le de masiten, a verrr si se afloja. Primo Gustaff tiene tubo, jor jor jor.
Pola, me alegro de que usted también esté al tanto del predicamente en que me encuentro. Igual no se preocupe, creo que me están por soltar. El hecho de que hoy no me hayan cambiado las sábanas solamente puede significar que mañana no he de dormir aquí...
Charlo, ¡pero yo me quejo, me quejo todo el tiempo! Me hacen caso, pero a regañadientes. El asunto es cuando uno se acostumbra.
Una de las rubias: Esto se está pasanden de castañen oscuren. Aflojen que yo no me entreguen. Nada de cosen raren que todo tienen limiten.
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