Para aquellos que no la conozcan, "Dr. House" es una magnífica serie de televisión que relata las peripecias de un grupo de doctores especializados en diagnosticar enfermedades rarísimas. La estructura de los capítulos es siempre la misma: el futuro paciente está haciendo algo, sufre un ataque, lo llevan al hospital y los doctores liderados por Gregory House lo ponen al borde del deceso tres o cuatro veces, hasta que una chispa de inspiración ilumina al galeno, que da con la respuesta, y lo salvan (casi siempre).
Pero lo más interesante de este programa son los caracteres de los personajes, especialmente el del protagonista que le da nombre.
Pero lo más interesante de este programa son los caracteres de los personajes, especialmente el del protagonista que le da nombre.
Y es que el Dr. House es un tipo absolutamente poco recomendable. Adicto a los calmantes a raíz de una afección en su pierna, es mentiroso, desconsiderado, irónico, sarcástico hasta la repugnancia. Desprecia olímpicamente a los pacientes que no tienen una enfermedad interesante, y se los hace saber. Los humilla. Para él, las normas elementales de cortesía son una atroz pérdida de tiempo. Por una décima parte de las cosas que hace este hombre, a uno le darían un puntapié en el trasero suficientemente fuerte como para ser viejo al caer. Es, en suma, una porquería de persona.
Sin embargo todos tienen que soportarlo porque es un genio. Miren, si tuviera que elegir entre un doctor amable que me tratara con dulzura pero no tuviera ni peregrina idea de lo que me está matando y una bestia sociópata como House que me hiciera sentir como una basura pero me salvara la vida, díganme donde firmo.
Pero no escribo esto para recomendarles la serie. Lo que sucede es que una de mis mayores aspiraciones siempre fue ser lo suficientemente avezado en alguna disciplina como para que todos tuvieran que respetarme hiciera lo que hiciera.
Imagínense ser tan bueno en lo sea que uno pudiera llegar al trabajo cuando quisiera, mascullar un gruñido a modo de saludo, recibir un problema fresquito, burlarse de los inútiles que no pudieron resolverlo, estudiarlo unos minutos, y largarse bufando una respuesta genial que lo arregla todo, dejando a todos babeando de admiración.
Les concedo que no es imprescindible ser un individuo detestable, que se puede incluso decir "buenos días" al llegar. En el caso de un genio de esa talla, este simple acto al que no está obligado sería una especie de regalo para los saludados.
Claro que debe haber gente que son a la vez maravillosamente competentes y bellísimas personas, pero eso se acerca más a la santidad que a la ruda, fría y despiadada inteligencia. No aspiro a tanto.
Lo más cerca que estuve de parecer (ya que no de ser) uno de estos individuos fue cuando, trabajando para una compañía de software británica, me llamaron de la sucursal de México porque llevaban meses sin poder resolver un problema con un cliente en Perú, que ya estaba a punto de llamar a los abogados. No era un gran problema en realidad, pero el cliente estaba harto de que le dieran vueltas.
Me tomé un avión desde Buenos Aires el viernes por la tarde, llegué a Lima por la noche, me fuí directamente a ver al cliente, y en un par de horas encontré lo que estaba pasando y lo resolví. Dormí unas horas y el sábado por la tarde ya estaba de vuelta. Tuve suerte, y seguramente me ayudó el hecho de que al no estar enfrascado en el asunto durante tanto tiempo yo tenía una perspectiva diferente de la que tenían mis colegas mexicanos.
Ahhhh...fue por pocos días, pero me trataron como a un Dr. House del software. Nadie me molestó por un tiempo, no me asignaron ningún trabajo, ni me exigieron ningún informe. Tuve algo de ese hálito invisible que rodea a los genios, esa reverencia, ese temor. Qué placer.
Como dije, más tarde o más temprano las cosas volvieron a la normalidad, pero fue bueno sentirse así mientras duró.
¿Es pecado querer eso...siempre?
Buenas noches.
PD: Acabo de darme cuenta de que este artículo no es nada gracioso. Ya ven, tampoco soy un genio en esto.
Sin embargo todos tienen que soportarlo porque es un genio. Miren, si tuviera que elegir entre un doctor amable que me tratara con dulzura pero no tuviera ni peregrina idea de lo que me está matando y una bestia sociópata como House que me hiciera sentir como una basura pero me salvara la vida, díganme donde firmo.
Pero no escribo esto para recomendarles la serie. Lo que sucede es que una de mis mayores aspiraciones siempre fue ser lo suficientemente avezado en alguna disciplina como para que todos tuvieran que respetarme hiciera lo que hiciera.
Imagínense ser tan bueno en lo sea que uno pudiera llegar al trabajo cuando quisiera, mascullar un gruñido a modo de saludo, recibir un problema fresquito, burlarse de los inútiles que no pudieron resolverlo, estudiarlo unos minutos, y largarse bufando una respuesta genial que lo arregla todo, dejando a todos babeando de admiración.
Les concedo que no es imprescindible ser un individuo detestable, que se puede incluso decir "buenos días" al llegar. En el caso de un genio de esa talla, este simple acto al que no está obligado sería una especie de regalo para los saludados.
Claro que debe haber gente que son a la vez maravillosamente competentes y bellísimas personas, pero eso se acerca más a la santidad que a la ruda, fría y despiadada inteligencia. No aspiro a tanto.
Lo más cerca que estuve de parecer (ya que no de ser) uno de estos individuos fue cuando, trabajando para una compañía de software británica, me llamaron de la sucursal de México porque llevaban meses sin poder resolver un problema con un cliente en Perú, que ya estaba a punto de llamar a los abogados. No era un gran problema en realidad, pero el cliente estaba harto de que le dieran vueltas.
Me tomé un avión desde Buenos Aires el viernes por la tarde, llegué a Lima por la noche, me fuí directamente a ver al cliente, y en un par de horas encontré lo que estaba pasando y lo resolví. Dormí unas horas y el sábado por la tarde ya estaba de vuelta. Tuve suerte, y seguramente me ayudó el hecho de que al no estar enfrascado en el asunto durante tanto tiempo yo tenía una perspectiva diferente de la que tenían mis colegas mexicanos.
Ahhhh...fue por pocos días, pero me trataron como a un Dr. House del software. Nadie me molestó por un tiempo, no me asignaron ningún trabajo, ni me exigieron ningún informe. Tuve algo de ese hálito invisible que rodea a los genios, esa reverencia, ese temor. Qué placer.
Como dije, más tarde o más temprano las cosas volvieron a la normalidad, pero fue bueno sentirse así mientras duró.
¿Es pecado querer eso...siempre?
Buenas noches.
PD: Acabo de darme cuenta de que este artículo no es nada gracioso. Ya ven, tampoco soy un genio en esto.
25 comentarios:
Claro, el articulo no es nada gracioso... pero mira que papito pones de imagen. te ganaste el comentario de tus fanas babosas... asi es de facil cobrar por comentarios, buguerto... me extrania. A mi no me contestes, total... soy vieja y conocida...
Y ademas para lindos de ojos azules, yo tengo el mio. ;)
Ponja
Ay Dr. B. *suspiro* si supiera lo adicta que soy yo a Gregory House... primero que nada... Hugh Laurie es un primor inglés (Quien más podía ser papá de Stuart Little?! ), segundo, Gregory House fue creado, con conciencia (según el creador de la serie), como un espejo de Sherlock Holmes (otro favorito) ... veamos los puntos... (a) es adicto a una droga como Holmes es adicto a la cocaina (b) Toca el piano clásico como Holmes tocaba el violín (c) el evidente parecido en la forma en la que resuelve los acertijos (d) el desprecio con el que se refieren a aquellos que saben menos que ellos... y etc etc.....
Incluye que su amigo el Dr. Watson que es un poco la conciencia de Holmes, es Dr. Wilson. Y ahora súmale que ha aparecido este policia desgraciado... que no es más que su Moriarty personal (el archienemigo de S.H.)
Esperate... creo que ya estoy pecando de fanática loca...
le juro Dr. B que tengo una vida!!
....
... a quien engaño....
En fin. Sólo quería añadir que me enorgullece que ud haya gozado de un momento de poder como ese, y más que fue en Lima. Una pena que esta amiga no lo haya sido en ese momento para pasearlo un poco. Ese poder á la House que ud describe, lo he sentido también pero cuando le enseño a primer año de artes plásticas en la universidad.... nadie sabe nada, todos son unos renacuajos, y por más que los repruebe, igual me aman... jejeje
...ah.... (ya me va a botar de su blog Dr.).... acabo de recordar que además... House vive en la misma dirección de Holmes... 221b Baker Street... :-)... ahora sí me tendré que ir a bailar, de juerga o algo...
Solo puedo decirle una cosa.
Nice...
Mi estimado , no solo no es pecado, sino que usted se merecería esa situación siempre, debe ser placentero resolver algo en dos horas que los "mexican boys" no podían, ja , buenisimo y felicitaciones!
PD: a las chicas, que hablen del post y no del aparato de la foto.
EL DOCTOR HOUSE GREGORY ES UN ATEON TECNOLOGICO QUE DESCUBRES SU REAL SU PERSONAJE SOBRE DIOS SOCIAPÁTA ES PERO ES PROGRAMA NO ME INTERSATE SR BUGMAN HECTOR L S
Sr. Bugman,
Tiene usted una CRITICA a su blog en Cyberwarriorblog.
Buenas noches.
Ponja, no tenía idea del éxito del Dr. entre las féminas. (¿Se cobra por los comentarios? ¿Dónde? )
Si a veces no contesto toooodos los comentarios es porque me parece que el tema no da para más. Esto no es Texas.
Patricia, usted tiene frikismo housiano deformante, o sìndrome de Laurie-Filippetti. Su hipologmedio tranvsentral presiona su malitálamo haciendo que segregue demasiada vaticorenina.
Aplíquenle metrocordiamina, estupedianimol y crotidarsialitos. Después séquenle toda la sangre, fíltrenla con una patata cruda y métansela de vuelta. Estará bien para el desayuno.
-Increìble, ¿cómo lo supo Dr. Bugman?
-Su CFGDK está por las nubes.
-Pero eso no indica...
-Eso indica que comió corazón de toro, o es un delfín con hipoglucemia. ¿No se parece a Flipper, verdad?
-¿Pero cómo sabe que...?
-Es peruana. Celebró su cumpleaños hace poco tiempo. Seguramente había anticuchos en la fiesta. Todo encaja.
-Pero tambièn podría ser...
-¡NO CAMERON, NO ES LUPUS!
Empiecen el tratamiento.
....
-Ah, pero primero quédense cinco minutos mirándome como tontos.
Gustav, eh...yes.
Gentleman, usted lo ha dicho, un placer sentirse un capo. Todos tendríamos que tener por ley el derecho de sentirnos así alguna vez.
¿Vio cómo son las mujeres? Te dicen que las trates bien, que les hables con dulzura, pero aparece un border como el Dr. House y se babean.
Héctor, usted sabrá.
Cyber Warrior, gracias por la crítica. Me referiré a ella en un próximo artículo. (Mire si me la voy a perder, con lo bien que me ha tratado).
La vanidad y la soberbia a la larga se pagan tan caras que no merecen la pena. Tengo una amiga que siempre me dice que mi desgracia fue no empezar a trabajar tempranamente y ser por ejemplo una cajera de supermercado, mi desgracia fue tener estudios superiores y en algún momento creerme lo que hacía, te aseguro que no tiene ninguna gracia para mi oirselo decir.
Un abrazo
por cierto, yo me engaché a la serie hace poco. Yo también pienso como tú, si me dicen que el médico más borde del mundo es un jod... genio y es capaz de curarme una gravísima enfermedad... yo tb firmo!!! Saludinesss!
Aiguamel, no percibo cómo puede ser una desgracia tener estudios superiores y creerse lo que uno hace. De lo que sí se debe descreer saludablemente es de lo que dicen los demás. De todas formas, creo que hay una diferencia sustantiva entre la vanidad y el orgullo, y es que este último es una convicción íntima sobre la superioridad propia, en cambio la vanidad es el deseo de convencernos a nosotros mismos de esa superioridad con la esperanza de convencer a los demás. José Ingenieros en "El Hombre Mediocre" lo decía mucho mejor. Gracias por la visita y el comentario.
Angie, usted también? No me diga que además se le aflojan las rodillas cuando el galeno la mira con esa mirada gélida. No, si es como yo digo, a las mujeres les encanta que las maltraten.
Clah, me confundi...
No molesto mas...
Ponja (juntando sus petates y dirigiendose cabizbaja a sus aposentos)
Ponja, no se ponga así. vea, le contesto, mire como le contesto, contesto, contesto, contestocontestocontesto.
Mmmmm, pues ahora que lo dices... el Dr. House tiene su morbo...! jajajaja...
CHE ME DUELE MUCHO EL PECHO Y NO SIENTO EL BRAZO IZQUIERDO, LA GUARDIA ES ACA?
estoy curada.... estoy curada!!!...
y que quede claro que lo que nos gusta es la fantasia del hombre super genio y maltratante... lo que no nos gusta es la forma terrible en la que se aparecen en la realidad. Por eso, la tele es la tele.
Yo nunca la vi a la serie, aunque por la descripción querría eso. Siempre.
Me encantaría por ejemplo tener una especie de admiradora tan tan admiradora que se convierta en mi esclava. Como Smiders pero en mujer y que admire mi inteligencia.
Podría ser Lisa Simpson, que me defendería a muerte y sería capaz hasta de pegarle a alguien por mi causa.
Yo, a ella (y sólo a ella), la trataría bien y le daría lecciones de vida y esas cosas porque siempre siempre sabría más aunque no me queda muy en claro qué cosa, porque mi profesión y Lisa Simpson no tienen mucho que ver.
hola
en mi opinion no esta mal gozar de la situacion de "admiracion" por parte de y/o los subordinados
con respecto a House, que bonito que es ese hombre!!
Ahora bien, creo que su adiccion no tiene que ver con su problema en la pierna, sino que es al reves (o al menos eso me dijo mi hermano que es un fanatico enfermo de Dr. House)
un ultimo comentario; que placer esa foto de THE CRITIC que hay en el otro post. Me acuerdo cuando lo veia en HBO (y que era gratis, no premium) se me pianta un lagrimon
un saludo,
Pitty, usted tiene Lupus!
Patricia, claro que es una fantasía, en la vida real House estaría muerto, preso o solo en el mundo (bueno , en la serie va por ese camino también...)
Señorita Cosmo, su fantasía roza con la truculencia, no puedo dejar de imaginarme cosas de lo más escabrosas. Qué bien!
Gabriela, bienvenida, y cierto...Qué bueno que era "The Critic"
Yo he visto la serie varias veces, y, realmente, me encanta.
De todas maneras, no coincido con el concepto de tener que ser genio para que a uno le perdonen todo.
Heredar cien millones de dólares te lo facilitan también.... ¿O no?
La Wonder, bienvenida (asumo que usted es de sexo femenino). La verdad no sé, no conozco a nadie que tenga cien millones de dólares, pero supongo que con esa fortuna uno puede comprar todo el respeto que quiera.
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