miércoles, 20 de julio de 2011

Inviernos eran los de antes

Oiga, joven, ¿qué le pasa? ¿Tanto frío tiene? Sáquese la bufanda de la boca, que no se le entiende nada cuando habla, caramba. Qué barbaridad, baja de veinte grados y ya se tiran encima todo el ropero. Esto no es frío, jovencito, esto no es nada. Inviernos eran los de antes.

Yo me acuerdo que salía de noche para ir al colegio, no, no iba a la nocturna, salía temprano porque vivía un poco lejos, y a la mañana era de noche, claro que no era así de noche todo el tiempo como en la Antártida, que me contó un sobrino mío que estuvo y que ahí es de noche todo el día, y después es de día toda la noche. Se vuelven un poco locos, digo yo, por eso se visten de anaranjado. Ah, no eso es para que los vean en la nieve, porque el anaranjado se ve en la nieve, y entonces a usted no lo confunden con, no sé, un oso polar. ¿Dónde vio un oso polar anaranjado, usted? Seamos serios, caramba. ¿Y por qué me habla de osos polares anaranjados, si yo le estoy contando que iba al colegio? Debe ser culpa del Twitter ese, que les pudre la cabeza.

Y entonces yo iba al colegio y estaba todo el pasto congelado y cuando lo pisaba hacía scritch - scritch, había escarcha en la vereda y había que ir con ojo por las patinadas, porque el hielo patina, ¿sabe?. No, cómo nos íbamos a poner patines de hielo, ¿dónde se cree que vivía, yo en Suiza?. Me acuerdo que mi mamá me lavó un día el guardapolvo, porque usábamos guardapolvo para ir al colegio, no como ahora que los chicos van al colegio vestidos que parecen huérfanos, no, nosotros usábamos guardapolvo, y corbata. Sí, corbata, yo tenía una con un elastiquito porque no sabía hacerme el nudo, y mis compañeros me tiraban de la corbata y la soltaban, eran unos salvajes mis compañeros. Pero el frío, ah, joven ahí sí que hacía frío. Y en el aula había una estufita y había que ser guapo para ganarse el lugar cerca de la estufita, vea. Y aprendimos a escribir con los guantes puestos, y acá estamos, no nos morimos ni nada.

¿Qué pasó con el guardapolvo? ¿Qué guardapolvo? Ah, sí, mi mamá me lo lavó y lo puso a secar en la soga, porque antes la ropa se secaba al aire libre, no teníamos secarropas y esas cosas que hay ahora, ¿sabe? Porque ahora hay secarropas, qué van a inventar después, y  mi nuera el otro día andaba desesperada porque no le andaba el secarropas y entonces  no sabía cómo secar la ropa. ¡Que la cuelgue de una soga, le dije!. Me puso esa cara de...esa cara...¡esa cara que está poniendo usted, joven, no crea que no me doy cuenta! Claro, ustedes creen que se las saben todas, por eso ponen esa cara, pero mírese, parece un esquimal y yo estoy lo más campante con mi camiseta y mi saquito de lana. Porque yo me acostumbré al frío, que inviernos eran los de antes.

No, ¿pero qué tiene que ver el guardapolvo? No uso guardapolvo, ¿qué me vio, cara de farmacéutico? Ah, cuando yo iba al colegio, sí, usaba. Y un día mi mamá lo lavó, lo puso a secar en la soga y después parece que se olvidó, porque antes las madres tenían muchas cosas que hacer, no como ahora que están dale que dale con el Twitter ese. Y bueno, a la mañana estaba ahí colgado y parecía una piedra. No, no parecía una piedra, las piedras no son blancas y no tienen bolsillos ni botones, pero parecía que estaba hecho de piedra. ¿Cómo que qué pasó? ¡Se congeló, el guardapolvo! Bueno, no me crea, si no quiere, pero pasó, y ese día tuve que ir al colegio con el guardapolvo del año anterior, que me quedaba un poco chico, así que anduve todo el día medio encorvado, que si sacaba pecho fabricaba algún tuerto a botonazo limpio.

¿Qué me mira, joven? Ah, eso que sobresale por la botamanga de mis pantalones. Bueno, es que me dejé puesto el pijama. ¡Qué quiere, con el frío que hace!.

32 comentarios:

Dany dijo...

Inviernos eran los de antes....y nosotros eramos los de antes. Un pelotazo en la cara en invierno tenía el efecto parecido a la de una rotura de blindex. Y bañarse era toda una aventura......igual que ahora.
Abrazo!

Juan Sebastián Olivieri dijo...

¿..y sabe qué hacíamos?, Poníamos una latita sobre la estufa, de esas...de las de conservas...pero con agua y unas hojas de eucalipto...para el resfrío ¿vio?
...porque los que llegábamos temprano prendíamos la estufita...

Julieta dijo...

Che, qué viejos que son todos!! jajaa..
Era lindo el olor a eucaliptus, se te destapaba la nariz..
Saludos

Anónimo dijo...

Buen post, aunque me hubiera encantado alhuna mencion a los calzones de lana de auqellos inviernos pasados jeje

@ragustingarcia

Yoni Bigud dijo...

Yo tengo unos calzones largos. De algodón son, mis calzones largos. Y ahora que no tengo nadie que me los lave no trate siquiera de pensar las condiciones en las que están. Porque los uso todos los días yo. A mis calzones largos.

Y qué quiere... con el frío que hace.

Un saludo.

Ochurus dijo...

Dos cosas voy a decir:

1) Me hizo acordar a cuando iba al colegio primario y me obligaban (yo oponía bastante resistencia)a usar pasamontañas. Ya no existen no? Nunca más los vi... y eso que soy muy muy muy joven yo.
(No!! De ninguna manera digo que usted sea viejo, no señor!Viejos son los trapos)

2)Señor Bigud: lavarropas automático. Significa que usted junta esa montaña de ropa que tiene repartida por toda su vivienda y la mete a la fuerza en el aparato,( si quiere la empuja con la escoba)y ella solita hace su trabajo.

un saludo

Capitan Manchas dijo...

Esto de vivir en otro hemisferio es un lio, me doy cuenta siempre que usted hace alguna referencia al clima. A ver si los gobiernos toman cartas en el asunto y unifican criterios.
Por cierto, se le echaba de menos.

niunkamas dijo...

Sin duda usted iba a algún colegio destituyente, yo nunca vi una estufa en 12 años!

Pablo dijo...

Y deja de lado el detalle más cruel: hasta por lo menos 2do grado ¡me mandaban con pantalones cortos! ¡¡¡Pantalones cortos!!! Porque sobre el clima uno no tiene dominio, pero agregarle además la exposición de rodillas a la intemperie es un acto criminal.

A ese problema las inclemencias del corbatín no les llega ni a las rodillas. Como mis pantalones escolares.

Sir Lothar Mambetta dijo...

La verdad es que frío-frío era el de antes. El de ahora es más cool.

Le mando un abrazo y unos cuantos grados que nos sobran por acá.

S.G dijo...

Yo hice la primaria en R.Gallegos. imagínese el frío. En ese entones habían estufas a carbón, eran de hierro y con forma octogonal y lógicamente se llamaban "octogonales". La portera entraba cada tanto a ponerle carbón o le daban la tarea al grandote sentado en el fondo.
Ya en el secundario nos mandábamos la piolada de recargar la estufa hasta que se ahogara para que nos sacaran del aula y así no tener clases. Cuando llegó la modernidad nos calentamos mejor pero nos aburrimos mas.
Gracias por el recuerdo y por la risa que me arrancó. Feliz dia del amigo

Mona Loca dijo...

Yo iba a la secundaria con el pijama abajo del lompa de gimnasia...
QUé quiere...no siempre fui una reina.

Y también llevaba guardapolvo porque iba a colegio del estado, pero sin corbata, porque era nena. Era un colegio sólo de nenas.
Una aberración.
Ve? algunas cosas son mejor ahora.

besos de una madre twittera.

Canoso dijo...

Yo debo tener su edad porque me acuerdo de la escarcha en el pasto y el scricht, scricht...
Y también me acuerdo que nos salían eritema pérneo (Sí, es poco chic decir "sabañones").
Vio que ahora a la gente no sufre más de esa afección?
Debe ser por el Twitter ese..

Betina Z dijo...

Como Ouchurus, yo también usaba pasamontañas. Y unas medias can can azul de lana (era la única que se ponía esas medias, las demás, muy campantes con las 3/4, un despropósito). Muchas veces escribí con los guantes puestos porque, por cierto, en aquellas crudelísimas mañanas invernales, la estufita de la inmensa aula de mi escuela pública era más un artefacto decorativo (o un placebo climático) que otra cosa.
Hacíamos "humito" con la boca y el frío se materializaba al instante en cortas volutas blancas.
La llegada al colegio y la primera hora de clase era de noche (pero era de día, usted me entiende).
Inviernos eran los de antes, sí.
Y usted es un sátrapa, que me hizo recordar (y emocionarme con) momentos de enorme felicidad sufridos en aquellos inviernos bajo cero, inviernos como Dios manda, no como estos fresquetes de morondanga.
Ah, cada tanto sigo poniendo eucaliptus en una cacerolita con agua arriba de la cocina. Funciona.

El enmascarado) dijo...

Bugman, Ud. es un joven al lado de mis recuerdos de invierno en Buenos Aires. Coincido en que había escarcha, pero no solo en el pasto sino en las veredas. El colegio no tenía estufas de ninguna clase y tenía techos de más de 5 ms. ¡El lunes parecía una heladera!

La temperatura iba aumentando a lo largo de la semana, no ventilaban mucho, por el calor humano de los más de 30 disfrazados con el sobretodo puesto y las bufandas enrolladas tapando la boca. Hasta los profes daban clase sin sacarse el sobretodo, pero, siguiendo los cánones de Pestalozzi, se bajaban la bufanda.

En mis tiempos, los pantalones largos solamente se usaban a partir del paso a la secundaria, a menos que uno fuera petiso porque entonces seguía con los cortos hasta que creciera un poco más.

Una gran diferencia con los actuales inviernos es que entonces yo no sentía frío en la cabeza porque tenía bastante pelo (en ella, la cabeza digo). En cambio, hace algunos años que he descubierto lo útiles que son los sombreros de fieltro, las gorras estilo inglés, las boinas, etc.

En plan de confidencias, ¿Ud. qué usa? En la cabeza, me refiero. ¿Gorras estilo british (no me lo imagino con una gorra naval), sombreros, boina vasca o Ud. es de esos privilegiados que no siente frío allá arriba?

Confieso que tengo una amplia variedad de cubrecabezas que utilizo frecuentemente, alternando en invierno como en verano, para hacer rabiar a mi mujer que no quiere estar casada con alguien que parece un viejo.
Sin embargo, no se divorcia ni aunque me ponga 14 sombreros distintos. Sospecho que me quiere.

Cordialmente

lonlilon dijo...

Ah, veranos eran los de antes, que hacía tanto calor que no se podía soportar y te tenías que estar abanicando todo el día...
¿qué, que me vista por el decoro y respeto hacia ustedes?
Perdonen pero yo soy naturista de toda la vida y no he venido aquí a que me cambien mis costumbres.

Un saludo!

ADENOZ dijo...

Grok estaba inmóvil, sentado junto a su cueva. El frío era opresivo.
Cuando Turmo lo vió así, la angustia se apoderó de él. Se acercó lentamente y al ver que su amigo no reaccionaba, dedujo que se había congelado. Entonces emitió un aullido de dolor.
Grok saltó medio metro del susto.
- Qué hacé, mamón?!! Me querés matar del cagazo?!!
- Lo siento...es que pensé... No estás congelado?
- No, bolú! Estaba pensando.
Turmo se tranquilizó. Y preguntó:
- Y en qué pensabas?
Grok se rascó la profusa barba y contestó:
- Te acordás de la última tormenta?
- Si, por?
- Viste la luz que bajó del cielo y que dió en el árbol?
- Si, seguro ¿Cómo no acordarse? También recuerdo las lenguas amarillas y rojas que se formaron.
- Exacto. Bueno, todos se fueron a esconder, pero yo me acerqué a las lenguas y, si no estabas muy cerca, se sentía como cuando el disco blanco del cielo nos da de lleno. Estaba bueno.
Turmo se masajeó los muslos, todavía sin entender.
- Ajá, si, ¿Y?
- Y te acordás cuando nos metimos en esa cueva siguiendo al jabalí? Cuando chocaste con la punta de tu lanza la pared.
- Si, salieron como hilitos blancos de luz.
- Eso.
- Y qué tiene que ver una cosa con la otra? -preguntó algo fastidioso Turmo.
- Bueno, estaba pensando que cuando cayó la luz del cielo hizo lo mismo: hilitos, pero más grandes. Y luego salieron las lenguas que hacían que no tuviera frío.
- No te sigo.
- Digo que, si golpeamos la punta de la lanza con la piedra de la cueva y hacemos que los hilitos caigan en un pedazo de árbol... Tal vez... Tal vez... podamos hacer nuestras propias lenguas.
Turmo miraba el piojo que tenía entre sus dedos, se lo comió y manifestó:
- Estuviste comiendo la hierba roja en lugar de la verde?
Grok lo ignoró con un ademán obsceno y siguió pensativo.

Luego de semanas de pruebas y errores, Grok lo logró. Había podido encender una pequeña fogata en su cueva, luego de varias quemaduras. Incluso, para contener el fuego, cavó una pequeña zanja alrededor de las brasas, la cual llenó con nieve, lo que permitió un mayor control. Su mujer, entre asombrada y práctica, le dijo:
- Viejo, con este invento tenés que hacer una buena moneda.
Y así lo hizo. Perfeccionó su método y lo bautizó “Firemaker I”.
Hizo fortuna y vivió con holgura por mucho tiempo. Hasta que fue responsabilizado por el incendio de una cueva, donde se quemaron unos cuantos. Se salvó de morir en la hoguera (vaya paradoja), pero el juicio que le iniciaron lo dejó en la miseria.
Murió alcanzado por un rayo cuando meditaba sobre las reformas a su método.

Fernando Galindo dijo...

Osos polares naranja no se, pero elefantes rosas si existen, me consta.
Escribir con los guantes puestos no es lo dificil, usar la calculadora es lo que se complica.
Piyama? hombre, no escucho hablar de los calzoncillos escopeta? uno se abriga y de paso va armado por las dudas.

ADENOZ: Una vez empecé a escribir un cuento sobre un tipo que se llamaba J. J. Chispas que había patentado la chispa. Imagínese que todo lo que tuviera una chispa le tendría que pagar derecho de uso. Entre los autos a combustión y los magiclick multichispas se fundiría uno.
El cuento no prosperó, el Sr. Chispas era muy buena persona. Todavía me acuerdo de jota jota conversando con alguien en su puesto de diarios y revistas sin importarle quien usara sus chispas.

Bugman dijo...

Dany, un recuerdo que tengo es el de sonreír y que luego los músculos bajaran despacito.

Juan Sebastián Oliveri, en mi caso, la estufita era un a de esas "pantallas infrarrojas" y estaba colgada de la pared, no se podía poner nada arriba, lo que nos perdimos.

Julieta, que no, que nosotros no teníamos eucaliptus...

@ragustingarcia no, esos no eran calzones de lana, eran una especie de calzas, o pantalones...y sí, me mandaban con eso a la escuela. Por suerte eran color azul marino, que si hubieran sido rojos (por ejemplo) me hubiera tenido que pelear a las trompadas en todos los recreos.

Señor Bigud, disculpeme lo terminante de la afirmación, pero los calzoncillos largos, a menos que usted viva en Alaska, son para los abuelitos.

Ouchurus, siempre me negué a los pasamontañas, se ve que hacía tremendos berrinches porque no me obligaron a ponérmelos (al menos no hay ninguna foto mía usando pasamontañas) ¿Eran con motivos alegres y coloridos sus pasamontañas?

Capitan Manchas, es un verdadero escándalo, tiene usted toda la razón. A ver si con esto del cambio climático aprovechan y hacen algo.
(Gracias por decir que me extrañaba, ha sido el único, lo tendré muy en cuenta).

Niunkamas, era un colegio del estado, no creo que fuera destituyente.

Señor Pablo, espero que al menos lo proveyeran de medias largas, no zoquetes. Yo heredaba la ropa de mi hermano mayor, así que probablemente tuviera pantalones demasiado largos.

Sir Lothar, gracias, yo con unos 5, 6 grados me conformo, para mí el clima ideal es de 20 grados y 33.7564 % de humedad.

S.G. uf, usted sí que puede hablar de frío, caramba. Y viento, qué viento que hay por allá. Vuelan las piedras, me dijeron.
Un abrazo.

Mona Loca, espero que sus clientes nunca se enteren de lo que acaba de confesar, le van a perder el respeto. (Jeje, hola Twitter, no sabe lo que tengo para contarle)

Señor Carugo, siempre asocié los sabañones a gente de avanzada edad. Todavía no me ha salida ninguno, así que concluyo que estoy hecho un jovencito. O uso medias gruesas.

Betina Z, todo pero todo lo que usted relata lo he vivido (bueno, las medias cancan no, me parece) ¿Será cierto que éramos tan insolentemente felices, o tenemos mala memoria?

Enmmascarado, yo he pasado por varios colegio, y salvo mis dos años en Lima, Perú, donde el clima es más benigno, una constante en mis recuerdos es el frío insobornable. Pero sobrevivimos lo más bien, caramba.
En cuanto a la protección de la yerma superficie de mi cabeza, debo decirle que me he negado durante mucho tiempo a usar sombrero alguno, pero últimamente se me ha dado por ponerme un gorro que compre en Cambridge, con el logo del equipo de remeros de esa Universidad. Es con visera, de un paño naval que abriga bastante. Salvo cuando juego al golf o debo protegerme del sol, es lo único que uso, por ahora. Mi mujer insiste en comprarme gorros de lana que duermen el sueño de los justos en algún cajón olvidado.
Un abrazo, caballero.

Bugman dijo...

lonlilon, bueno, otro que está en el hemisferio equivocado. ¡Hace frío!
¡Frío, me entiende!
No hay caso, esto de la globalización no funciona.

Adenoz, creo que un antiguo socio de Grok se hizo inmensamente rico (unas doscientas vejigas de mamut, dicen que llegó a acumular) cuando inventó el "coso cuadrado con las puntas muy redondeadas" que por una
argucia legal luego fue patentada por un pícaro como "rueda".

Hacha, vea, nosotros no usábamos calculadora en el colegio. No es que no existieran, pero eran tan voluminosas que había que llevarlas en camiones, y eran tan caras que solamente unos pocos gobiernos y algún jeque árabe tenían una.

A.R.N. dijo...

y que quiere? lo invitaría a pasar una temporadita en el desierto... bajo la palmera hace fresco.

El Profe dijo...

jajaja ¡Me encanta el "viejito cascarrabias mode"! pero es cierto...todo tiempo pasado fue mejor.

Un abrazo.

Zeithgeist dijo...

ay dios!! En serio boludo! la escarchaaaaa, era impresionante el chiflete.
Te acordas de los tipo gusano esos rellenos con arena q ponian en la puerta para parar el chiflete? mah que burlete autoadhesivo! manga de maricones...

depre forever dijo...

Bug, en el conurbano bonaerense no había estufas en la escuela pública, y los fresquetes de antes, como bien Ud dice, no eran como los de ahora, una simple fresca, un digamos, futbolísticamente vulgar pecho frío.

choripanboy dijo...

PAREN LOS COMENT!!!

Lord,respecto al bolonki de Oslom me imagino que ,bueno,estee,como l e digo,hay alguna forma de,bueno,sabémo que Usté,nooo,no es que piense,pero ,
mejor sesconde por un rato,mire que los noruegos...
En fín,vió que frío que hace..?

choripanboy dijo...

Lord,sorry,ahora hay otras noticias,
creí que era una escaramuza lo de Oslo,merde,una masacre,cuando aprenderemos que lo más importante es la vida,no la idiología...

ADENOZ dijo...

Chori:
Shhh.

Bugman dijo...

A.R.N. , ¿pero a la noche no hace frío en el desierto?

Profe, cómo anda tanto tiempo (a mí también me gusta este personaje).

Zeithgeist, ah, no, con los gusanos llenos de arena me mató. Eso sí que no lo conocí.

depre forever, pero si yo iba a escuela pública, y del conurbano...bueno, más o menos, de la zona norte del conurbano.

Chori, increíble lo de Noruega. Muy triste.

Damaduende dijo...

El director del colegio al que yo iba no nos dejaba usar medias largas azules abajo de la pollera escocesa porque decía que parecíamos hurefanitos... Siete de la mañana, en la parada del colectivo, temperaturas bajo cero y uno con las rodillas al aire - como dijo Don Pablo un poco mas arriba. No sé si inviernos eran los de antes, pero que los padres de antes eran distintos, seguro.
Hoy, si la dejo salir a mi niña a la calle con una pollera en invierno, tengo conocidos que arman un escándalo que uno creería que la chica se va a morir de una pulmonía porque se le enfrió una gamba...

Patagónik dijo...

Cuando yo era chica nos mandaban a desfilar el 9 de julio. Ahí estábamos mi hermanita y yo paradas a las 7 y media de la matina, y como íbamos a un colegio religioso, nos obligaban a usar un jumper gris, medias de nylon azules 3/4, zapatos con presilla, camisa blanca, corbata roja y blazer azul por todo abrigo. Mi mamá nos ponía unos chocolates en los bolsillos para que pudiéramos sobrevivir. Un año a mi papá se le ocurrió inventar un desayuno que nos permitiera soportar el frío, así fue que nos hizo unos huevos fritos con chuletas (si... a las 7 de la mañana comimos eso). A nosotras no nos hizo nada, pero a mi papá le agarró tal ataque de hígado que nunca más sugirió repetir la experiencia. Gracias por traer tan lindos recuerdos de mi infancia!

El Señor F. dijo...

Ah, pero cuando yo era chico nevó en Buenos Aires.

A que usted no puede decir eso, ehe?

Ehe??


Yo no tuve calefacción en la escuela hasta llegar al secundario, y hasta entonces nos arreglábamos cerrando las ventanas y puertas y apostando al "calor humano".

No, no sea degenerado, quiere, que le digo que estaba en la primaria. Ya sé que cada vez vienen más arruinados, pero en mi época todavía eramos un poco giles.

Anónimo dijo...

Adoro los inviernos por los calzones de lana. Siempre los usé, rojos, hasta el medio muslo, el frio no se sentia, solo el calor de la lana. Hasta hoy los uso, ya maduro, pero sin pasar frio.

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