sábado, 11 de agosto de 2007

A pecar que chocan los planetas




El distinguido lector, blogger y comentarista Garfio me envió un meme hace unos cuantos eones. Se trata de dar un interpretación personal de los siete pecados capitales. Con su permiso, me voy a saltear la parte de las reglas, la invitación a otros para que lo hagan y todo eso, y voy a ir directamente al punto.







La ira

Podríamos definirla como un exceso de enojo. Que está muy bien pegar un puñetazo en la mesa de vez en cuando, pero no cuadra incendiar un cine con todos los espectadores adentro porque no nos gustó la película. Sobre todo después de ahorcar con las tripas del que hacía comentarios en voz alta al que masticaba ruidosamente su pop corn. Un minuto antes de cortarle la cabeza con un machete mellado al cabezón que se sentó delante nuestro. Creo que la idea se entiende.
Ahora bien, ¿es placentera la ira?.
Tal vez sí, si es un tanto satisfactorio cantarle cuatro verdades a un zopenco, puede que la desenfrenada orgía destructiva provoque una descarga parecida al sexo. Pero claro, después vaya uno a explicarle al Juez.
No me parece un pecado muy recomendable si uno quiere ganar amigos, y si bien desconfío de las personas que presentan una mansedumbre bovina ante cualquier afrenta, la violencia resulta casi siempre una actitud vulgar.
En resumen, un pecado poco elegante y problemático para practicar con regularidad.


La lujuria

En su propia definición significa exceso, según la RAE. Se suele definir también como un apetito desordenado por el sexo, sin que yo me entere qué demonios sería un apetito ordenado (tal vez se refiera al que dobla prolijamente sus ropas antes de dedicarse a los actos venéreos).
Es indudable que el sexo es placentero, de otra manera nos habríamos extingido hace millones de años. Pero ¿es placentero el practicar el sexo a montones, a todo trapo, desenfrenadamente, sin límites? (no, en serio les pregunto, yo no tengo idea, nunca tuve oportunidad de hacer algo así).
Diría yo que la clave de este pecado está en el consentimiento. Si usted tiene una pareja o un grupo de amigos terriblemente cachondos y le dan duro y parejo al asunto sin molestar a nadie, quién soy yo para criticarlos. Pero si su incontinencia lo lleva a forzar la entrada de las partes menos atractivas de su anatomía dentro de personas (o animales, o electrodomésticos, o muebles, usted sabrá) que no están muy de acuerdo con sus ímpetus, ya la cosa se vuelve desagradable. Y probablemente el Código Penal tenga algo que decir de su conducta.


La gula

Me aparece como especialmente repugnante convertir el epicúreo arte del buen comer en una grotesca ingesta de cualquier cosa que sea pasible de ser procesada por el aparato digestivo.
Porque el que se entrega a la gula no discrimina, y es capaz de atiborrarse de hamburguesas con la misma determinación con que ataca un faisán.
Otro pecado carente de sofisticación, vamos.
No me parece, por otra parte, que sea muy placentero. Comer a lo bestia suele dejar al cuerpo, fuente de todo disfrute sensual, en condiciones menos que óptimas para cualquier actividad. Imagínese a un lujurioso que además se acaba de comer un ciervo con cuernos y todo. Un papelón.


La envidia

Un pecado completamente ineficaz, en el sentido en que es realmente improbable encontrar placer alguno en él. El envidioso no desea lo que tiene el otro, no hace nada para obtenerlo, solamente quiere que el objeto de sus desvelos pierda lo que lo hace superior a sus ojos amarillentos (me imagino que un envidioso tiene los ojos amarillentos). Pero resulta que, salvo raras excepciones, el envidiado sigue manteniendo sus posesiones (riqueza, belleza, inteligencia o lo que fuere) ante la deseperación del desgraciado pecador. Y, si por azar las perdiera, no se haría efectiva ninguna transferencia automática hacia el miserable.
El que envidia se consume y se revuelca en su patético remedo de existencia, sin lograr nada. Sufre inútilmente. Un asco de pecado, vea.


La avaricia

El avaro desea obtener riquezas sólo para atesorarlas. No para disfrutarlas, no para compartirlas, ni siquiera para poder presumir de ellas. Teme perder lo que ha acumulado, se viste con harapos , se niega a todas las posibilidades que la opulencia ofrece.
En definitiva, para satisfacer sus deseos, se sustrae del placer. ¿Hace falta decir que este es otro pecado completamente inadecuado?


La soberbia

Esta prima idiota del orgullo y pariente cosanguínea de la vanidad resulta decididamente antipática. El soberbio desprecia sin detenerse a aquilatar los méritos ajenos. Me apresuro a exponer que la idea romántica de creer que todos somos iguales es a mi parecer falsa. Sí sostengo la necesidad de la igualdad de oportunidades, y de que la ley se nos aplique sin distinciones. Pero creo que en verdad hay personas mejores que otras al menos si las comparamos atributo por atributo (Jorge Luis Borges me aplasta como a un insecto escribiendo, pero apuesto a que yo le ganaba al golf. Considerando que perdió la vista).
Pero el soberbio no se detiene en comparaciones relativas, intenta convencer de su superioridad en todas las cosas con el secreto propósito de convencerse él mismo. Es un enano intentando tener la estatura de un basquetbolista de la NBA mediante el procedimiento de proclamarlo a los gritos.
¿Obtendrá placer el soberbio en este risible proceder? No sabría decirle. Tal vez sí, si es que puede incorporar su idea de sí mismo a su personalidad de un manera tan íntima que no pueda reconocer la diferencia entre lo que es y lo que piensa que es.
De todas formas, trate de evitar este pecado. Puede convertirse en el hazmerreír del barrio. Y nunca falta un tipo que sea mejor que usted pero en serio y lo ponga en su lugar aunque sea de un castañazo.


La pereza

Como lo explica exquisitamente la Srta. Nyx, no se trata aquí de no tener ganas de salir a cortar el pasto y preferir imitar a un vegetal ante la contemplación pasiva de los rayos catódicos, sino de un regodeo en la tristeza. Tristeza no producida por alguna desgracia, tristeza por la tristeza misma. No debe confundirse con la gravedad, con la actitud sosegada del que se niega a la alegría del papanatas. La tristeza así concebida es pozoñosa, malsana, estéril.
Tal vez fuera de la definición formal y más cerca de la idea de pereza que equivocadamente suele aparecernos a priori, yo entiendo que la pereza mental también es una actitud que debería tener mala prensa. El negarse a pensar, a ejercer la maravilla del intelecto es un desperdicio de parte de lo mejor que tenemos. Es, o debería ser, un pecado.


Buenas noches.


Imagen: Los Siete Pecados Capitales, El Bosco (1475-80)

40 comentarios:

JuanMa dijo...

Sr. Bugman, gracias por particpar. Mire que llevo leyéndole ya un tiempo y este es uno de los mejores artículos que le he leído.

TheJab dijo...

Mire que yo llevo poco tiempo leyéndole y me ha sorprendido lo serio que se ha puesto. Creí que nunca lo haría.

EL ANALISTA AFICIONADO dijo...

Mi estimado Bugman,

Como siempre..brillante el post.

Salvo dos de ellos, he de decir que practico esos pecados...algunos habituales y otros ocasionales ¿no cree?

Esa sensación de placer, de bienestar que producen.....

Saludos.

Anónimo dijo...

Después de leerlo he decidido dedicarme al ascetismo y dejar mi pecaminosa vida.
Moria Casán se ofendería de mi vulgaridad.

Anónimo dijo...

O sea que segun vos, ninguno vale la pena y vos usualmente no te dejas tentar por ninguno????


(?!!)

Ponja

Anónimo dijo...

Los pecados capitales, en su versión secular son vicios morales, pero en su versión psicológica, son sentimientos autodestructivos.
Propongo, para su comprensión, oponerle una devaluada virtud: la compasión.
La compasión nos permite por ejemplo, ayudar al perezoso, entendiendo que su tristeza tiene un orígen, que no es caprichosa, que no tuvo tal vez, iguales oportunidades que el virtuoso.
Pero a la virtud no se llega por una serie de ejercicios, rechazo la idea de educación conductual, me resisto a ser tratado como el perro de Pavlov, la virtud requiere condiciones fundacionales y un cultivo, una guía permanente.
Oí de una novela, “Las siete Columnas”, en la que el diablo retira los pecados de la tierra y la humanidad decae hasta terminar arrastrándose en el abandono, seguramente el héroe deberá lograr que sean repuestos ya que se trata de una comedia.
Pero a uno, a mi entender, habría que lograr extirparlo; se trata de la envidia, que nubla el pensamiento, acaba con la generosidad y acaba marchitando el corazón.
De los siete, es el único que no tiene nada divertido.

Anónimo dijo...

Pero que soberbio lo mío!
Omití decir Hola y adiós.
Saludos, Bugman, lo suyo es ya un sacerdocio.

Anónimo dijo...

Último, perdon por ocupar tanto espacio...entiendo que Bugaman sabe que éste mensajero surgió del capullo del gusano Saavedra, es justo que quienes lean también lo sepan. Listo para volar. Saludos.

Anónimo dijo...

Bien, creo que para vivir una vida plena es necesario realizar por lo menos una vez en la vida alguno de esto pecados, son experiencias interesantes que vale la pena vivir.
Otros realmente son una porquería que solo sirven para mostrar lo peor del género humano.

Claude dijo...

Mr. Bugman, un análisis muy sensato y equilibrado. Será contradictorio de mi parte, pero coincido con mi pensamiento y disiento con mi comportamiento (salvo en el caso de la gula, la envidia y la avaricia).

esteban lob dijo...

En un afán laudable por superar la envidia, reconozco que la descripción es estupenda.

MissRoxyMusic dijo...

Excelente Bugman!!
No creo poder escribir algo igual algun día, así que viviré en pecado jajaja
Besos!

T-Max dijo...

Mr. B.- Raramente, coincido nuevamente con sus palabras (seremos la misma persona en dos cuerpos diferentes?) A decir verdad, y haciendo un esfuerzo importante para recordar lo más fiel y objetivamente mi actuar, reconozco que he sufrido de ira en algún momento de mi vida (afortunadamente he logrado eliminar ese rasgo indeseable...) y, como todo argentino, de sobrebia (cosa con la cual sigo luchando). Los otros, aunque algunos me tientan un poco (no debe de estar del todo mal un poco de lujuria o poder quedarse hechado un par de días haciendo nada) no los he vivido en carne propia...
Y ahora a descansar un poco la cabeza de este esfuerzo gigantesco que fue pensar y escribir...
Trate de que el próximo post no me haga pensar tanto =P
Le dejo un abrazo para cuando lo necesite...

Emeefe dijo...

Por fin entiendo esto de los pecados...
Bugman, usted debería ser contratado por el papa para escribirle las encíclicas!
Ya no tengo ganas de pecar!
Aleluya!

Bugman dijo...

Garfio, gracias a usted por la invitación, y por el elogio. No será para tanto.

Thejab, gracias, disculpe, no volverá a suceder. (tampoco me puse taaaaan serio).

Analista, que bueno que volvió, ya le repuse su link. Mire, yo creo que todos practicamos alguna forma de esos pecados, pero en su versión morigerada, donde sí pueden ser placenteros. El exceso es lo que los vuelve groseros.

Tarumba, no tire toda una vida dedicada al pecado por una pavada, reflexione, no exagere, Moria Casán seguro que es más tolerante de lo que sospechamos.

Ponja, lo que yo no avalo es el exceso. Que es lo que define a casi todos estos asuntos. De ninguna manera me postulo como un émulo de la Madre Teresa de Calcuta pero sin pijama. Seguramente soy culpable de algunas de estas cosas, ya sea por acción u omisión.

Mensajero, ex Saavedra (gracias por aclararlo), cada pecado tiene su virtud opuesta y complementaria. La ira tendra a la templanza, la lujuria a la castidad, la soberbia a la humildad, y así.
Discrepo, eso sí, con su visión del perezoso, ya que si su tristeza tiene un origen no es pereza.
Algunas veces también desconfío del virtuoso al que la virtud le llegó sin una voluntaria renuncia, porque se me hace que le tocó la suerte como a un tahúr afortunado.
El planteo de la novela es interesante, es posible que algunas de las tendencias negativas del ser hmano sean a su vez motores.
Le mando un gran saludo.

Pasquín, no caer aunque sea una vez en algunos de estos pecados es propio únicamente de santos. Incluso no estoy del todo seguro de ello.

Claude, si tiene oportunidad de practicar la lujuria, pero bien practicada, invite. (gula, envidia y avaricia, yo también paso. Y si puedo de la soberbia también, pero me cuesta a veces)

Esteban, gracias, la verdad es que no lo imagino envidioso.

Roxy, Roxy, mire...si va a andar pecando, le recomiendo la lujuria, que debe ser de lejos el más divertido. Y por supuesto, ¡invite!
:)

T-max, la lujuria tiene en general buena prensa, pero la verdad es que se habla mucho más de lo que se practica. Igual creo que no debe haber tal cosa como "un poco de lujuria", en ese caso sería un cachondeo, que está muy bien.
Le mando otro abrazo, gracias.

Emeefe, ¡hosanna, hosanna, otro hermano que ha visto la luz!
Ahora explíqueme cómo va a hacer para no aburrirse.

Anónimo dijo...

He tratado de resumir mi comentario varias veces ya, pero mi capacidad de síntesis me ha abandonado. (Tendría que hacer el mismo post para dar mi punto de vista)
Simplemente agregaré lo siguiente: excelente post, catalogar de 'poco elegante' a un pecado capital ha sido sublime.
Un abrazo!

@PaloMedrano dijo...

De puro perezoso me he quedado afuera de su (ya clásica) contestación global de comentarios, y sinceramente envidio a los bloggers que me precedieron en el comentarismo. Sin embargo, no tema: por el momento no tengo intenciones de forzar la introducción de ninguna parte de mi anatomía en sus cuerpos, máxime cuando ninguna fémina se ha dignado opinar en este caso, lo cual me enoja, y mucho.

Nota del Comentarista: Pensaba extender estas lineas a los 7 pecados eximiamente descriptos por Ud., Sr. Bugman, pero siendo las 23:17 del día domingo, la agilidad de mis neuronas se encuentra seriamente comprometida, y no creo que puedan producir algo decoroso. Reconozco que esta salida implica también un facilismo de mi parte, pero bueno, luego del ajetreado dia del niño (x3) que me ha tocado vivir, realmente no estoy para grandes cosas...

Último momento: La del medio acaba de despetarse y exige a llanto pelado que le ponga el DVD de "La Casa de Barney"... no cederé!

Epílogo: Escribo esta línea final mientras disfruto la melodía de la "Dino-danza", y no es una sola la televidente, sino dos! (el efecto contagio, que le dicen...).

Volqué, ¿no?

Stella dijo...

Mi ataque de ira preferido, es putear a los taxistas y colectiveros mientras manejo!! Obviamente lo hago con la ventanilla cerrada...jajaa recobarde lo mio, lo reconozco!!!

T-Max dijo...

Como no encuentro la forma de editar un comentario, pongo otro:
Me tomé el atrevimiento de linkearlo. Espero no sea de su desagrado encontrar su nombre en mi humilde espacio... Y para que no se sienta solo, también linkie (?) al Sr. Gustav.
PD: solo espero haberlo hecho bien... porque con el día que tengo...

El Señor de las Anecdotas (pero sin elfos) dijo...

mi querido bugman. y de paso a mi querido garfio que tambien me invito a lo mismo pero aun no le di el gusto. como decia mi abuela:
- No hay pecado que por bien no venga!!!

o no es asi??? bueno, no puedo preguntarle porque esta un poco flaca y ya no me habla.

Saludos estimado pelado que hace tiempo que no lo leia y siempre causa placer

Patricia Villanueva dijo...

"El negarse a pensar, a ejercer la maravilla del intelecto es un desperdicio de parte de lo mejor que tenemos. Es, o debería ser, un pecado."-.... y OLÉ!!!!!!!

no me queda nada más que decir salvo que.... hay momentos en los que uno roza a la lujuria sin entregarse a ella del todo, que bien valen la pena...digo...no?

Pola dijo...

Sin mucho que agregar, pero para dejar una constanza de que pasé por acá, agrego que estoy de acuerdo con lo que dice en la soberbia. No todos somos iguales.
Sin embargo, es una idea que aprendí a no divulgar sin haber sido tocado del tema después de exponer mi punto de vista en una clase sobre derechos humanos en la primaria.

Bugman dijo...

Morochia, muchas gracias, y por supuesto que está invitada a escribir su porpia interpretación, que de eso se trataba la cosa.

Juan de los Palotes, pero entró en la segunda tanda, tampoco está tan mal.
Está usted ampliamente disculpado, los pequeños tiranuelos le absorben a uno la energía vital. Pero....Barney...¿Barney? Usted no sabe cómo detesto a ese engendro púrpura..."Te detesto yo...y tú a mí..."

Stella, insultar taxistas y colectiveros no es ira, es justicia.

T-max, cómo me voy a ofender, gracias.

¡Cacho! ¡Cómo le va! Su versión de estas cuestiones debe ser muuuuy interesante...

Patricia, gracias. Pero claro que rozar la lujuria es imperdible. ¡A rozar que se acaba el mundo!

Pola, no sabe cómo lo entiendo. En estas épocas atreverse a decir ciertas cosas es la manera más sencilla de ganarse una etiqueta gratuita. No me haga hablar, por favor...no me haga hablar que me vigilan...

J dijo...

yo creo que describe usted los pecados demasiado recalcados, es decir, siento que es extremista; obviamente si uno no lleva autocontrol se puede llegar a esos limites; pero esos pecados siempre comienzan siendo pequeños, comienza comiendote ese pedazo de pastel demás apesar de haber quedado panzón de la comilona. Será eso considerado 1/2 pecado???

Marina dijo...

Llego tarde. Algunos pensarán que fue por pereza, pero no. Tenía la PC rota.
El viernes, en un ataque de gula, preparé un sandwich de jamón y queso con un buen vaso de gaseosa y me senté a pasar unas planillas. Mientras le ponía mayonesa sin asco, pensaba en las calorías que estaba a punto de ingerir, y recordé con envidia a las modelos que se ufanan diciendo: como de todo y no engordo.
En eso pasa mi hijo mayor y me dice que no tome nada, porque se me podía mejar el teclado y chau (frase que yo le repito a dario). Pensé con soberbia: Mirá que se me va a caer el vaso a mi, já. Y ¿adiviná? Se me cayó.
Llamo desesperada al técnico (un bomboncito que despertó toda mi lujuria). Miró la PC y me dice: Voy a tardar 4 días. ¡Te podrás imaginar mi ira! 4 días por un poquito de agua.
Y cuando me pasó el presupuesto, le regatee avaramente hasta el último centavo.

Bueno, che. Nadie es perfecto.

Fabiana Bump dijo...

Detalle de cómo se reparte las coimas el matrimonio que gobierna Argentina en:

http://coscorrones.blogspot.com/2007/08/as-se-reparten-las-coimas.html

@PaloMedrano dijo...

Conclusión: No peque más, Sr. Bugman.

(y no olvide que lo vigila la implacable OJOTA...)

La srita. Nyx dijo...

Excelente exposición, Bugman! Concuerdo con usted en aquello de la "pereza mental", es un despropósito tan grande que me produce muchísima bronca (lo que no sería raro desde que tengo mi anclaje en la Ira, aunque todavía no haya desarrollado ese opúsculo).

A mí se me ha acusado mucho de soberbia, usted lo sabrá. Pero esto es porque mis críticos no aplicaron bien el término. Yo hago alarde (y defensa iracunda) de las cosas que elijo y de las personas que conozco o admiro, más que de mis propias chucherías que son bastante nulas. Lo expresaré mejor cuando tenga tiemp de redactarlo.

Ahhh, también le doy a la Gula, pero de alma! Si no fuera porque me preocupa mi apariencia y mi salud, me comería el Universo. no le digo un pan con manteca y azúcar (que es de gordo chancho), pero hay tantas cosas ricas...

Ahhh... cosassss ricassss...

Donbeto dijo...

En esta visita descubrí, envidiado Bugman, que mi pereza de tres semanas es recompensada ofreciendo a mi gula semántica un banquete patagruélico de escritos variopintos.
Experimenté irascibilidad incontenible al enterarme de que ha sido usted objeto de espionaje por parte de unos ojetes -o algo así-.
Impulsiva e inopinadamente, mi organismo intentó controlar la rabia ciega a través de erotizarme lujuriosaamente sobre un sillón Reina Ana (lo preferí al Luis XV para no sentirme tan cercano a Harald). El resultado fué espectacular: una porción de mi anatomía se dilató hasta 8 veces más que su diámetro normal.
(Por supuesto hablo de mi pupila derecha...la izquierda no reacciona porque es postiza)
En verdad, y también para completar este despliegue de 7 bajezas capitales le digo, apreciado Bugman, que avaricosamente atesoraré su orientación para poner orden en mi soberbio espacio.
Le saludo

Stella dijo...

Hoy me pasa que tengo pereza mental y física, envidio enormemente a los que viven en el Caribe, me agarraría el sol para mi sola porque me lo merezco ya que soy la mejor!! Y a la lujuria te la debo, hoy me duele la cabeza!!

Bugman dijo...

Jazmín, justamente, creo que en el exceso está el pecado. En su justa medida, salvo la envidia, que es una porquería por donde se la mire, se puede hacer que esta vida sea un tanto más placentera teniendo alguno que otro recreo.

Mariela, es usted una pecadora (no, qué va, es usted un ser humano, nada más). Ahora que, lo del técnico...¿no le salía más barato y era más rápido comprarse otro teclado?

Juan de los Palotes, dicho y hecho. Bastó que el amigo Pola escribiera "derechos humanos" para que los muchachos de la OJOTA se me tiraran de cabeza. Qué profesión ingrata, digo yo. (A ver, vamos a tentarlos de nuevo...¡Cristina!)

Srta. Nyx, muchas gracias. No me dio el alma para hacer un análisis tan detallado como el que nos está ofreciendo usted. Siga pecando tranquila, no se preocupe. El Averno ya lo tenemos ganado (y siempre queda el arrepentimiento, tecnicismo legal que debe enfurecer al mismísimo Mandinga).

Donbeto, al leer su estupendo comentario, solo me queda decir que si bien va a derechito para abajo, seguramente tendrá reservados los más exquisitos tormentos, aquellos destinados a los pecadores de raza.

Stella, venía bien hasta que puso la tan trillada excusa. Vamos, tómese una aspirina y relájese.

Anónimo dijo...

La idea del teclado se cruzó por mi mente, pero la desgraciada (nombre con el que rebauticé a mi PC) hizo un "corto" o algo similar y se desconfiguró. Hubo que formatearla y volverle a cargar windows. Perdón mi falta de exactitud técnica. Soy buena para el regateo, pero para la informática, cero.

EL ANALISTA AFICIONADO dijo...

Mi estimado Bugman,

Hoy me acordé de usted. Ayer pequé con la gula y hoy me quiero morir.....

Saludos....

BabyFashion dijo...

Hooola gordiiissss
Yo cero grasa gordis, asi que no cuenten conmigo para la gula!!!
Y te dejo porque me voy corriendo al gym!!
Besinguissss muaaaaaaa

Unknown dijo...

Qué de tiempo sin bloguear un rato! jejeje

Brillante la descripción de la soberbia, querido Bugman!

Un besote!

Anónimo dijo...

BuguertOOOOOO! Una semana sin posts.
Se encarinio con la pereza?

(!)

Ponja

Bugman dijo...

Mariela, nunca crea en un técnico informático. Se lo digo yo, que me gano la vida haciendo software.

Babyfashion, rebienvenida, gordi.

Analista, eh...¿Alka-seltzer?

Angie, còmo anda, tanto tiempo. Gracias.

Ponja, es cierto, he estado muy ocupado, trataré de pensar algo más tarde.

Anónimo dijo...

¡Que divertido esto de entrar tarde! porque se puede leer cosas muy, muy interesantes también en los comentarios. Aporto sólo para "interesados no oportunos" (como yo)
1º) El análisis de bugman es ¡insuperable! y muy apropiado.
2º) En consecuencia, resta decir para los que se confiesan "pecadores" en este sentido, que más que "buscar el cometer" esos pecados, uno "cae" en ellos en alguna terrible oportunidad. Sí, el ingenuo que dice pecar de lujuria, por ejemplo, seguro quisiera ser una especie de fauno o sátiro mitológico, pero el cuero no le da. Y así por el estilo, quien piensa que es capaz de "ira destructiva" (talvez con la esperanza de atemorizar a alguien) lo más probable es que se despache con unos vergonzosos berrinches,etcétera,etcétera.
3º) Parece entonces que la soberbia es el único y fundamental pecado "patrimonio nacional" que nos pone en esa patética posición de proclamar: ¡Que pecadores somos!
Tal como encontramos en lo expresado por Bugman.

El vulcano dijo...

Me ha fascinado su exposición, de verás, y como siempre, con ese sentido del humor tan particular. Un saludo.

Bugman dijo...

Profe, interesante exposición. ¿Habrá algo más risible que un pecador al que no le da el cuero?
Y coincido en que la soberbia cunde por estas pampas, pero no me haga hablar...

Vulcano, gracias, otro saludo.

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