martes, 21 de agosto de 2007

Grandes Olvidados (II) : El Gran Circo Grand. Capítulo 6

Cuando se me ocurrió empezar a contar la historia de los hermanos Grandichenko, no tenía idea de que se iba a convertir en una especie de novela por entregas. La dilatada extensión del relato no es hija del entusiasmo y la arrebatadora influencia de la creación literaria sino más bien de la ineptitud del autor, en apariencia poco dotado para la síntesis. Debo confesar que estos descastados me tienen a mal traer. Pero no me gusta dejar las cosas a medio terminar, así que continuemos. Para quien quiera saber de qué venía la cosa, esto es lo publicado hasta el presente:

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5

Y seguimos:

Dimitri y Feodor se quedaron de una pieza al notar la presencia del indiscutiblemente noble personaje que los saludaba en su lengua materna. Desconfiados, permanecieron sin decir palabra, cosa que a Feodor no le suponía mayor esfuerzo.
Iván Nicolaievich les hizo varias preguntas (¿Cómo se encontraban? ¿De dónde provenían? ¿Cómo habían llegado ahí? ¿Por qué estaban encerrados en una jaula?¿Por qué estaban vestidos con pieles de oso?), pero los hermanos seguían encerrados en un mutismo obstinado.

Entonces Iván cambió de estrategia y comenzó a cantar una canción popular rusa particularmente melancólica, cuya letra hablaba de campesinos, de trabajos, de atardeceres y de nieve, y eso terminó por desarmar a los patateros. Con lágrimas en los ojos se unieron en las estrofas finales y luego de eso Dimitri comenzó a parlotear intensamente con el caballero, mientras Feodor asentía y profería sonidos guturales de vez en cuando.

Así, Iván, contando con la información privilegiada que le proporcionaban sus corresponsales en la Unión Soviética, le contó a los hermanos que la guerra ya había fnalizado para ellos, que su querida Pinerovia había sido ocupada y abandonada sucesivamente por tropas alemanas, francesas, norteamericanas y hasta por un batallón brasilero que había extraviado el rumbo cambiando en el proceso varias veces su nombre, desde Hrausfurtermikenpatatenliksendensaukrauten ("Maldito Páramo Helado Donde Sólo Hay Patatas Que a Decir Verdad Están Bastante Buenas Para Acompañar el Saukraut") hasta O Patato Mais Grande do Mundo, pasando por Pommes du Terre Maison y American Potatos for Victory. Iván no estaba seguro de cuál era la situación de Pinerovia en ese momento, pero una cosa era segura, los hermanos podían considerarse huérfanos de patria.

Estas noticias sumieron a los hermanos Grandichenko en una profunda melancolía. Iván ya había reunido suficiente información como para saber lo que debía hacer a continuación, y decidió dejarlos solos un rato, mientras iba a encarar a Bartolini.

Bartolini se encontraba en el maloliente carromato que utilizaba como oficina, comedor y dormitorio. Estaba de buen humor: la inesperada performance de los patateros había hecho enloquecer al público de una manera que hacía años que no veía. Años de decadencia, lenta pero inexorable. Pero ahora, si podía sacarle provecho a los rusos, tal vez las cosas mejorarían, tal vez volverían las ganacias, tal vez...

La cavilaciones del empresario se interrumpieron cuando el hombre de fino porte lo saludó con impecable cortesía y un acento extraño. Lo observó con el ojo entrenado del inescrupuloso: ese tipo tenía un cartel en la frente que decía DINERO.
Bertolini contestó el saludo con exagerada ceremonia, y le preguntó a Iván qué podía hacer por él un pobre cirquero.

-Para empezar-dijo Iván Nicolaievich Korsacovsky-libere ahora mismo a Dimitri y a Feodor Grandichenko.

Continuará...

Buenas noches.


18 comentarios:

T-Max dijo...

Upa... que lindo viene esto de los rusitos... Y que lindo ser el primero en postear en este concurrido blog...
2 preguntitas: los rusos se sabían la letra o le mandaron asi de oido nomas, y el cartel lo llevaba pegado o escrito con indeleble?
Mis más cordiales saludos Mr B.

MuSa dijo...

Ya me he vuelto a enganchar a tu blog! estarás contento?!

Anónimo dijo...

Señor Bugman:

Realmente le agradezco su presencia y su regularidad para "postear" en su blog, ya que desde la Oficina lo leo y como un pequeño fanático de las cosas buenas que soy también le tengo en mi "Google Reader".

Muchas gracias por su elocuencia.

Amadeo!

Claude dijo...

¡Oh, estoy fuera del podio, llegué cuarto!
No importa, me resarcí con el relato.

Bugman dijo...

T-max, no se deje llevar por la superstición del primer comentarista, no se preocupe, yo leo todos los comentarios. Sobre la canción, mire, imagínese que está encerrado en una jaula en un circo en kazajistán y de pronto se le acerca un argentino y le canta "zamba de mi esperanza", ¿no se prendería? (Lo del cartel no se lo contesto, mi sorprendente perspicacia me indica que usted me está cargando). Saludos cordiales.

Musa, qué barbaridad, con todas las cosas que puede hacer en vez de andar leyendome...no le da vergüenza... (gracias).

Amadeuz, el que tiene que agradecerle los ratos perdidos aquí soy yo. (Y la que tiene que acusarme de su pérdida de productividad es su empresa, pero esa es otra historia). Muchas gracias por su comentario, y por su fidelidad.

Claude, estimado, cuarto tampoco está tan mal. A ver, cuéntenme, ¿hay premio al primer comentarista y yo no me enteré? Como esto del pago por comentario lo tengo todo por débito automático...

JuanMa dijo...

Nasdrovia tovarich Bugman. Esperamos con impaciencia el desenlace de las tribulaciones de los probos soviéticos.

La srita. Nyx dijo...

Bugman, qué suerte que haya remotado esta historia con el cariño que yo siento por los rusos.

Debo decirle que si hubiera aparecido por Pinerovia la legión perdida fantasmagórica de los romanos, no me hubiera sorprendido. Pero un batallón brasilero! Eso es fantástico!

Me los estoy imaginando, y mire que es difícil...

Buenísimo!

Donbeto dijo...

Harto gusto me da poder leer su producción literaria mas formal. Leeré desde el principio y después comentaré.
Con el inicio de esta entrega evoqué vaga y brumosamente, una novela rusa que en la trama incluye el enjaulamiento del protagonista judío.
Si la apoptosis neuronal que ya me plaga no ha falseado totalmente el recuerdo, creo que la novela se llama "El hombre de San Petersburgo"...de...de...
Revisaré en Google porque ya me obsesioné
¡Aguante Bugman!
¿Será pertinente y estimulante esta exclamación que he escuchado a argentinos en el futbol?

Claude dijo...

Bugman, Ud. no necesita llegar primero. Llegue como llegue, igual tiene un sitio preferencial.

Bugman dijo...

¡Nasdrovia, Garfio!Me temo que la paciencia será clave en este asunto.

Srta. Nyx, gracias. Lo más curioso es que me basé en datos históricos (Brasil sí combatió al fin de la Segunda Guerra Mundial, aunque el único regimiento que mandaron no estuvo en Rusia). El dato me pareció tan extravagante que no pude resistir la tentación.

Donbeto, es sin duda estimulante, gracias. La verdad es que toda esta historia surgió porque quería relatar una anécdota mínima, un detalle jocoso que tal vez pase desapercibido cuando aparezca. La trama hasta ahora debería ser subsidiaria, una introducción que me temo, se ha convertido en el nudo. Bueno, nunca dije que sabía contar historias.

Claude, salga de ahí, lo mismo le dirá a todos (Gracias).

Geoffrey Firmin dijo...

Brillante, estimado bugman. Ni se le ocurra abandonar esta saga.
Lo del regimiento brasilero, por si solo, justifica la historia. Por otra parte, ud. dice que "toda esta historia surgió porque quería relatar una anécdota mínima, un detalle jocoso que tal vez pase desapercibido cuando aparezca. La trama hasta ahora debería ser subsidiaria, una introducción que me temo, se ha convertido en el nudo. Bueno, nunca dije que sabía contar historias." y yo me permito sospechar que, tal vez, sea mejor que esa anecdota minima pase desapercibida y no resalte como si estuviera marcada con fluor, ya que toda la narracion es perfecta. Y, dicho sea de paso, disiento fervorosamente (casi hasta llegar a las manos, si fuera necesario)con su peregrina idea de que ud. no sabe contar historias.
Perdon por la extension del comentario, queridos lectores.

TheJab dijo...

¿Obtusov? jajajaja
Chagall: ¡WOOOO!

... espero la(s) próxima(ss) entrega(sss).

J dijo...

No se le hace a usted algo sin importancia como para causar susto?

Stella dijo...

Por fin me pude hacer un rato para leer los capítulos anteriores!
Que siga, que siga!!!
Me gustó!!

Bugman dijo...

Geoffrey, quién sabe si algunas historias no son más que una monumental excusa para un solo chiste. Le agradezco sus conceptos y le agradezco que disfrute el nimio relato, y no habrìa de reprocharle nada a usted en el estado de gracia en que se encuentra. Un abrazo.

Thejab, por las referecias que ha colocado, deduzco que ha tenido el valor de enfrentarse a todo el engendro. Usted no hubiera desentonado en la huestes de Leónidas (o para el caso, en las de los valientes Patateros del Cáucaso). Gracias.

Jazmín, au contraire . No existe fuerza más aterradora que la de una mujer despechada.

Stella, gracias, no he tenido corazón para abandonar a los patateros, y ahora, menos aún. Continuará, entonces.

Anónimo dijo...

Bugaman, señor Bugman, la verdad que no leí los capitulos anteriores así que hasta que no me ponga el día voy a abstenerme de comentarle algo sobre esta historia.
igual quería saludarlo.

J dijo...

Solo quiero aclarar que no es despecho, es simple defensa propia y vana venganza; hay que luchar por mantener la paz :p

Bugman dijo...

Pasquín, le retribuyo el saludo, pero no se preocupe mucho por leer el resto de la historia. No mejora para atrás.

Jazmín, potato, poteito.

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