lunes, 24 de mayo de 2004

Huelga de consumidores, pero en serio!

Seguramente alguna vez recibieron un e-mail proponiendo castigar a alguna empresa no comprando sus productos por un día. "El 2 de febrero nadie use su teléfono celular". "El 4 de marzo no carguen nafta". "El 7 de agosto no mastiquen chicle".
La llamada "huelga de consumidores" suele postularse como un medio idóneo para hacer que las compañías desistan de tal o cual actitud, que casi siempre es aumentar sus precios. En forma un tanto difusa en los mismos mensajes se suele hacer referencia a alguna oportunidad en que esta estrategia dio resultado ("en Guinea Ecuatorial, la población se puso de acuerdo y durante todo un día no hicieron caca, y los fabricantes de papel higiénico tuvieron que dar marcha atrás con sus planes de acortar el rollo").
Permítanme ser escéptico.
No niego que el procedimiento tiene su mérito, y que está dirigido a la parte más sensible de cualquier empresa comercial (las ventas) pero vamos, que con un día no hacemos nada...hay que mantener la huelga semanas, meses, años hasta que los degenerados capitalistas explotadores entiendan! Formemos brigadas para detectar a los rompehuelgas y expongámolos al escarnio popular!
No aumentarán! No pasarán! No facturarán!

Por supuesto que tendremos que hacer sacrificios, que cualquiera pasa un día sin comer carne pero semanas? meses? Ahí se diferencian los tilingos de los revolucionarios!

Por mi parte, yo estoy librando mis propias batallas:

-Hace 37 años que no compro langosta ni centolla, y así seguiré hasta que bajen los precios!
-No compraré un Porsche 925 Turbo hasta que lo pueda hacer con dos sueldos y tal vez medio aguinaldo!
-No comeré coliflor hervido hasta que deje de ser repugnante!
-No me operaré de hemorroides hasta que me salgan!
-No iré a esquiar a Saint Moritz hasta que aprenda a esquiar y tenga plata suficiente para ir!
-No me haré un transplante capilar hasta que me juren que lo de Ruckauf fue un accidente!
-No compraré trajes de Armani hasta que cuesten menos que mi auto!(probablemente sea lo primero que haga después de comprar el Porsche)
-No compraré un televisor de 35 pulgadas de pantalla de plasma hasta que pueda pagar el cable!
-No me enfermaré de nada hasta que no bajen los remedios!


Se que no estoy solo. He pasado varias veces enfrente del concesionario de Porsche y no había nadie comprando autos, y pude ver el pánico agazapado tras las caras de los vendedores atrincherados en su cordialidad profesional. Y ayer pasé por la pescadería y conté las langostas, y había tres.
Mañana voy a ver cuántas quedan.

Bunas noches

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y..? ¡¿Cuantas quedaban?!

Rebeca dijo...

si yo digo lo mismo! Después de tantos años cuantas quedaban???? jajajaj

Au revoir!

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