miércoles, 6 de diciembre de 2006

Gracias que los tengo a ellos

Mis queridos lectores, como ya sabrán a esta altura, este blog está en manos de Emeefe y Gustav gracias al concurso por el que fueron favorecidos. Y debido a que durante esta semana ellos se están encargando de mi vida he tenido el agrado de disfrutar de la compañía de ambos en muchas ocasiones. Y debo decir que esta compañía no podría haber sido más oportuna, que está semana justamente fue la más adecuada. Paso a relatar algunos de los acontecimientos que tuvieron lugar en estos días, y que por supuesto, ellos por su enorme modestia jamás se animarían a mencionar.

El lunes a la noche volvíamos los tres juntos caminando por la calle mientras yo les terminaba de dar las instrucciones para que pudieran usar mis tarjetas de crédito cuando, de repente, nos vimos rodeados por cinco maleantes con ametralladoras. Por un momento yo me quedé helado, no sabía que hacer, pero entonces reaccioné, me arrojé al piso de rodillas a rogar por mi vida. En ese momento Emeefe saltó por encima de mí propinándole una doble patada voladora a dos de estos maleantes mientras Gustav, tomando por la solapa al maleante que tenia más cerca, lo levantó por el aire y lo tiró sobre los otros dos restantes. No puedo decir muy bien lo que pasó entonces porque me desmayé, pero al despertarme Emeefe y Gustav se habían hecho de las ametralladoras, tres de los maleantes yacían tirados en el piso y los otros dos escapaban corriendo.

El martes a eso de las 21hs ya estaba por meterme en la cama a mirar televisión cuando tuvimos una pequeña discusión, me dijeron que para ocuparse de una vida así ya tenían la de ellos, que esperaban un poco más de ser Bugman. Así que después de discutirlo un rato terminamos yendo a un elegante pub. Cuando me encontraba en la barra para pedir nuestros tragos se me acercaron unas gemelas francesas de exuberante físico y muy sensual acento. No pude entender muy bien que es lo que querían porque no hablaban una palabra de castellano. Por suerte estaban Gustav y Emeefe ahí, y valiéndose únicamente de gestos lograron entenderse muy bien con las gemelas y me salvaron de hacer un papelón. Claro que esto me lo explicaron recién al otro día porque a los cinco minutos se habían ido con ellas.

Hoy, miércoles, fuimos al casino. Yo no entendía mucho de esto, pero por suerte estaban Emeefe y Gustav para explicarme. Primero me llevaron a la caja y me mostraron como tenía que hacer para cambiar mi dinero por fichas, me explicaron que si quería tener suerte necesitaba tener muchas fichas, así que aproveché que tenía el aguinaldo y lo cambié entero. Después me llevaron a las mesas, primero Black Jack, después Ruleta, y por último Poker. Aquí me dijeron que las cosas eran un poco más complicadas, que primero tenía que mirar lo que ellos hacían así iba aprendiendo. Y creo que aprendí un montón, parece que ellos saben mucho de esto, se llevaron casi 5 veces la cantidad de fichas que yo había comprado. Eso sí, me dijeron que aprender a cambiar esas fichas en dinero lo dejábamos para otro día, que por hoy ya había aprendido suficiente y que ellos me las guardaban hasta la próxima. No saben que contento que estoy de que hayamos ganado.


Muchas gracias muchachos, gracias por todo lo que están haciendo por mí. Gracias.


3 comentarios:

Bugman dijo...

Risible. Realmente risible. La misma naturaleza de los hecho mencionados descarta toda veracidad. Por ejemplo, aquello de "meterme en la cama a mirar televisión" no condice de ninguna manera con mi idiosincracia. Yo no tengo la tele en el cuarto.

Bugman dijo...

Bueno, Srta. Nyx, que se yo, voy a Las Vegas todos los años, no me va a negar que algo de glamour tiene...Benny Hill? Todavía lo dan? Donde, donde donde?. (que no, que no miro la tele en la cama, no me gusta la tele en el cuarto)

Gustav dijo...

Bueno, es que a veces al relato hay que darle un poco de ficción solo para hacerlo más entretenido de contar. Digamos que este post pertenece al género "novela histórica" y listo.

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